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Los temporales no dan tregua y convierten en un sumidero a los municipios murcianos del Mar Menor: “Nadie quiere vivir aquí”

El municipio murciano de Los Alcázares anegado tras el paso de la DANA

Erena Calvo

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Los municipios de la costa murciana se han convertido en el epicentro de las últimas inundaciones que ha sufrido la Región, tres en menos de cuatro meses. “Los vecinos tienen auténtico pánico, no duermen tranquilos cuando se avecina un temporal”. Habla Mario Pérez, alcalde de Los Alcázares, uno de los municipios más devastados por las DANAS de septiembre y diciembre.

La última borrasca, Gloria, ha sacudido a Los Alcázares de nuevo pero lo ha hecho con menos virulencia: “Porque venía con menor fuerza, pero también porque a los vecinos ya no les coge desprevenidos y han hecho sus pequeñas obras de contención en las casas”, empalizadas que han levantado cada uno a su manera y con los medios de los que disponían.

El problema es que no hay tregua. “Entre temporal y temporal pasa poco tiempo, no nos da tiempo a recuperarnos y en cuanto hemos hecho algunos arreglos, nos encontramos otra vez en las mismas”, se queja el alcalde socialista. Tanto él como José Miguel Luengo (PP), regidor de San Javier, coinciden y dicen la misma frase en conversaciones diferentes: “Aquí lo que pasa es que llueve sobre mojado”.

La organización Stop Inundaciones ha convocado este domingo una manifestación a las doce del mediodía en Los Alcázares. “Con el lema 'Ni una inundación más', saldremos de la zona cero, la más afectada y por donde entra toda el agua al pueblo, y haremos un recorrido hasta los tubos situados en la rotonda que conecta Los Alcázares con Torre Pacheco”, cuenta a eldiario.es Región de Murcia Santiago Pérez, representante de la asociación.

Santiago ha visto dos veces el agua entrando en su casa y ahogando sus recuerdos. En 2006 “el agua alcanzó unos 70 centímetros dentro de la vivienda”. Era una noche de domingo, “las once”, cuando se percataron. “Me acompañaba mi madre, que estaba impedida, y que 90 días después falleció”, recuerda.

En septiembre de 2019, “después de que hubiera conseguido arreglar la casa y haberme mudado de nuevo, el agua subió casi metro y medio”. Los bomberos no eran capaces de rescatarle porque la fuerza de la corriente se llevaba el camión cada vez que estacionaba frente a la casa. “La limpié, pero ya no la arreglo y no me voy a volver a instalar allí”. Aunque no niega la presión psicológica, bromea sin perder el sentido del humor. “Si me termino ahogando, Dios me dirá cuando me vea: 'Hijo, te mando primero 70 centímetros de agua, luego metro y medio, no te enteras... son señales'”.

Santiago Pérez lo tiene claro. “Todos los políticos, de todas las administraciones, se tienen que unir, sin discutir de quién son las competencias”. La solución, explica, tiene que ser integral y tener en cuenta a toda la cuenca. De la rambla del Albujón a San Pedro “hay mucha presión de sellado de terreno, huertos que no se labran, urbanizaciones, campos de golf, ampliaciones de pueblos, polígonos industriales, invernaderos... y el agua que cae allí en ocho horas cruza por nuestro pueblo, San Pedro o San Javier”, dice. Aunque la solución tampoco puede ser “abrir las ramblas directamente al Mar Menor, porque también queremos proteger la laguna”.

En busca de una solución integral

El presidente de la CHS, Mario Urrea, señaló este miércoles en una rueda de prensa que, junto con la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), están elaborando un plan director dirigido a interconectar las ramblas de Balsicas, La Señora y La Maraña para evitar que el agua “confluya hacia el núcleo” urbano. “También hemos iniciado el expediente de deslinde”.

El presidente de la Confederación aseguró que las inundaciones en los municipios cercanos al mar Menor son consecuencia de la “pérdida de la red hidrográfica natural del campo de Cartagena por la ocupación agrícola y urbanística del dominio público hidráulico”.

