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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Pero si la sinofobia no existe

Viñeta sobre la sinofobia

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La noche de Halloween en el barrio de Deusto, en Bilbao, unas adolescentes entraron a robar en un establecimiento de alimentación regentado por personas chinas. Robo aparte, agredieron a los empleados, les insultaron y además, lo grabaron todo en vídeo y lo subieron a redes sociales. Además, el grupo de menores eran asiduas al local, iban varias veces por semana, pero no a comprar, iban a robar. 

Tirando de memoria, recuerdo que mis familiares y yo asumimos 'con relativa normalidad' que montar un negocio en España siendo chinos tuviera como consecuencia, ya no solo el robo, sino el robo con agresión verbal o física (y eso que ni nuestro restaurante ni el bazar de mi familiar estaban en barrios conflictivos). Mis padres, mis tíos, amigos suyos, e incluso, empleados de nuestro restaurante o del bazar, en algún momento u otro han sido agredidos: a mi tío le atracaron a punta de navaja en su pequeño comercio, a un repartidor nuestro le apuñalaron y robaron mientras repartía comida a domicilio. El robar y las agresiones físicas o verbales eran parte de la cotidianidad.

“En nuestro establecimiento hacían simpas, te tiraban huevos, te dejan la basura en la puerta, te tiran las bolsas con cacas de perro a la fachada...”

Encuestada china, Comunidad de Madrid. 

Esto no es un patrón aislado, en una encuesta informal (informal porque la realicé yo en una herramienta digital), mi muestra de 200 encuestados chinos o de familia china, residentes en distintas partes de la península, afirman que los delitos se cometen principalmente en los bazares (85%) y la hostelería (63%), y en su mayoría son robos (93,3%), acoso verbal (71%) y agresiones (33%). Lo sorprendente es la asiduidad, no es que se haga una vez, en su mayoría sufren delitos varias veces al año (47%) o lo que me ha parecido escalofriante, de forma muy asidua (13%). (Nota: la suma de los porcentajes es mayor a 100% por la multirespuesta, ya que puedes sufrir robos y agresiones verbales, y tener restaurantes y bazares)

“Jóvenes que vienen en grupo y roban. Se ríen y nos insultan. Alguna vez tuvimos que llamar a la policía, aunque tampoco es que ayudara mucho”.

Encuestada china, Cataluña. 

Recuerdo cómo, cuando era pequeña, mis familiares me decían: ¡Los españoles son malísimos!, y yo me indignaba muchísimo, porque todas mis amigas eran españolas, porque mis profesores eran españoles, porque los chicos que me gustaban eran españoles y además, aunque por aquel entonces no lo supiera, yo también tenía ese sesgo no-tan-sutil sinófobo, que nos inculca la sociedad occidental. Así que tendía a no tener en cuenta, e incluso disculpar, a la otra parte: a los que nos agredían y atracaban, a los que me acosaban en el colegio e instituto, que en su mayoría, como os podréis imaginar, también eran españoles.

Porque (redoble de tambor) ¡sorpresa! la mayoría de los robos no son perpetrados por otras minorías como ciertos grupos políticos nos quieren hacer creer, según otro muestreo de mi encuesta informal (940 personas) el 75% de los asaltantes son españoles. La mayoría varones (54%) y en un rango de edad que varía desde la adolescencia al joven adulto. Contrasté este porcentaje con el CIS, y en el 2020 del total de robos denunciados, el 71% de ladrones eran españoles (¿De dónde eran las víctimas? No se sabe, porque parece que eso no se estudia o no interesa, pero de dónde son los criminales sí, eso sí interesa muchísimo). 

“Mis amigas y gente conocida de alrededor, siempre iban al bazar a robar comida (tipo pipas, patatas fritas, chuches…) o auriculares, pilas… y siempre se contaba como una proeza, chuleándose. Yo era adolescente y no participaba, incluso una vez dije que no me parecía bien, desde ese día se mofaban de mí y opté por el silencio”.

