Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Desinfecten la cloaca

Pablo Iglesias avisa al PSOE: Si ganan los críticos, Podemos se quedará solo frente al PP

Jesús Cintora

Visto desde fuera de España, no dice mucho de nuestra democracia que a un dirigente de la oposición le hagan informes policiales falsos, le roben información privada a través del teléfono móvil de una colaboradora o le pirateen la cámara de seguridad de su vivienda.

Urge aclarar las informaciones que vamos conociendo en torno a Pablo Iglesias, porque son escándalos de primer nivel que ponen el termómetro en el país donde vivimos. Es necesario saber si hay relación entre las noticias que van apareciendo, quién hay detrás y que paguen por ello. De lo contrario, flaco favor se hará a la credibilidad de nuestras instituciones.

En los últimos días hemos sabido que el juez del 'caso Villarejo' investiga la presunta guerra sucia contra Podemos. Sumamos el informe sin firma, ni sello policial, sobre las finanzas del partido; el robo y publicación de datos del móvil de una asesora; la imputación del exdirector de Información Nacional de Moncloa, que acaba de dimitir (Villarejo declaró que Alberto Pozas, cuando dirigía la revista Interviú, le entregó información del teléfono sustraído), etc. Con la debida prudencia, pero sin dejar que caiga en el olvido, debe aclararse todo. De lo contrario, la suciedad se tornará en podredumbre.

De entrada, no da ninguna seguridad saber que en España pueden fabricarte un informe policial falso, con agentes a sueldo para la guerra sucia, difundirlo a través de los medios y convertirlo en material para destruirte la vida si quieren. Es lo mismo que hemos visto con la información íntima robada del teléfono móvil. Ya no digamos nada si la Guardia Civil te coloca una cámara en la vivienda y termina pirateada, accediendo hasta el lugar donde vives. Si le han hecho esto a Iglesias, que goza de determinadas medidas de seguridad, de Interior o de su partido, ¿qué no podrán hacer? Faltan explicaciones.

De Pablo Iglesias hace mucho tiempo que sabemos más que del resto de dirigentes políticos: dónde vivía, dónde vive, detalles de las habitaciones, el precio, su coche, el de su madre, datos de la vida de sus padres, fotos con la ecografía de sus hijos… Se han cruzado determinadas líneas, pero las noticias de las últimas semanas van, incluso, más allá y dan sobrados argumentos a los que lamentan la doble vara de medir con fines de juego sucio. De la crítica, el morbo o la intención de desprestigio, hemos pasado ya a maniobras más propias de la mafia.

Así las cosas, quedan preguntas por responder sobre la guerra sucia. ¿Qué intereses políticos o empresariales había contra Podemos y Pablo Iglesias?, ¿quiénes dieron las órdenes de actuar?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿por qué? Si hay políticos, policías o periodistas, que presuntamente estaban en el ajo, debe llegarse hasta el final. Si el partido de Iglesias y sus seguidores han sido muy críticos con la calidad democrática de nuestro país, ¿qué mejor forma de llevarles la contraria que llegando hasta el fondo de lo ocurrido y que paguen los responsables? Autoridades competentes, desinfecten la cloaca. Respondan a los de Podemos y al resto de la ciudadanía: ¿Se puede o no se puede?

Etiquetas
stats