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Réquiem por el Mar Menor: 'Graduale' de Álvaro Peña

'El buscador de equilibrios 1'. Acuarela sobre papel / Alvaro Peña

José Alberto Bernardeau

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Álvaro Peña, en su evocación de aquel Mar Menor que se nos fue, aborda el conflicto íntimo que se genera cuando los buenos recuerdos chocan con la realidad de unos hechos que los arruinan. Los recuerdos no son ensoñaciones, sino reprocesamientos de hechos pretéritos que nos causaron emoción. No tienen por qué atribuirse necesariamente a la infancia, o a la juventud, aunque es justo en esas etapas cuando el espíritu es más permeable a los sentidos, y a los sentimientos. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Pues no necesariamente; es una verdad de Perogrullo que en algunos casos el pasado fue catastrófico, pero resulta que la comparativa de las aguas cristalinas del Mar Menor de hace décadas con las de ahora no solo nos desmantela los recuerdos, sino que hasta nos quita el sueño.

Cuando eres niño y te llevan al Mar Menor, piensas que mares así existen en todos sitios, es más... que es lo normal. De mayor compruebas que hemos conocido, disfrutado y convivido con la laguna salada más grande de España.

Sobre este tema, recuerdo lo que decía el escritor Mark Twain, que a pesar de ser humorista decía verdades como puños “¿Qué es la vida humana? El primer tercio: un buen momento; el resto son solo recuerdos”

¿Qué van a recordar nuestros hijos sobre el Mar Menor? Incluso me atrevería a decir que somos la última generación de “mar menorenses”.

Es triste ver cómo nos estamos liquidando nuestro planeta. El equilibrio natural está sobreesforzado y siempre en 'tensión'... maldita tensión entre diferentes objetivos e intereses, aunque todos podemos adivinar que suele ganar el económico.

Mientras, seguimos pensando... o soñando que sucederá algo, un milagro, para que no tengamos que llegar al desastre... o no?

Huir de Los Alcázares tras tres inundaciones en cinco meses: “¿Cómo vamos a vender la casa, ¿quién va a vivir aquí?”

Requiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis. Exaudi orationem meam; ad te omnis caro veniet (Dales, Señor, el eterno descanso, y que la luz perpetua los ilumine. Escucha mi plegaria hacia Ti a quien van todos los mortales)

La pesadilla se repite en Los Alcázares. Los aluviones de agua y lodo provocadas por una DANA, como ahora llaman la gota fría, arroja millones de litros sobre la comarca, que fluyen torrencialmente hacia el Mar Menor arrasando viviendas, comercios y pequeñas industrias. La autovía A7 hace de muro de contención de varias ramblas y achica los residuos por los ojos del puente que salva la carretera de Torre Pacheco a Los Alcázares. Llueve sobre mojado, pues el fenómeno atmosférico se repite ya casi cada año desde 2016, y las riadas. El turismo, principal fuente de riqueza del pueblo, se resiente; algunos vecinos venden sus casas, o las malvenden, muchas de ellas dedicadas al alquiler turístico.

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