Urkullu afronta la vuelta al Parlamento con el reto de sumar apoyos al acuerdo con el PSE
El lehendakari Iñigo Urkullu se enfrenta al Pleno de Política General apenas tres días después de oficializar el Pacto PNV-PSE junto a Andoni Ortuzar y Patxi López, en un acto formal en Lehendakaritza rodeado de palabras de consenso, entendimiento y llamadas al diálogo con el resto de partidos.
Hoy se verá en la Cámara vasca por donde discurre el tan ansiado diálogo que proponen ambas formaciones. Urkullu ofrecerá ante los parlamentarios un discurso que vertebra en tres grandes bloques: una radiografía de la situación económica, política y social que vive Euskadi en la actualidad; la estrategia que ha seguido el Gobierno en los nueve meses de legislatura; y los planes de acción del ejecutivo para el futuro.
Es en el tercer punto en el que Urkullu tiene previsto proponer una serie de iniciativas que se centren en la reactivación económica y generación de empleo; la reforma fiscal y lucha contra el fraude; las políticas públicas y sociales; la paz y convivencia; la actualización del modelo institucional; y por último, un nuevo estatus político para Euskadi.
Se trata básicamente del mismo documento que firmaron el lunes nacionalistas y socialistas, exceptuando el último punto, el que se refiere al autogobierno. Urkullu defiende la necesidad de “actualizar el estatus de autogobierno de Euskadi” sobre “una base acordada y compartida por todas las sensibilidades políticas”, aunque sin marcar un procedimiento concreto ni tomar el proceso catalán como “referencia”.
La “base compartida” que requiere el lehendakari, se ha visto hasta ahora amenazada por todas las formaciones. EH Bildu ya criticó al lehendakari durante la exposición del programa de gobierno en el mes de mayo, y tachó la propuesta de autogobierno de inconcreta, “parece que este tema entra y sale de su agenda según le conviene” dijo la portavoz de Bildu, Laura Mintegi.
Por su parte el PSE considera que abrir este debate en este momento no responde a las necesidades de la ciudadanía, que lo que demanda son soluciones a la crisis económica. Considera además, que abordar esta cuestión sin un documento de trabajo previo acordado por la principales formaciones, es llevar el debate a un callejón sin salida. El PP y UPyD son los más beligerantes con este asunto. De hecho los populares condicionaron su apoyo al Gobierno en este punto: “ponemos una línea roja, el capítulo del autogobierno, por ahí no pasamos”, dijo Arantza Quiroga en aquella sesión plenaria.
En materia fiscal, las discrepancias llegan desde todos los partidos, excepto los socialistas que han participado en la redacción de la propuesta. En este tema el lehendakari tiene que lidiar con el PP que gobierna en las Juntas Generales de Álava y con Bildu que hace lo propio en Gipuzkoa, y es a estas instituciones a quienes corresponde materializar las iniciativas fiscales en sus territorios.
Copago farmaceútico
El primer desencuentro con los socialistas después de la firma del acuerdo, llegó al día siguiente con copago farmaceútico. El portavoz de Gobierno, Josu Erkoreka, anunció el martes que Urkullu presentaría un “sistema de compensación del copago farmacéutico para los pensionistas de menores ingresos”. El portavoz no precisó si estas palabras significan que solo se compensará a los pensionistas, pero el PSE ya ha alzado la voz en este apartado. En este sentido, la parlamentaria spcialista Blanca Roncal advirtió al Gobierno vasco de que no “admitirá” que la compensación por el nuevo sistema de copago farmacéutico se limite a los pensionistas con rentas bajas, ya que, según asegura, esto “no es” lo que se ha acordado en el acuerdo firmado este lunes con el PNV.
