Cristina Cifuentes mártir
Llegados a este punto, vamos a reconocerlo. En otro país, la noticia de eldiario.es sobre las notas falsificadas de Cifuentes supondría su dimisión ipso facto. Aquí, lo primero que muchos pensamos es “verás como no dimite”, “a ver qué se inventan ahora”, “dejarán que pase el tiempo y no pasará nada”... A este nivel están llevando algunos dirigentes la asunción de responsabilidades y la calidad de la democracia. Aún vemos y veremos que Cifuentes será presentada como mártir.
Universidad Rey Juan Carlos. Pública. Financiada por la Comunidad de Madrid. Máster dirigido por un alto cargo de Rajoy cuando gobernaba Aznar y con un profesor colocado por el PP en el Ayuntamiento de Pozuelo. Cristina Cifuentes aparece como no presentada para obtener la mitad de los créditos en 2012. Dos años después, en aquellos tiempos de las Marchas de la Dignidad, la delegada del Gobierno Cifuentes pasa a Notable. Sin nueva matrícula, ni examen... Ahora, tras reconocer a través de su portavoz a eldiario.es que se había dejado alguna asignatura, sale el rector a decir que las aprobó todas, pero las transcribieron mal.
La “mala transcripción de las notas” es un insulto a la inteligencia que llega desde la universidad. Una institución que debe velar por la verdad, el rigor, la cultura del esfuerzo y la igualdad de oportunidades. Explíquenles lo de las “calificaciones mal transcritas” a esos estudiantes que preparan exámenes, con recorte de becas, subida de tasas universitarias, profesores asociados precarios... Son esos alumnos que compiten con una carrera, la doble licenciatura, tres, el máster, el viaje al extranjero, la precariedad, el paro juvenil que sufre casi la mitad en esta España que “ya ha superado la crisis”.
A Cifuentes la hemos visto lamentarse porque solo tiene “3.000 euros en la cuenta”, cuando le pagamos al año más de 100.000. Se ha presentado textualmente como “víctima” frente a “los verdugos”, cuando iba a dar “explicaciones” al Congreso. Ha presumido de patriotismo con su efusivo apoyo a la Policía y a la Guardia Civil, pero ha tachado de “juicio de valor sin fundamento” el informe de la UCO que la relaciona con la financiación irregular del PP. Falta que aclare con pruebas sólidas que su máster no es ilegal en la universidad pública donde ya se contó que trabaja su hermana sin cumplir los requisitos.
Cristina Cifuentes presume de ser “el nuevo PP”. Curioso, cuando está afiliada a Nuevas Generaciones desde los 16 años. Era la Alianza Popular de Fraga. Yo no tenía edad ni para ir al cole. Poco más tarde, cuando los de mi generación estábamos en EGB, Cifuentes ya era diputada en la Asamblea de Madrid. Va camino de los 30 años cobrando de la política. Con cargos variopintos en el partido, en su fundación, en las instituciones... Han sido tiempos plagados de casos de corrupción, pero también en esto Cristina Cifuentes se declara víctima y sostiene que nunca se enteró de nada.
Pobre Cristina Cifuentes. Una incomprendida. Aún aspira a superar con nota lo que era suspenso y no un Notable. Quiere estar entre los listos de la clase. Y con la caída del PP en las encuestas, con el futuro de Rajoy aún sin aclarar, pasen y vean las peleas de gallos dentro del partido. No dejen de tomar apuntes. Tampoco se pierdan los besos de Judas. Llega la Semana Santa y lo de Cifuentes puede ser Cristina camino del calvario. O no, que diría Mariano. Aún puede ser que “la presidenta” resucite, sea víctima y hasta la declaren mártir. A estas alturas, ya hemos visto mayores milagros.