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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

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Baja el paro: tocamos el cielo

El PP de la Región de Murcia celebró los últimos datos del paro

J. L. Vidal Coy

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Todavía resuenan en medios y propagandas de todo tipo las buenas nuevas derivadas de la última del Instituto Nacional de Empleo. Leo en un serio diario estatal, de esos que se autotitulan “de referencia” que el número de ocupados se acerca a niveles precrisis porque creció en abril en 186.785 afiliados más a la Seguridad Social. Por otro medio regional, que también pretende ser lo más de lo más en su nivel, me entero de que el paro en esta nuestra sacrosanta Región descendió en el mismo mes “hasta un 4,09%”. Ellos no tienen la culpa, aunque lo presenten como creyéndoselo a pies juntillas: los datos vienen de la oficialidad gubernamental, pasada por el tamiz comulgatorio de la agencia en otro tiempo llamada oficial. (¿Ahora no lo es?).

En esta arcadia feliz que nos presentan hay, al parecer, una realidad diferente, si no oculta. Es fácil hallarla: al final del despacho de aquella agencia a la que tanto quiero y tanto debo se puede ver que de los 92.891 contratos firmados en abril en Murcia solo 7.067 fueron indefinidos y el resto de tipo temporal: el 7,60%.

Aquí reside el primer quid de la cuestión. La temporalidad del empleo es rampante y flagrante desde hace años, gracias a las sucesivas reformas laborales de los presidentes Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Sí, vale. Cálmense las mentes biempensantes y pretendidamente progresistas: la del señor de la Gürtel fue mucho peor y suicida, en términos de estabilidad laboral. Pero su antecesor empezó a poner la primera piedra del desastre en que se ha convertido en solo diez años la empleabilidad en el Estado español.

Sobre todo para los jóvenes. Sí, esos que van a festivales como el Warm Up ––estúpido nombre para un lugar donde en inglés no sabemos decir ni yes––, o se gastan desaforadamente en aerolíneas de bajo coste lo poco que no tienen que gastarse a diario, gracias a que no les queda otra que seguir acogidos en la casa materna o paterna por la imposibilidad de iniciar una vida independiente que les impone ese mercado laboral que tan bien ha ido en abril, según las estadísticas del INEM por las que empezamos.

Así que la CEOE –– y también la CROEM, la COEC y la CECLOR, por quedarnos en nuestro nivel–– se felicita de lo bien que va todo en el mercado laboral, a pesar de… ya saben ustedes. Pues sí, va fetén para esos amparados bajo los filantrópicos paraguas empresariales que trabajan ocho o catorce horas y su papá empresario cotiza solo cuatro por ellos. O esos otros que, a lo mejor, curran esas mismas horas y les cotizan seis o siete, pero firman doce, quince, veintidós contratos al año.

O al semestre, porque trabajando de camarero ya se sabe que cuando hay, hay; y cuando no, pues no: es decir, se hinchan a trabajar como negros, moros, sudamericanos o asiáticos durante los seis meses de buen tiempo. El resto…

Uso esos adjetivos a riesgo de ser considerado racista, porque muchas, muchísimas, de las personas con ellos descritas también echan jornadas esclavistas a cambio de una decena o decena y media de euros en ese campo que, dicen los prohombres regionales, es la espina dorsal de la economía de aquí.

Gracias a la cual unos cuantos se hinchan y viven en el mejor de los mundos posibles, mientras miles de otros la hincan de sol a sol y disfrutan de condiciones miserables laborales y de vida gracias, precisamente, a esas mismas reformas laborales que fueron implantadas a machamartillo en los últimos diez o doce años. A mayor gloria de los empresarios de todo tipo, con escrúpulos o sin ellos, y de las beatíficas empresas de trabajo temporal que hacen su agosto los doce meses del año, aquí y ahora. Otras que son grandes, grandísimas para esta región, con varios cientos de empleados, los despiden y los mandan al paro en su periodo vacacional para luego recontratarlos. Por poner un ejemplo. Y así ves a los dueños pavoneándose junto a las “autoridades locales y regionales” un día sí y otro también en las fotos de los papeles al uso.

Pero, bueno, todo esto que antecede es pura demagogia, visión distorsionada e interesada de la realidad o, incluso, aún peor: ganas de intoxicar y derrotismo nihilista como muy bien viene a demostrar la última estadística del INEM recién publicada sobre el empleo en abril. Esto funciona, está clarísimo. El éxito del modelo productivo actual es incuestionable. Y quien no lo quiera ver es que no sabe, o no quiere, leer las estadísticas oficiales. Vale.

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