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“Si se deja de financiar la investigación básica se puede romper la armonía del desarrollo científico”

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Me preocupa detectar, cada vez más, una visión utilitarista en el discurso político respecto a la inversión pública en ciencia básica. Parece que interesa su financiación siempre que sea aplicada y que repercuta en la salud, pero no como un objetivo en sí mismo. Eso es algo extraordinariamente peligroso porque el sistema así no se sostiene”. La reflexión corresponde al exrector de la Universidad del País Vasco Juan Ignacio Pérez, Doctor en Biología y Catedrático de Fisiología Animal y director de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU. Pérez realizó esta advertencia durante el ciclo Las dos culturas y más allá: ciencia, sociedad y desarrollo, que se celebra estos días en el Palacio Miramar dentro de la XXXII edición de los Cursos de Verano de la UPV.

Pérez, que es quien dirige el ciclo, considera que resulta razonable que a la gente solo le interese invertir en tratamientos médicos, el medio ambiente o la alimentación. Pero el problema de esto es que “afecta a las políticas públicas”. “Cada vez se escucha más la recurrente expresión en época de crisis no estamos para lujos y si se deja de financiar la investigación básica se puede romper la armonía del desarrollo científico”. Y como ejemplo apuntó que en la actualidad hay más inversión en ciencia y tecnología básica de la que las encuestas a la población le darían si el criterio a seguir a la hora de financiar proyectos dependiera en exclusiva de la percepción social. Básicamente porque se trata de un “elemento muy importante que mantiene el resto del sistema científico”.

Durante su ponencia Ciencia, sociedad y desarrollo, el científico ha desgranado los datos del estudio publicado recientemente Percepción social de la ciencia y tecnología en el País Vasco, realizado por la fundación Elhuyar, la dirección de Política Científica del Departamento de Educación del Gobierno vasco y la propia cátedra que él dirige. La investigación recoge dos enfoques, uno cualitativo y otro cuantitativo. En la parte cualitativa, se realizaron 15 dinámicas de grupo y en la cuantitativa, participaron 1.258 personas de todo el País Vasco. Al hablar del estudio, no son pocas las contradicciones con las que se encuentra Pérez: “La ciencia tiene un interés bajo en la sociedad, acorde con la cercanía que percibe la gente con ella, aunque contrasta con el prestigio social que se les atribuye a los científicos”. Y matiza: “La gente no sabrá a qué nos dedicamos exactamente los científicos, pero por la encuesta podemos intuir que le reconocen una percepción de cierto prestigio y se entiende que hacemos una labor importante”. Otros asuntos, como los deportes o las cuestiones relacionadas con el trabajo y el empleo, aparecen antes que el conocimiento científico entre la población.

Divorcio con las humanidades

La utilidad del estudio radica en la necesidad que tienen los especialistas que se dedican a la divulgación científica a la hora de elaborar un discurso acorde con las necesidades o la percepción de la gente. Por eso, el divulgador ve necesario conocer el contexto social en el que está para poder plantear los temas de ciencia y tecnología, “y ver si existe ese 'divorcio' entre las ciencias y las letras”. Al hablar de las dos culturas, Pérez ha recalcado que “hablo de cultura literaria, no me gusta llamar humanidades a las disciplinas que no son científicas porque es como si las científicas fueran inhumanas. Esto tiene mucho que ver con la imagen que se proyecta de la ciencia, y me parece terriblemente injusto”.

Una de las cuestiones que moviliza al director de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV es la manera de informarse de los ciudadanos acerca de las cuestiones científicas. Principalmente lo hacen por la televisión, pero “sí que se puede comprobar cómo internet es un medio de consumo de información muy importante, en general, no solo en difusión científica, y que está cogiendo cada vez más una importancia creciente”. Y ahí adquiere especial importancia la gente joven, porque “las personas que nos dedicamos a la divulgación y difusión de la ciencia no podemos perder eso de vista”. Este sector demográfico principalmente se informa por: prensa, blogs, Wikipedia y redes sociales, entre otros medios digitales.

El catedrático ha subrayado que “existe una relación estrecha entre ciencia y desarrollo económico, bienestar y calidad de vida”. “Solo conociendo la ciencia en su totalidad y complejidad es posible apreciarla por su propio valor intrínseco. Pese a todo, el balance global es claramente favorable a la ciencia”.

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