Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.

En el día del Laicismo

Inscripción en la fachada de la Catedral de Murcia

0

Cada 9 de diciembre, cuando se celebra el Día Internacional del Laicismo y de la Libertad de Conciencia, en la Región de Murcia la fecha adquiere un significado especialmente urgente. Mientras en buena parte del mundo democrático se aprovecha esta jornada para reivindicar la neutralidad del Estado y la plena libertad de conciencia, aquí sigue siendo casi un acto de resistencia cívica. Y no por casualidad: la derechona murciana, empeñada en mezclar política y religión, continúa defendiendo una estructura confesional que ha condicionado el desarrollo social, cultural e institucional de esta tierra durante generaciones.

En este contexto, la labor que realiza Europa Laica cobra una relevancia extraordinaria. Cada año, esta organización insiste en visibilizar el 9 de diciembre, explicar por qué la neutralidad del Estado no es un capricho ideológico y recordar que la libertad de conciencia solo existe cuando ningún poder político se arrodilla ante ninguna doctrina religiosa. Su trabajo, constante y tenaz, resulta incómodo para quienes se benefician del viejo orden simbólico donde lo católico funciona como una plantilla obligatoria para la vida pública. Justamente por eso es tan necesario.

La Región de Murcia es un ejemplo claro de cómo la imposición histórica del catolicismo institucional ha moldeado durante décadas, y en algunos ámbitos todavía lo hace, aquello que se considera “lo normal”. Lo católico no ha funcionado aquí como una tradición más entre muchas, sino como el molde único que determinaba qué era moral, qué era respetable, qué era identidad regional y qué quedaba fuera de los márgenes. Ese monopolio cultural ha tenido un coste social evidente: ha limitado debates, ha frenado avances, ha estigmatizado la diversidad y ha estrechado la idea de ciudadanía. La imposición religiosa no ha generado cohesión: ha generado uniformidad forzada.

La derechona se aferra a este marco confesional porque lo necesita. No es casual que cualquier propuesta de laicidad provoque reacciones exageradas, como si reclamar un Estado neutral fuera un ataque personal. Siempre recurren a los mismos argumentos: la tradición, la mayoría social, la “identidad murciana”, como si la fe, cualquiera, fuera un criterio para definir la ciudadanía. Pero el laicismo no cuestiona las creencias individuales; cuestiona que el poder público se ponga a su servicio. Lo que realmente molesta a quienes defienden este viejo esquema es que la neutralidad institucional debilita sus privilegios.

Y es que el 9 de diciembre no es solo una fecha conmemorativa: es un recordatorio de que la libertad de conciencia no existe cuando una sola tradición religiosa ocupa todos los espacios simbólicos del Estado. La neutralidad no quita nada a nadie; al contrario, garantiza que cada persona pueda vivir, pensar y creer, o no creer, sin presiones ni tutelas. Europa Laica insiste año tras año en esta idea: el laicismo no divide; libera. No borra la diversidad espiritual de la sociedad; simplemente impide que una sola visión se convierta en norma obligatoria.

La Región de Murcia tiene una ciudadanía plural, joven, diversa, crítica, abierta al mundo. Pero sus instituciones todavía funcionan como si siguieran viviendo en otro siglo. Y esta contradicción tiene un precio. Una región que aspira a ser moderna no puede mantener estructuras simbólicas heredadas del pasado que condicionan la vida pública y privilegian a una confesión concreta. La derechona lo sabe, y por eso se opone con tanta fuerza al laicismo: porque el laicismo implica perder el monopolio cultural que durante años ha utilizado como herramienta de poder.

El 9 de diciembre nos recuerda que ha llegado el momento de romper ese marco. La ciudadanía murciana no necesita más liturgia institucional, ni más símbolos obligatorios, ni más moral única disfrazada de tradición. Necesita aire, y ese aire se llama laicidad. Europa Laica lleva tiempo señalando el camino. Tarde o temprano, las instituciones tendrán que seguirlo. Porque la libertad de conciencia no es una concesión: es un derecho. Y ya es hora de que en esta región se practique de verdad.

Sobre este blog

Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.

Etiquetas
stats