Un efecto perverso positivo del coronavirus ha sido la mejora significativa de la calidad del aire y el descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmosfera, en Europa y en nuestro país. En el estado español, desde el 14 de marzo, en que se inició el confinamiento por la pandemia, hasta ahora se ha producido una disminución drástica de los niveles de contaminantes que mide la red regional de vigilancia atmosférica. La organización Ecologistas en Acción ha elaborado un informe sobre los efectos de la crisis del coronavirus en la calidad del aire en España, en el que se describe este impacto en la península.
Según los datos de la Dirección General de Medio Ambiente de Murcia, las partículas PM10 se han reducido, en todas las estaciones de la red de vigilancia atmosférica, en torno a los 20 microgramos por metro cubico diarios, mucho menos de la mitad del valor límite diario que es de 50 microgramos/m3. También se ha producido una reducción general de los niveles de ozono troposférico por debajo de los valores límite diarios de la Organización Mundial de la Salud que son 100 microgramos por metro cúbico y muy por debajo de valor de la normativa estatal, de 120 microgramos/m3. Hay dos excepciones, las estaciones del Valle de Escombreras y Alumbres que en algunas ocasiones han llegado al valor límite de la OMS y la estación de Alumbres que ha superado el valor límite de la normativa estatal (120 microgramos /m3 en tres ocasiones (8, 10 y 12 de abril). Las dos, relacionadas con la actividad industrial y energética del Valle de Escombreras
Todas las estaciones han reducido los valores de dióxido de nitrógeno (NO2) el entorno de los 15 microgramos (excepto San Basilio, por debajo de 25 microgramos/m3). El valor medio límite anual de la normativa es de 40 microgramos/m3. Los valores de dióxido de azufre (SO2) se han reducido por debajo de los 20 microgramos, cuando el valor límite diario propuesto por la OMS es de 20 microgramos/m3 y el valor diario de la legislación es de 125 microgramos por metro cúbico.
Los niveles de benceno (C6H6) han caído por debajo de 1 microgramo/metro cúbico (el valor medio límite anual es de 5 microgramos por metro cubico). Los niveles de Tolueno y Xileno han decrecido sustantivamente (entre 1 y 2 microgramos por metro cúbico), aunque no hay valores límite establecidos para estos contaminantes
La Dirección General de Medio Ambiente no expone los datos a información pública de partículas PM2.5 en Mompeán y San Basilio, aunque es de suponer que hayan experimentado una reducción significativa de los niveles emisión. Tampoco hay datos para 2020, de metales pesados (Arsénico, Cadmio, Níquel y Plomo) y del hidrocarburo Benzo(a)pireno que se miden en la estación de Mompeán. Desgraciadamente, todavía hoy sigue la tarea pendiente de exponer los valores de todos los contaminantes a información pública y en tiempo real. A esto hay que añadir la modernización pendiente de la red regional de vigilancia atmosférica y el establecimiento de un mayor control en el futuro de las emisiones industriales y el tráfico rodado
Todavía, este Gobierno regional, no ha elaborado el nuevo plan de mejora de la calidad del aire, denominado Estrategias de Calidad del Aire que conlleva un plan específico sobre el ozono troposférico. En este contexto, las principales vías para aumentar la calidad del aire del aire pasa por la minimización de las emisiones industriales, la reducción del tráfico motorizado, disminuyendo la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciando en las ciudades el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal.
Se tiene que aprovechar la reducción del confinamiento y la vuelta progresiva a la normalidad, que durará un tiempo largo, para no volver a cometer los viejos errores de la falta de control y la ausencia de estrategias de minimización de emisiones industriales y del tráfico rodado. Hay que caminar hacia una mejora sustantiva del transporte público y de la red de trenes de cercanías en la región. Es necesario la creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en los municipios de más de 50.000 habitantes como Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura con el objetivo de luchar contra la contaminación atmosférica y mitigar el proceso de cambio climático. No podemos tropezar otra vez con la misma piedra.
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