El alcalde de Los Alcázares hace cuentas y cifra los desperfectos de las inundaciones de septiembre de 2016 y diciembre de 2019 en 250 millones de euros. Y no duda en señalar hacia todas las administraciones para pedir responsabilidades. “Al Gobierno regional, pero también a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), que depende del Ejecutivo central”. Y recuerda que el presidente, Pedro Sánchez, “vino a nuestro municipio y se comprometió a tomar medidas; estamos esperándolas y tienen que ser urgentes porque si unas inundaciones como las de septiembre nos pillan por la mañana en lugar de una madrugada como pasó, las consecuencias pueden ser muy graves”.

Hay que recuperar los cauces que han desaparecido “a las puertas de nuestras casas” y subsanar los errores de unas ordenaciones territoriales “que han convertido a Los Alcázares en el sumidero de la Región”.

En el municipio vecino de San Javier, Gloria se ha cebado con las playas. “Somos un municipio mediano pero con muchos kilómetros de costa”, ha señalado José Miguel Luengo, alcalde de San Javier (PP) a este medio. “Entre el estado del Mar Menor y estos capítulos de inundaciones, no hay tregua”, ha dicho preocupado por la temporada de Semana Santa en una zona que vive en parte del turismo. La Manga “se quedó un día entero sin suministro de agua potable”, y son numerosos los daños en el sector agroalimentario. “Muchas cosechas se han visto arrasadas”.

Los seguros a los agricultores de la zona ya no les cubren las inundaciones, cuenta Santiago Pérez: “Las han sacado de las pólizas”. El presidente de Stop Inundaciones es la tercera generación de una familia de pequeños agricultores del Campo de Cartagena.

Los pescadores de San Pedro tampoco han podido salir esta semana a faenar al Mediterráneo al estar cortada la navegación en el canal que lo conecta con la laguna salada. “Se soltó una conducción eléctrica y era muy peligroso; los buzos no podían actuar hasta que no remitiese el temporal”.

Según Luengo, han mantenido una reunión con Mario Urrea, presidente de la CHS, para empezar a trabajar en diques de contención en la Rambla de Cobatillas, “donde se empieza a generar la acumulación del agua, para restarle fuerza en su camino y que no llegue tan embravecida; el ciclo del agua es así, tiene que ir al mar, pero el objetivo es que lo haga con menos virulencia”.

En los últimos 40 años, apunta, “se han hecho por parte de todas las administraciones muchas infraestructuras, colegios, institutos, guarderías, centros de salud, hospitales, autovías, grandes infraestructuras, y ahora toca defender todo eso”.

Santiago Pérez está totalmente de acuerdo. “Cada vez hay menos turismo, nos estamos quedando también sin el pequeño y mediano comercio, y hay mucha incertidumbre con el ecosistema del Mar Menor roto y habernos convertido en unos pueblos sin garantías por la climatología”, se queja. “Nadie quiere venirse a vivir aquí sabiendo que una mañana cualquiera se va a levantar con el agua en las rodillas o se va a quedar sin coche”, incide.

En una rueda de prensa del miércoles 22 de enero, el presidente de la CHS, Mario Urrea, señaló que, junto con la Universidad Politécncia de Cartagena (UPCT), están elaborando un plan director destinado a interconectar las ramblas de Balsicas, La Señora y La Maraña para evitar que el agua “confluya hacia el núcleo” urbano. “También hemos iniciado el expediente de deslinde”, explica.

El presidente de la Confederación achacó que las inundaciones en los municipios cercanos al mar Menor son consecuencia de la “pérdida de la red hidrográfica natural del campo de Cartagena por la ocupación agrícola y urbanística del dominio público hidráulico”.

Preocupación por el agua dulce vertida al Mar Menor

El consejero de Presidencia, Javier Celdrán, señaló este jueves que se están valorando los desperfectos, especialmente en carreteras, que es donde ha habido más incidencias, además de en edificios y colegios: “Los daños serán muy inferiores a las anteriores DANA”.

No obstante, Celdrán mostró su preocupación ante nuevos vertidos de agua dulce en el mar Menor. “Suponen una nueva agresión y un paso atrás en la recuperación que empezamos a ver en el último informe”. El consejero indicó que, según los últimos datos recogidos el 17 de enero, el estado de la albufera mostraba “mejorías”. Ahora, tendrá que esperarse a la siguiente medición de valores “para ver el impacto que ha tenido esa entrada de agua dulce”.

El 112 en la Región de Murcia atendió durante los días del temporal Gloria casi 1200 llamadas, sobre todo en los municipios afectados por las lluvias como son Moratalla, San Javier y Los Alcázares.

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