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Euskadi arranca una precampaña que alumbrará nuevas mayorías

El PNV ganaría en las autonómicas vascas y Podemos sería la segunda fuerza

Aitor Guenaga

Aunque no está claro aún cuándo se celebrarán las elecciones autonómicas vascas, previstas en principio para el próximo otoño, los partidos en Euskadi ya están en precampaña. Y todos los datos que se van comprobando en las urnas o que revelan los sondeos electorales apuntan a que el futuro Parlamento que salga de esos comicios alumbrará nuevas mayorías. Al menos, la posibilidad de que se conformen en base a nuevos ejes en la política vasca inexplorados hasta la fecha. Por un lado, Podemos Ahal Dugu ha trastocado de hecho la correlación de fuerzas tras el 20-D. El sondeo avanzado este martes por el Gobierno vasco, en el que la formación morada envía a la tercera posición a EH Bildu, confirma de nuevo el avance de un partido que vive ahora su proceso de primarias para la elección de la mujer que dirigirá la formación.

El PNV ha aprovechado su recién celebrada Asamblea General -en un estado de paz interna construida a lo largo de su primer mandato por su renovado líder, Andoni Ortuzar- para dar el pistoletazo de salida jeltzale a su precampaña. Y lo han hecho colocando un cuerpo programático encima de la mesa. Un programa que incluye desde su propuesta de una Seguridad Social vasca -basada en un modelo mixto público privado-, hasta la ya conocida exigencia de bilateralidad en su relación con las instituciones españolas o el reconocimiento de la nación vasca y su 'derecho a decidir'.

En su fuero interno, y con todas las prudencias y cautelas, el PNV apostaría por apoyar la investidura de Pedro Sánchez y, “si dieran los números” mantener el eje de la gobernabilidad que ahora mismo da estabilidad a las principales instituciones vascas: el que sustenta la mayoría formada por peneuvistas y socialistas. Pero, atendiendo al citado sondeo del Ejecutivo vasco, ambos partidos -PNV -que pierde tres diputados y quedaría con 24 - y PSE -que pasa de 16 a nueve- quedarían muy lejos de la mayoría absoluta (38 diputados).

Los socialistas vascos, con Idoia Mendia a la cabeza, llevan ya tiempo trabajando en clave interna para los comicios autonómicos. Además de lanzar en su Comité Nacional del pasado 23 de enero el proceso de primarias para la elección de su líder como candidata a lehendakari, han comenzado ya la elaboración de un programa que pretende ser participativo al máximo. Su coordinador, el secretario general en Gipuzkoa, Iñaki Arriola, ha reiterado que el PSE-EE es “la garantía para que en este país se sigan haciendo políticas sociales ambiciosas”. “Y ese va a ser uno de los ejes fundamentales de la propuesta con la que concurriremos los socialistas a las próximas elecciones. Una propuesta de izquierdas, progresista y federal, como alternativa a la derecha y al nacionalismo”, ha resaltado Arriola. Para ser ese “socialismo útil para las personas” y con el fin de “responder a los problemas de la ciudadanía y a los retos económicos, demográficos, sociales, migratorios, culturales, tecnológicos del país”.

Y una de las claves para el futuro del PSE la ha dado el expresidente de esta formación en una reciente entrevista. Jesús Eguiguren ha declarado: “Hay que inventar un nuevo socialismo vasco para hacer ver que no somos el PNV”. ¿Estaría dispuesto el partido de Idoia Mendia de cambiar el eje de gobernabilidad y enviar a los peneuvistas a la oposición en la próxima legislatura sumando con otras fuerzas de izquierda?

La preocupación en EH Bildu por la fuga de votos hacia la formación de Pablo Iglesias en Euskadi es evidente. Podemos Ahal Dugu ha dado con la tecla de armar un discurso de claro contenido social y de rescate ciudadano, sin por ello dejar de lado banderas hasta ahora reservadas a la izquierda abertzale (y a IU-Ezker Anitza) como el derecho a decidir y con un claro compromiso con la convivencia que compagina su exigencia de disolución de ETA o la defensa del reconocimiento del daño injusto causado por ETA con la reivindicación de una nueva política penitenciaria con sus presos.

La salida el próximo 1 de marzo de la cárcel de Arnaldo Otegi, futuro candidato de la coalición soberanista, servirá para aglutinar el voto e insuflar ánimos, pero difícilmente se convertirá en el bálsamo de Fierabrás que algunos pretende dar a su retorno a la vida pública de una manera tan épica como alejada de la realidad al referirse a líder independentista como “el Mandela vasco”. En estos cuatro años sin el terrorismo de ETA, Euskadi ha cambiado radicalmente. Y en la mayor crisis vivida en este país, banderas y discursos que antes movilizaban, les suenan a muchos a hueco cuando no se tiene asegurado ni el pecunio, ni el trabajo, ni la pensión, ni cubiertas las necesidades básicas. Y en el País Vasco había en enero 154.792 personas sin empleo. De ahí que los soberanistas intenten exprimir su cara más social en la recta final de la legislatura.

De todo eso va a ir, seguro, la precampaña electoral que ha arrancado ya en Euskadi. A la espera de lo que pase en el Congreso con la investidura de Pedro Sánchez, la posible repetición de los comicios y, en su caso, el no descartable adelanto electoral a junio de las elecciones vascas.

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