San Esteban, junto al laureado Teatro Romano de Cartagena, son los yacimientos arqueológicos más famosos de la Región de Murcia. Han generado más de mil noticias de prensa en estos últimos 10 años, pero la mayoría trataban sobre la polémica de su conservación y su posterior e indecisa situación.
Ya en 2019 las noticias positivas han sido mayoría y así se espera que continúen en el 2020. Atrás quedaron los momentos convulsos a finales de 2009 y que se resolvieron con algarabía aquel 9 de diciembre cuando la ciudadanía y otros estamentos consiguieron conservar un momento de la historia urbana de la Murcia Andalusí y que puede ser un revulsivo turístico para la ciudad.
En efecto, 2019 ha sido un buen año para los restos de San Esteban. En febrero, en el ayuntamiento, tuvo lugar una conferencia del profesor y medievalista Jorge Eiroa seguida de una exposición fotográfica donde se mostraban los resultados de las investigaciones de la Fase 0. Posteriormente, y como era costumbre, volvieron las lluvias y los nubarrones a modo de quejas de las asociaciones de patrimonio.
En mayo, y en un Seminario sobre arrabales andalusíes, la nueva gestión e investigación del yacimiento consiguió los mayores elogios provenientes de expertos de Córdoba que afirmaban envidiar a Murcia. Tras el verano, se iniciaba la segunda campaña de excavaciones con sus más de dos mil visitas dentro de la iniciativa Abierto por Excavación.
Pero con septiembre también llegó la gota fría, ahora DANA, y el futuro del yacimiento se tornaba muy oscuro, pues los restos arqueológicos son frágiles, aunque esta vez las bombas de achique sí funcionaron bien. La suerte de San Esteban estaba cambiando y el premio gordo estaba por llegar. No hubo que esperar a la lotería de Navidad sino que en octubre el Ministerio de Fomento resolvía un concurso internacional de ideas, cuyo ganador fue el proyecto titulado HA HA.
Esta vez, la lluvia era muy bondadosa pues era de millones. Hahaha, nada más y nada menos que 18 millones de euros que deberán ser sufragados por las tres administraciones a razón de un 40% el Ministerio de Fomento y un 30% tanto el Ayuntamiento de Murcia como la Comunidad. Y todo esto, en un mes donde el yacimiento tomaba protagonismo en las Jornadas Regionales de Patrimonio Cultural, y los alumnos universitarios en prácticas recibían el premio Estudiante del Año.
¡Hágase la luz, y se hizo la luz! El yacimiento ya poseía unos arqueoleds multicolor que lo rodean pero faltaba el interior, así que en época prenavideña se comienza a instalar un sistema de iluminación que remarca la pasarela y algunas estructuras. Y llega diciembre y siguen las excavaciones, las luces sin inaugurar y lo más triste, las dudas presupuestarias de las administraciones que cuestionan si finalmente caerá la ansiada lluvia de millones.
Ahora, ya en 2020, y en el entorno reciente del X aniversario del regalo de su conservación que nos trajo aquel Papa Noel ciudadano en 2009, celebramos la reciente adjudicación del concurso de ideas pero esperamos con ilusión que los Reyes Magos nos traigan nuevos presupuestos sobre todo del Estado y del Gobierno regional. Parece ser que San Esteban es un asunto de reyes: el Rey Lobo y Alfonso X el Sabio anduvieron por sus calles, el príncipe Felipe y la reina Sofía se interesaron por el asunto y ahora estamos en manos de los Reyes Magos.
¿Y qué esperamos? Pues nuevos presupuestos para pagar ese regalo que los arquitectos ya tienen en mente, que todavía es sólo un envoltorio, y que va a suponer un salto de Lobo muy Sabio. HA HA, el nombre del proyecto ganador, significa salto de lobo y fue elegido por unanimidad del jurado, así que debe ser un proyecto muy sabio.
Pero en realidad son dos proyectos, el arquitectónico que ya se da por bueno pues resuelve, con gran acierto y en un solo gesto, la relación entre plaza, jardín y restos arqueológicos y el proyecto museográfico, que está por conocer, y que deberá ser tan sabio como el arquitectónico ya que los restos son muy poco atractivos.
Para que los restos consigan ser un atractivo turístico necesitarán de un discurso donde prime lo humano y lo emocional pues esos ladrillos esperan mucho mimo después de despertarlos de su sueño. Se necesita un diseño museográfico que no presente la arquitectura desnuda sino que la resucite con alma y experiencias pues así la comprenderemos y apreciaremos mejor aunque nunca tal y como fue vivida, sufrida y disfrutada.
Se cumplan o no los plazos, lo esencial es un buen resultado pues el otro factor clave para el turismo ya lo tenemos y es la ubicación que también lo fue para su conservación. Por aquellos entonces Murcia buscaba su efecto Guggenheim con un museo, con una nueva construcción pero el proyecto quedó en el aire y lo que no se sabía es que el nuevo recurso turístico estaba ya construido y esperaba el momento de su despertar.
Entre tanto, en este 2020 y mientras esperamos la llegada del AVE y el inicio de las obras, disfrutemos de la capital cultural gastronómica, aunque sabemos que, en términos turísticos, Murcia envidia a CartageNova, pero ahora Cartagena envidia la lluvia de millones que van a traer los nuevos presupuestos a modo de Reyes Magos.
0