Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.
Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.
Síguelo en redes
El espíritu de la Ley, el espíritu del delito, el espíritu del Alcalde
¿Por qué necesitaba Murcia un otro estadio? ¿No era más urgente construir una buena estación de bus o ferrocarril allí? ¿No necesitamos despejar la zona de ramblas? ¿No son necesarios jardines en la capital?
Donde debería alzarse una moderna conexión con el altiplano y Europa en forma de estación de AVE y lanzaderas a aeropuertos, se tiende un desierto feroz que terminará llevándose a esta inane provincia sin ambiciones.
El exalcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, ha salido absuelto de prevaricación en la recalificación de terrenos en Nueva Condomina y la ciudadanía no sabemos por dónde empezar a felicitar a nuestro ex.
Recordemos cómo sucedió la cosa, no nos será difícil, pues ha pasado lo mismo en Madrid con Flo(rentino Pérez) y el no-estadio del Real Madrid. A saber: se toman unos terrenos más o menos separados de la ciudad, que por carecer de aguas, árboles bellos o animales típicos, forman parte de los terrenos rústicos y/o dedicados a equipamientos comunes para los habitantes de dicha ciudad, donde suelen construirse parques, hospitales, centros de investigación, áreas deportivas, jardines, conjuntos culturales, hangares de vehículos, bibliotecas, etc. Estos terrenos no pueden ser vendidos ni recalificados para construir nada.
Pero entonces un Grupo de Empresas con, digamos, amistad o contactos en el Gobierno de turno, sugiere en alguna, digamos, cena de personalidades, que la capital de la zona necesita un estadio de fútbol más grande y que podemos situarlo en ese terreno donde “no crecen más que lagartijas”.
El equipo de gobierno accede (no sabemos por qué, oh Misterio), y otorga licencia al empresario para que lo construya con todos sus complementos: jardín, centro comercial, aparcamientos y pistas para otros deportes. El estado le dota graciosamente y SIN coste adicional de otros complementos necesarios: carreteras de acceso, rotondas para facilitar el tráfico, señalizaciones, aguas, alcantarillados; y le incluye en sus planes de policía, vigilancia, basuras, colectores, limpieza viaria, etc.
Pero hete aquí que, una vez que las carreteras y los alcantarillados llegan a tan recónditos lugares (CON coste adicional para los Lugareños Sin Grupo Empresarial), el empresario o el Ayuntamiento o los dos a la vez (llegados a este punto, ambos suelen pensar igual... no sabemos por qué razón, oh, Arcanos), creen que lo mejor es no desperdiciar las infraestructuras en dotaciones comunes y construyen edificios de los de toda la vida, para vender a quien pueda hipotecarse.
Entonces se firma un convenio o alguna Ley semejante para recalificar los terrenos y convertir, eso que nos pertenecía a todos, en suelo para sólo (con tilde furiosa) el empresario contactero de políticos.
Y lo que iba a ser la nueva ciudad deportiva del Real Madrid se transforma, oh, Prodigio, en cuatro torres al final de la Castellana. Cuatro torres que han proporcionado hermosos beneficios a Flo, a Fefé y a Villar Mir, que no pagaron casi nada por unos terrenos deportivos no urbanizables. Samper, Flo, Cámara, Esperanza. Qué más da.
Dice la sentencia que todos estos pasos han sido dados sin intención delictiva, sino con el fin de que la cuidad de Murcia tuviera un estadio de fútbol y una zona comercial (pero ¿quién pidió ese estadio y esos comercios? ¿alguna asociación se manifestó para ello? ¿hubo huelgas, concentraciones, reuniones, pintadas, atentados firmados con algún 'Gora Futbolera Condominerrak'? ¿No sería el capricho de unos Pocos Listos?).
Admitamos que la letra de la Ley considera legal dicha construcción y que nuestro ex alcalde solo (sin tilde, así, floja) obedeció a los técnicos del Ayuntamiento (¿técnicos cuya función es redactar informes son capaces por sí solos de tomar decisiones de calado? ¿Pa' qué queremos entonces un Alcalde, un gobierno, una OTAN, una ONU, un Consejo de ministras y ministros, oh, Herméticos Avatares de la Historia?
Pero entonces ¿dónde queda el espíritu de la Ley? ese que dice que “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. (...) El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución.”
¿Contribuye Nueva Condomina al interés general? ¿Se benefician los habitantes de Murcia de que las zonas de rambla, accesos norte y equipamientos comunes hayan sido cedidas a un grupo empresarial que, sin coste alguno, las ha convertido en pisos (sin zonas verdes, sin vigilancia, sin colegios, farmacias, hospitales o locales culturales)?
Oh, Kalíkrates Sapientísimo, ¿se armoniza el desarrollo regional dando oportunidad de negocio casi gratis a dos empresarios (Fuertes y Samper)? ¿Por qué no me la dan a mí? Acaso no soy empresaria? ¿No cotizo, no voto, no pago impuestos? ¿Acaso no tengo ideas provechosas? ¿Acaso no ceno con gente? ¿Por qué necesitaba Murcia un otro estadio? ¿No era más urgente construir una buena estación de bus o ferrocarril allí? ¿No necesitamos despejar la zona de ramblas? ¿No son necesarios jardines en la capital que atraigan las lluvias regulares, oh, Vestales?
Todas estas y otras muchas necesidades fueron destruidas por el capricho de unos cuantos que, (queremos creer) ateniéndose a la letra de la Ley, la violentaron hasta traicionar su espíritu y dar alas al espíritu del lucro salvaje, convirtiendo la zona norte de la cuidad en un erial sin historia, ahogado de rotondas y franquicias.
Donde debería alzarse una moderna conexión con el altiplano y Europa en forma de estación de AVE y lanzaderas a aeropuertos, se tiende un desierto feroz que terminará llevándose a esta inane provincia sin ambiciones.
Feliz absolución, Alcalde Cámara. Alcalde del Desierto.
*Cristina Morano es escritora y miembro de CambiemosMurcia.Cristina Morano
Cristina quiere dedicar este artículo a Concha Hernández, concejala que denunció el caso Nueva Condomina y, junto al resto del grupo municipal IU-Murcia, se negaron a firmar el convenio por el cual el municipio cedía, casi gratuitamente, terrenos comunes a un listo.
Sobre este blog
Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.
Los responsables de las opiniones recogidas en este blog son sus propios autores.
0