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Los críticos quieren una dirección sin “componendas” entre corrientes y “refundar” Podemos en Euskadi

Roberto Uriarte, cuando anunció su dimisión a finales de 2015

Aitor Guenaga

La futura Asamblea Ciudadana de otoño y la elección por primarias de la persona que pilotará Podemos en Euskadi y de su equipo está más abierta que nunca. La decisión de la actual secretaria general, Nagua Alba, de adelantar el proceso de primarias y de no presentarse a la reelección se asienta en la idea del actual Consejo Ciudadano (dirección) de que la situación interna y la correlación de fuerzas ha cambiado completamente en estos casi dos años de mandato y que la organización es “más habitable”, como ha indicado en una entrevista en este periódico Eduardo Maura, secretario de Política e ideólogo de la actual dirección aún encabezada por Alba.

Pero los críticos parecen estar dispuestos a dar la batalla de nuevo y su entonces líder -que posteriormente dejó el camino abierto a la articulación de una corriente comandada por la candidata de Kaliangora, Pilar Garrido, ha salido de su 'retiro' para explicar, junto a otros críticos de su cuerda y el parlamentario Juan Luis Uria, cuáles deben ser los objetivos de la Asamblea Ciudadana que se celebrará en octubre.

Es una enmienda a la totalidad a la actual dirección y el proyecto que encarna. “No basta, en nuestra opinión, el cambio del modelo organizativo sino también el de la estrategia política. Es muy importante crear una dirección integradora y plural, pero lo es igualmente que esa dirección no sea una mera componenda entre corrientes”, apunta en el artículo que hoy publica eldiarionorte.es.

Y consideran, además, que tan importante como “crear una dirección integradora y plural”, es que “esa dirección no sea una mera componenda entre corrientes, sino que tenga un proyecto político nítido”, algo que echan en falta en la dirección actual. A su juicio, un proyecto claro para “ofrecer a esa mayoría compuesta por las más de trescientas mil vascas y vascos que han desertado por dos veces consecutivas de los partidos tradicionales y apostado por Podemos, evidenciando su deseo de unas políticas diferentes y de unas formas diferentes de hacer política”.

Consideran que puede producirse un reajuste en el panorama político vasco para las próximas elecciones y que es posible articular nuevas mayorías progresistas. En ese sentido, miran tanto a la izquierda abertzale independentista, como a los socialistas vascos. “En el caso de EH Bildu, por la emergencia de sectores con unas prioridades diferentes, más preocupados por la agenda social que por las cuestiones identitarias. La incapacidad de atraer al PNV hacia políticas de frente nacionalista podría facilitar la evolución de EH Bildu hacia una estrategia para la CAV más parecida a la que desarrolla en Nafarroa”, apuntan, en alusión al cuatripartito en el que participa Podemos de Navarra y que da estabilidad política -no sin dificultades internas- al Gobierno de Uxue Barkos en la Comunidad foral.

En el caso de los socialistas, creen que el “fracaso del golpe contra Sánchez [reelegido por una amplia mayoría en las pasadas primarias] facilita la colaboración y debilita a un Rajoy que sobrevive gracias al apoyo de Ciudadanos y el PNV”, argumentan.

Juan Luis Uria y los 170 militantes críticos

Uriarte firmado el artículo junto a responsables institucionales críticos con la actual dirección -la propia Pilar Garrido, secretaria de Políticas Sociales de Podemos, las cinco senadoras vascas contándole a la propia Garrido Miren Gorrotxategi, Kontxi Palencia, Josetxo Arrieta, Ángel Mesón y el concejal y consejero estatal David Soto.

Pero la vuelta de Uriarte -que sólo había levantado la voz públicamente contra la actual dirección después de que en febrero el núcleo duro de la Ejecutiva vasca -Nagua Alba, Eduardo Maura, etc- uniera sus votos a las tesis perdedoras de Vistaalegre II de Íñigo Errejón- va acompañada además de una figura como la del parlamentario Juan Luis Uría. A Uría se le relaciona directamente con el manifiesto firmado por los más de 170 cuadros de Podemos en Bizkaia en el que se pedía que la adecuación a Vistalegre II fuera completa y no sólo, como se había anunciado, una actualización de los documentos políticos. Es decir, que hubiera una Asamblea Ciudadana en toda regla y no sólo una asamblea política.

Está por ver si el movimiento de Uriarte es puntual o tiene más recorrido. Y también si Uria -que ha trabajado en el Parlamento vasco en consonancia con los postulados del partido- y los más de 170 militantes y cargos se articulan frente a la actual dirección o participan de esa convocatoria que la Ejecutiva de Alba quiere hacer de manera consensuada e integrando a los críticos. Y falta también por conocer la estrategia que adoptarán para la Asamblea los anticapitalistas de Neskutz Rodríguez, que en las pasadas primarias sumaron un 24% de los votos. Nagua Alba resultó ganadora con un 36% de los votos, mientras que Pilar Garrido obtuvo un 32% de los sufragios.

“La decisión de Nagua Alba no trataba de coger por sorpresa a nadie, en el sentido de hacer una guerra relámpago y de lanzar un hachazo definitivo a los críticos”, explicaba en la citada entrevista el 'número dos' de Podemos en Euskadi, Eduardo Maura. Habrá que esperar futuros movimientos porque el resultado de la Asamblea Ciudadana en Euskadi está más abierto de lo que podía parecer cuando Alba convocó por sorpresa primarias y anunció que no se presentaría a la reelección.

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