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Girauta y sus contradicciones

Juan Carlos Girauta, diputado de Ciudadanos

Montero Glez

Los tuiteos de este hombre nunca dejan de ser reveladores. Porque los arranques de Girauta no son espontáneos, sino que son el resultado autoritario de una pareja diabólica: la formada por la polilla franquista y la madera neoliberal.

Con tal parentesco, no es de extrañar que el citado forme parte de la organización política que presta sus servicios a la patronal; me refiero a Ciudadanos, un partido de corte pragmático entendiendo pragmatismo como tendencia pija que valora la productividad sobre todas las demás cosas y considera el PIB como el índice de felicidad de un territorio. Así vamos.

Con todo, Juan Carlos Girauta, antes de acabar en Ciudadanos, pasó por otros partidos políticos como PSOE y PP. No hay duda: este diputado cambia de chaqueta con la misma facilidad con la que una bicha cambia de piel.

El otro día, tras la muerte de la actriz Terele Pávez, el diputado Juan Carlos Girauta se desató en un tuit más propio de un reptil que de un ser humano.

Poco después, ese mismo día, escribió otro tuit, que fue el efecto de pasar mucho tiempo cara al sol del verano, ese sol que hace que las uvas maduren.

En el tuit de marras, Girauta dejaba fuera de culpas y responsabilidades a la familia de Franco por ser familia de Franco. Bien mirado, la familia de Franco no es responsable de los crímenes cometidos por Franco pero, en la misma y justa medida, Terele Pávez tampoco fue responsable de los actos atribuidos a su padre. Sin embargo, todo esto a Juan Carlos Girauta le da igual, carece de vergüenza de la misma manera que otros carecen de pescuezo.

Es por eso que Girauta se contradice en beneficio propio cada vez que se expresa, ya sea oralmente o por escrito, desatándose en forma grosera con esa mezcla de poco arte y mala uva que le caracteriza.

La incompatibilidad entre ambos tuit deja la expresión discursiva de Juan Carlos Girauta fuera de toda lógica y nos presenta a un hombre cargado de contradicciones que no maduran y ya se sabe que, las contradicciones no superadas, son las peores pues revelan conflictividades internas que se imponen con la misma autoridad de una polilla cuando hace serrín la madera, valga la metáfora.

Por decirlo de alguna forma, se trata de las mismas contradicciones que pudiera padecer un obrero sin conciencia de clase cuando vota a Ciudadanos, organización política de tendencia neoliberal y donde milita Juan Carlos Girauta.

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