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Los derechos del Mar Menor se debatirán en el Congreso: “La avalancha de firmas ha sido una locura, es un sueño”

Teresa Vicente y otros promotores de la ILP para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor con cajas de pliegos

Erena Calvo

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El despacho de la docente Teresa Vicente en la Universidad de Murcia (UMU) se ha convertido en los últimos días en el cuartel general de los promotores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que está a un paso de conseguir su objetivo para dotar de personalidad jurídica, de derechos, al Mar Menor. Una iniciativa que ha impulsado la profesora de Filosofía del Derecho de la UMU, y que contó desde el inicio con el apoyo de un grupo de ocho promotores y más de mil fedatarios (1.500) dentro y fuera de España para la recogida de las 500.000 firmas necesarias para que la propuesta pudiera ser admitida a trámite en el Congreso de los Diputados.

Comenzaron en octubre de 2020 y este jueves se cumple el primer plazo. “Hace una semana nos dieron una prórroga hasta enero pero no queríamos utilizarla si no era estrictamente necesario”, cuenta a elDiario.es Región de Murcia Teresa Vicente. No ha hecho falta. El pasado miércoles entregaron finalmente en la Junta Electoral Central de Madrid 639.826 firmas, un 28% más de las necesarias para presentar en el Congreso la ley para dotar de derechos a la albufera.

Este sábado superaron la barrera de las 500.000 firmas y el martes seguían en Murcia contando pliegos En la noche del lunes ya habían registrado 570.000, “pero quedan cajas y cajas, y no queremos que se quede ninguna sin contabilizar; aunque ya hemos sobrepasado nuestro colchón de riesgo, no queríamos que nadie se quedase con la sensación de no haber podido participar”, explica la profesora. El sábado, cuando alcanzaron el medio millón de rúbricas, fue una “auténtica locura; estábamos en mi despacho y tuvimos que salir a la terraza a coger aire, y abrazarnos, nos mirábamos como cuando estás viviendo un sueño”.

Como el río Whanganui, el río Atrato o el lago Erie

El objetivo de la ILP es dar personalidad jurídica a la laguna salada, que tenga su propio derecho a vivir y que se respete su ley ecológica; dotándole de una organización independiente que vele por esos derechos formada por científicos independientes, miembros de los municipios ribereños y la administración junto a representantes de la ciudadanía. De una manera similar a como se hace ya en otros ecosistemas protegidos y con personalidad jurídica como el río Whanganui en Nueva Zelanda, el río Atrato en Colombia o el lago Erie entre Estados Unidos y Canadá.

Teresa Vicente siempre ha sido optimista con el resultado de la ILP, “aunque al racionalizar, los matemáticos a veces nos decían que era imposible porque se necesitaba ir a 'x' firmas al día, pero el proceso ha dado muchos saltos porque el Mar Menor es muy potente y ha hablado claro”. La profesora de Filosofía del Derecho se refiere a dos momentos: cuando el Mar Menor estampó su propia rúbrica, y también cuando lanzó el pasado agosto un grito desesperado que escenificó con la muerte de miles de peces, un episodio que hizo que se multiplicara el ritmo de recogida de firmas tanto dentro como fuera de la Región de Murcia.

La jurista recuerda que en un principio se encontraron con algunos obstáculos, “sobre todo con la pandemia, porque empezamos en plena COVID y no podíamos ir a Madrid a recoger los pliegos, tardamos un mes en conseguir una autorización especial”. En los meses siguientes, todavía tardaron en conseguir poner sus mesas en la calle, y cuando lo lograron tuvieron que luchar con el miedo de la gente a coger los bolígrafos por miedo a los contagios. “Pero el Mar Menor habló en agosto para recordar que se está muriendo y tras ese momento fue una locura, en pocos días conseguimos 150.000 firmas y ha habido una auténtica avalancha”.

Apoyo de todos los partidos, excepto PP y Vox

Las firmas tienen que pasar ahora por la Oficina del Censo para ratificarlas, pero los promotores están convencidos de que superarán sin problemas ese primer trámite porque ya cuentan con el colchón máximo de riesgo -que se había fijado en un 10 por ciento de firmas inválidas-. “Están revisadas varias veces, una por una”. Una vez salgan del censo, vuelven a la Mesa del Congreso para su visto bueno y posterior debate en esa cámara y en el Senado. “Lo previsto es que salga adelante porque nos apoyan todos los partidos políticos menos Partido Popular y Vox, y luego seguirá el mismo trámite que cualquier ley”. Con el PP, afirma Teresa Vicente, están “muy dolidos” porque cuando se planteó la posibilidad de ampliar los plazos hasta enero “llegaron a pedir que empezáramos la recogida de firmas de nuevo, desde cero”.

Teresa Vicente se muestra orgullosa de todo lo que han conseguido hasta ahora y del recorrido que le queda al Mar Menor en el Congreso y en otras instancias internacionales. “Estoy acreditada por Naciones Unidas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) junto a otras mujeres que trabajan por la justicia ecológica y los derechos del planeta, y vamos a ir a dar nuestro punto de vista; no queremos este modelo que está colapsando el planeta, que no ha tenido en cuenta las opiniones de las mujeres y es injusto con las nuevas generaciones”. Respecto al Mar Menor, la profesora de Filosofía del Derecho es tajante: “Es el pueblo el que ha pedido que se respete la ley de la naturaleza, para que en los juicios que abordan los daños a un ecosistema no sigan siendo solo las empresas contaminantes las que tienen derechos; queremos que los ecosistemas tengan su propia personalidad jurídica”.

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