“Reformistas” como el PP, “liberales” como Ciudadanos
Un eslogan o lema de campaña forma parte de la marca con la que los diferentes partidos políticos pretenden identificarse. La estrategia consiste en hacer creer al electorado que tu partido responde a las ideas globales que representa ese lema.
Terminado el ciclo electoral que nos ha llevado a votar cinco veces en menos de un mes, el Partido Popular ha iniciado una fase para legitimar su poder territorial basado en el lema `Gobiernos de la Libertad´ o `Gobierno Reformista y Liberal´. Nos quedaremos con el primero, ya no por la pomposidad, sino porque damos por hecho que la parte `reformista´tiene crédito cero si atendemos a que cada vez que el PP `reforma´ algo es para privatizarlo, dejarlo en números rojos o vendérselo a un fondo buitre. La sociedad española tiene claro que el reformismo del PP le ha llevado a perder las cartas que lo presuponían como buen gestor de la economía doméstica y ya sólo le queda erigirse en garante de otros valores fácilmente identificables.
También durante toda la campaña, el PP quiso defender la idea de que eran “la casa común del centro derecha” o “el lugar donde caben todos los liberales, conservadores y demócrata-cristianos”. Otro brindis al sol. Empezando porque un verdadero liberal nunca formaría parte de ningún partido político y se lo pensaría 20 veces antes de votar. Los liberales de verdad nunca estuvieron para el chanchulleo que ha desplegado Casado, alguien que no ha trabajado en la vida, que violentó el resultado de las primarias de su partido y que, electoralmente hablando, ha terminado por hundirlo.
Pero aunque hiciéramos caso de que los `liberales´ se encuentran participando de la escena partidista en nuestro país, y aunque no quisiéramos encuadrarlos en el PP, sino en su escisión más temprana, Ciudadanos, la realidad no nos permitiría continuar con semejante atrevimiento.
Ciudadanos, cuya marca electoral ha sido `Vamos´, pero que podría haber sido perfectamente `Sánchez, tiene como honor ostentar el puesto de ser el menos liberal de todos los liberales europeos hasta el punto de haber sido reprendidos por la formación global a la que pertenecen.
Albert Rivera, que tuvo que calificar como “error” haber hecho participar a su partido en la plataforma electoral xenófoba y extremista Libertas (Elecciones Europeas del año 2009), no parece haber aprendido la lección y vuelve a unir sus votos, por acción u omisión, con el partido que el Presidente de la Asamblea Regional de Murcia ha calificado como “filofascista”.
Tanto la Comisiaria Europea de la Competencia y candidata de los Liberales de ALDE (el partido de Albert Rivera) la danesa Margrether Vestager, como el portavoz en el Parlamento Europeo de su mismo partido, el belga Guy Verhofstatd, han dejado muy claro que nada de acercarse a Vox. En un primer momento, Verhofstatd ya telefoneó a Rivera para avisarle de que de ninguna manera el partido de Santiago Abascal podría entrar en el ejecutivo de Andalucía, en ninguno de sus niveles, bajo pena de ser expedientados. Esta orden directa que se produjo a finales de 2018 se vio refrendada por Vestager en una entrevista que distribuyeron la mayoría de las agencias de noticias y en la que declaraba sobre los resultados de Vox que “todo el mundo debería estar preocupado por las tendencias de extrema derecha”.
El último aviso a Rivera le vino de manos de Emmanuel Macron, Presidente de Francia, que no ha querido decir `esta boca es mía´ para nada que tenga que ver con el líder de Ciudadanos desde que éste se hizo la foto de Colón. Macron, que además de mandar en los liberales europeos le ha cambiado el nombre a todo el partido, Alde, y a partir de esta legislatura se llamará Renew Europe (Renovar Europa), así es que igual escuchan ustedes a Albert Rivera a partir de la semana que viene decir que ya no son “liberales”, sino “renovadores”, total ya estamos en verano y había que cambiar de ropa igualmente.
Se pongan el nombre que se pongan, a tenor de los hechos, parece que los socios europeos de Ciudadanos son bastante más serios que Rivera a la hora de pararle los pies a la extrema derecha “filofascista” y de ello se hace eco toda la prensa del continente. Pongamos dos claros ejemplos: Avisa el peligroso rotativo soviético Financial Times que Ciudadanos pierde su credencial “centrista” si no pacta con el PSOE; y el no menos alborotador y bolivariano Le Monde le pone las peras al cuarto acusándolo de pactar con corruptos (Castilla y León, Madrid y la Región de Murcia) y destaca que Rivera “abre las puertas a la extrema derecha”.
Así las cosas, da igual el nombre que le pongas a tu partido y el lema que escojas para tu campaña porque cuando el contenido del producto no se corresponde con la imagen que has dado a conocer quedas como lo que eres, un fraude. No pocas compañías se han hundido por ello, y el marketing político y la mercadotecnia sólo pueden sobrepasar el límite de lo cutre si realmente tuvieras algo que vender.
En los próximos días veremos como Ciudadanos pierde su sentido de Estado, de la responsabilidad y su carta europeísta, al permitir la presencia de miembros de la extrema derecha en diferentes niveles de gobiernos autonómicos y locales. Y eso, sabemos todos los que trabajamos en el mundo de la comunicación y el análisis, no hay agencia de publicidad que te lo limpie.