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Los déficits sanitarios siguen presentes en la región, a pesar de la correcta gestión de la pandemia de coronavirus

Pruebas a la entrada del Hospital Arrixaca

J. L. Vidal Coy

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La gestión de la pandemia de COVID-19 en la Región de Murcia es considerada al menos correcta o aceptable por la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública y la Asociación de Usuarios de la Sanidad, aunque ambas organizaciones coinciden en que los déficits estructurales debidos a los recortes en el sector desde 2010 ha sobrecargado de trabajo y esfuerzo al estamento que ha sido clave para enfrentar la crisis: la Atención Primaria.

La Consejería de Salud “en principio no lo ha hecho mal, creemos que hasta ahora lo está haciendo bien”, estima María Teresa Martín, portavoz de la Asociación de Usuarios de la Sanidad en la Región. “Ha habido fallos que enturbian la gestión de la pandemia, pero no eliminan nuestra valoración positiva: es bastante favorable, sobre todo comparando con como se ha hecho en otras comunidades”, cree Mario Soler, presidente de la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública en Murcia.

Ambos coinciden en que el mayor peso de la lucha contra la pandemia ha recaído en la Atención Primaria, es decir, en los centros de salud de toda la Región, que han sabido afrontar la situación crítica evitando que los servicios de urgencias y unidades de cuidados intensivos se vieran desbordados. Prueba de ello es que en la comunidad autónoma no ha sido necesario improvisar hospitales de campaña.

En conversaciones separadas, también concordaron en que el gran problema ha sido la falta de pruebas PCR y de equipos de protección individual (EPI), que han aumentado los casos positivos sin detectar y los riesgos sufridos por los sanitarios. Algo que para ambos portavoces es responsabilidad fundamental de la Consejería de Salud por estar las competencias totalmente transferidas desde hace casi dos décadas. “De esto se han quejado muchos profesionales sanitarios, de que no tenían material de prevención suficiente”, asegura Martín.

No obstante, la menor incidencia de la pandemia en Murcia, en comparación con otras comunidades, ha venido dada porque la Región fue la última de toda España donde se dio el primer caso, señala Soler, y el confinamiento ya estaba en vigor, cosa que contribuyó a la menor incidencia de la enfermedad. En Madrid, señala, fue lo contrario: ya estaba en plena pandemia cuando se decretó el confinamiento.

El primer muro contra la pandemia, el de la Atención Primaria, ha sido muy efectivo evitando el colapso posterior de Urgencias y UCI, pero ha sido al coste de un sobre esfuerzo de los sanitarios de ese escalón. “Se han tratado todos los casos sospechosos o posibles, en ese nivel, como si fueran positivos, con un seguimiento telefónico diario por parte del personal médico a casi 30.000 casos y a sus contactos, lo que supone un total de más de 50.000 personas”, dice Soler.

“De esta forma, se ha conseguido que en pleno pico de la pandemia fueran a urgencias de hospitales solo un tercio de los pacientes que habitualmente se presentan en ellas cada día”, añade Soler. “El SMS no lo ha hecho mal”, opina Martín, “pero eso ha ocurrido a pesar de un déficit de infraestructuras y de personal que tenenos desde 2012 y a base de sobrecargar de trabajo a los profesionales sanitarios”, precisa Martín: “Ha habido suerte”.

Precisamente, el mayor déficit sanitario en la Región es en Atención Primaria, que ha sido clave para confrontar la pandemia. “Un estudio del Sindicato Médico en 2019 estableció que faltan 150 médicos en centros de salud”, cuenta la portavoz de los Usuarios de Sanidad. Además, hay tres centros de salud ––uno para Santiago y Zaraiche (Murcia), otro para Cartagena y un tercero para Lorca–– que están presupuestados desde hace una década y ni siquiera se han empezado, abunda.

Un informe de la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública de marzo del año pasado, titulado “Murcia, enferma de pobreza”, contaba que en Atención Primaria hay una proporción de un médico de familia por cada 1450 personas y deberían ser de un médico para cada 1250.  “El presupuesto sanitario sigue por debajo de los niveles anteriores a los recortes que empezaron en 2012”, remacha Martín. “La Región de Murcia tenía 1.305,93 euros por habitantes para sostenimiento de la sanidad en 2019, lo que supone 28,32 euros menos por habitante que en 2010”, añade la portavoz de los Usuarios.

Ella señala también como clave que desde 2017 Murcia lidera el ranking de contratos temporales en sanitarios a nivel estatal y, junto con Cataluña, mantiene sus presupuestos sanitarios por debajo de antes de los recortes que empezaron en 2012.

Pensando en el futuro inmediato, Martín hace notar que serán necesarios más que nunca los trabajadores sociales adscritos a centros de salud por las consecuencias socioeconómicas de la crisis derivada de la pandemia con el aumento inmediato de personas en situación de vulnerabilidad o de exclusión.

Sin embargo, en este terreno también señala déficits existentes, puesto que solo 17 de los 84 centros de salud en la Región tienen trabajador social adscrito. “Pensamos que tenía que haber en todos, especialmente ahora por las circunstancias que se avecinan”, cree Martín. Que así fuera supondría un incremento presupuestario de 27 millones de euros al año sobre un gasto total en Sanidad de 2.400. “Por ese 1,2% de aumento no va a quebrar el sistema sanitario”, concluye.

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