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Las protestas contra la amnistía en Murcia se diluyen en mensajes ultraderechistas: “España es cristiana, nunca musulmana”

Señora realizando el saludo fascista mientras suena el himno de España en el acto del PP este domingo

Aldo Conway

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Murcia se ha sumado a las protestas que ha propiciado el Partido Popular en toda España. Alrededor de las 12 de la mañana, entre ocho y diez mil personas, según cifras de la Delegación del Gobierno, se congregaron en la icónica plaza del Cardenal Belluga, junto al Ayuntamiento y la Catedral de Murcia. En los accesos a la plaza había miembros del partido repartiendo banderas rojigualdas y banderines del Partido Popular Europeo. Poco antes del comienzo, Vox ha instalado una carpa en la parte trasera de la plaza, junto al imafronte de la catedral, cubierto por las obras de restauración, para repartir banderas de la formación de Abascal, que había convocado una segunda protesta una hora después de la de los populares, esta vez en la calle Princesa, sede del PSOE de la Región.

La carpa del partido ultraderechista se retiró de la plaza minutos antes de que José Ballesta, alcalde de la ciudad, subiera al estrado con un discurso poético cargado de épica. Su voz al alza desafinaba entre los vítores de los asistentes, que de cuando en cuando le interrumpían para rugir “Puigdemont, a prisión”.

Tras el alcalde, Fernando López Miras, presidente del Gobierno de Murcia, ha repetido su ya famoso “ya basta” hasta la saciedad. “Ya basta de chantajes, el sudor de un trabajador murciano vale lo mismo que el de un trabajador catalán”, decía mientras enardecía los coros de fondo con el eslogan “Que te vote Txapote” a lo The White Stripes, al que el presidente autonómico ha llegado a acompañar con golpes en el micrófono.

Pese a la tónica de estos días, no ha habido disturbios ni altercados. Un niño subido a cucurumillos de su padre gritando “Pedro Sánchez, hijo de puta” es lo único escandaloso, junto a los altavoces colocados en los extremos de la plaza con Don’t Stop Me Now, de Queen, sonando a todo volumen.

José Velez, líder de los socialistas murcianos, ha recordado que “la ciudadanía votó el 23 de julio por un gobierno progresista” y ha señalado las contradicciones de López Miras, a quien ha recriminado que debería haber sido él el primero en convocar una repetición electoral ya que aseguró que no habría pacto con Vox. El socialista ha condenado, además, a través de sus redes sociales el ataque a la sede del partido en Cieza, que ha aparecido con pintadas en la fachada.

En la concentración del PP, muchas banderas verdes se agitaban con fuerza en los aplausos y vítores de las palabras del presidente regional, aludiendo a la unidad territorial del Estado y acusando al gobierno de coartar la libertad de los españoles. Cuarenta y cinco minutos después de comenzar, el acto ha terminado y la muchedumbre ha comenzado a encarar la calle Arenas en dirección a la sede del PSOE.

“Venga, pues vamos entonces a lo de Vox, que yo me he dejado una tortilla de patatas hecha”, ha comentado una señora en el mogollón de personas que entraban y salían de la plaza del Cardenal Belluga. Varios cientos de manifestantes han acudido de la primera, convocada por el PP, a un segundo llamamiento a la protesta realizado por Vox, pocos días antes de hoy, para continuar con la manifestación ante las puertas de la sede del Partido Socialista de la Región de Murcia. Allí se encontraban ya algunos cientos de manifestantes, de perfil más joven y sin un atrio. Mediante un megáfono de mano se lanzaban proclamas más duras que en la protesta del PP, y las rojigualdas, predominantes en el acto de los populares, se entremezclaban con cruces de Borgoña y banderas de los Austrias, banderas del Corazón de Jesús o la nueva insignia de esta ola de protestas: una rojigualda con el escudo nacional recortado.

Los más radicales gritaban “Puigdemont, a prisión” mientras que otros asistentes, la mayoría de ellos más mayores y provenientes del acto de López Miras, coreaban “España, libertad”, dando como resultado un mensaje confuso; “Puigdemont, libertad”, que se acompasaba de silencios cortos reemplazados por cánticos contra el gobierno y proclamas patrióticas. Alrededor de las dos menos cuarto de la tarde, en la calle Corbalán, que es perpendicular a la sede socialista, ha sonado un estruendo. Por lo visto, alguien había lanzado un petardo desde una ventana y había paralizado la protesta unos segundos. Hacia las dos y media, un segundo petardo, cuando ya iban quedando menos asistentes, ha hecho que algunos de ellos se lancen contra la calle Corbalán para gritar al aire, buscando al responsable.

Entonces, el grueso de la protesta se ha centrado en esa calle mucho más estrecha para gritar “rojos de mierda” y lanzar objetos hacia las ventanas. Ante la situación, unos cuantos agentes de la Policía Nacional han acudido al otro lado de la calle para redirigir la protesta a la calle Princesa, siendo aplaudidos por los manifestantes, que han llegado a pedir por megafonía incluso que les suban el sueldo. Cuanta menos gente quedaba en la protesta, más radicales se volvían las consignas, que poco tenían ya que ver con el tema de la amnistía: “Alzamiento nacional”, “España es cristiana, nunca musulmana”, “Ayudas sociales para nacionales” y “Puto rojo el que no bote” se convertían en el mensaje vertido a las puertas de la Casa del Pueblo de Murcia. Cuanta menor afluencia de gente por la calle Princesa, mayor distancia con la protesta original.

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