Hace años que los barrios del Sur queremos tranvía, tenía que llegar después de que se lograse el soterramiento y así lo expusimos hace tiempo. El tranvía sigue sin ser una realidad, pero, poco a poco, gracias al tesón de algunos, cabe destacar aquí el papel de Ginés Ruiz Maciá, ha ido metiéndose en la agenda política de la ciudad de Murcia y esperemos que algún día de la Región.
La historia del tranvía de Murcia es un poco peculiar. Este fue construido para sacar gente de la ciudad no para comunicar sus partes. La infraestructura fue realizada por el exalcalde Miguel Ángel Cámara, enfrentado por aquel entonces con Ramón Luis Valcárcel. El resultado fácil de colegir. El pago de su construcción recayó sobre las arcas municipales computando como deuda que todavía atenaza las cuentas públicas y que ha conllevado un debate sobre la función del tranvía.
La actual situación de la deuda municipal producto de la nefasta gestión del Partido Popular tiene a la Glorieta pasada y actual haciendo cuentas. Por ese motivo Ballesta nos vendió el 'trola-bús' antes de las elecciones porque no había logrado sacar ni un duro, ni a la Comunidad, ni tampoco al Gobierno nacional entonces de su color.
El debate sobre el tranvía, como solución a la movilidad, está ya ganado. Todos sabemos que sus costes iniciales son más altos que los autobuses en carril único inventado en Brasil. Por eso mismo somos conscientes de que a larga sale más barato: por su alta capacidad y porque no necesita una constante renovación de su flota. Entonces, ¿qué hace falta para hacerlo? La respuesta es muy sencilla y la explicación la haremos por comparación. El tranvía de Palma se va a financiar mediante un convenio – es la única fórmula – con el Ayuntamiento y la Comunidad de Palma en la que usarán el recorrido ferroviario de Soller. Para financiarlo, como toda obra pública, será repartida entre las partes contando con la financiación del Estado que, según Pedro Sánchez, se incluirá en los presupuestos. Tres patas se ven aquí, el Estado, vía ministerio de Fomento, el convenio lleva discutiéndose gobierne quien gobierne – eso si que es mérito - , la comunidad autónoma – que lleva la voz cantante y lo lleva queriendo meter dentro del convenio ferroviario desde que Armengol gobierna – y por último, convidado de piedra pero feliz, el alcalde de Palma que ve como además al proyecto puede llegarle financiación europea.
En Murcia, sin embargo, la construcción va a depender de que el aporte del Estado mediante un convenio, necesario para cualquier inversión, se le sume la construcción de la plataforma del autobús mediante la financiación europea. Es la única fórmula plausible que permita que esos 20 millones logren construir la infraestructura si no se puede contar con inversión de la Comunidad. El problema, la infraestructura tiene que estar construida en un tiempo límite. Las obras deberían haber empezado ya si no recuerdo mal y si no se terminan no hay dinero. Algo verdaderamente complicado.
Como vemos en el caso de la Región falta una tercera pata, la Comunidad Autónoma. Gracias a la escasa coordinación del Partido Popular, un partido incapaz de conectar sus ayuntamientos con la gestión regional, tenemos la movilidad que tenemos. Sin embargo, en vez de apuntar a quien tiene las responsabilidades -la tercera pata aquí desaparecida-, Podemos decide iniciar una guerra contra su socio de Gobierno en el ejecutivo nacional en vez de gestionar un marco donde las responsabilidades apunten donde están, en San Esteban. Ya se salvó el Gobierno regional de la responsabilidad del estado del Mar Menor y ahora lo hace de la situación del transporte público.
No seré yo el que tenga que explicarles a políticos en activo el funcionamiento del Estado, pero su desconocimiento es sorprendente. Tan necesario el convenio como la financiación, mejor vía Presupuestos Generales del Estado, para botón el ejemplo de Palma, siendo ambas acciones complementarias. Dado que la obra no es una obra estatal y, aunque lo fuera, necesita no solo que esté en el presupuesto, sino que este se ejecute vía una licitación, lo que nos lleva más allá de enero, siendo los 20 millones insuficientes si se pierde la inversión europea.
Las peleas de los socios de Gobierno en la nación española dejan indemne y feliz a la Comunidad Autónoma que se sonríe mientras piensa, déjalos que se maten. Ellos que van presumiendo de una Entidad de Transporte Metropolitana, eso sí sin especificar financiación ni hablar para qué quieren el dinero de los Ayuntamientos y ya lo que es peor, sin pensar que, a las alturas del partido que estamos, lo que necesitamos es una Entidad de Transporte Regional (ETRM) que contemple los cercanías con Águilas – Lorca – Alicante o los nuevos servicios de proximidad con Cartagena. Solo así podríamos ver algún día la ampliación del tranvía a Molina, Alcantarilla o el Palmar o la construcción de uno circular en Cartagena y una gestión de autobuses decente. Pero bueno, el reto supongo que es sacar uno más, no ganarle al Partido Popular y esto no lo soluciona nadie viniendo de Madrid a poner paz.
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