Una testigo, Andalucía. 

Después de leer cientos de mensajes sobre los robos, hay algo que me parece terrorífico: la jactancia y la chulería del ladrón o ladrona, aunque seas pillado y te pidan que pagues (y de la denuncia ya ni hablamos). Las chicas de Deusto robaban asiduamente, en el vídeo insultaban al empleado y se iban riéndose, tengo muchos otros mensajes en los que si te enfrentas al ladrón, es casi peor que dejarse robar, ¿hola, impunidad?

“Entró un hombre a robar, lo vieron por las cámaras, fueron hacia él para decirle que debía pagar lo que había escondido... La chica del bazar terminó en urgencias porque el hombre le dio un puñetazo en la cara”.

Un testigo, Castilla-La Mancha. 

No me voy a centrar en los, llamémosles, criminales profesionales, centrémonos en las chavalas de Deusto, en los jóvenes que van a robar y agredir después de clase ¿Qué lleva a estas personas jóvenes a pensar que robar y agredir les da estatus? Que es algo de lo que jactarse. Que robar a quien tiene menos es guay. Que robar y agredir es placentero.

Y ya puestos a agredir, si uno es una hiena, no se va a enfrentar al león, obviamente quiere salir indemne e impune. En una reciente colaboración con la brigada de diversidad de Madrid estuve entrevistando a un agente que tiene más de 20 años de experiencia trabajando en Usera, la Chinatown madrileña dentro de Madrid city (Fuenlabrada y otros distritos periféricos ya es otra cosa), y fun fact: en Usera también tienes más papeletas de ser atracado o agredido, de que te abran el coche o te roben en casa si eres chino. Pese a ser la Chinatown madrileña y que, efectivamente, la mayor parte del barrio sea chino. Sus palabras fueron: si vas a robar a alguien, eliges a la víctima más fácil ¿Y quienes creemos que son? Bingo. La comunidad china. Y quiero poner énfasis en “creemos”. 

“Era un viernes de madrugada, y entró uno con malas intenciones a un ultramarinos chino ¡Pues el dueño le echó de la tienda literalmente haciendo arte marcial con un palo! Vamos que le dio tiempo a endiñarle un par de veces… Luego se pasó un buen rato en la puerta jugando con el palo por si volvía. Te juro que casi me pongo a aplaudir.”

Una testigo, Andalucía

La narrativa actual de los tan manidos estereotipos que tenemos sobre la comunidad china contribuyen a la percepción de víctima fácil:

– Los chinos no hablan bien español y no van a denunciar

– Tienen mucho cash

– Bajitos y delgados, mucha resistencia pues no creo que haya, tampoco es que sean famosos por su agresividad

¿Holi, de nuevo impunidad?

Os doy otro dato, según Alejandro Portes en su estudio que ganó el premio Princesa de Asturias 2019 en sociología, la minoría que más percibe racismo en España es la china y la filipina. Pero luego, la sinofobia no existe. Creo que en el imaginario occidental, por no entender, no se entiende ni la misma palabra “sinofobia”, de hecho, no la sabía ni yo. Nadie me la había enseñado ni en ningún lugar se había hablado de ello (Sinología es el estudio de la lengua, la literatura y las instituciones de China, sinofobia, pues el odio y el miedo).

Es más, en España se suele pensar:

– Nadie tiene problema con los chinos, si vienen a trabajar y buscarse la vida.

– No delinquen o si lo hacen es entre ellos.

– Qué graciosos los chinos con sus rarezas, jojojo ¿has visto a la china del hormiguero?

–¿Masaje con final feliz?

Estas creencias conviven con:

“Cuando yo iba al instituto, hace 10-15 años, estaba de moda ir a mangar cosas al chino. (..) Había otros bazares en mi pueblo, regentados por gente ”local“, a esos no iban a mangar. También había grupitos de gente a la que le daba palo mangar, pero iba al bazar chino a tocar los cojones básicamente, a preguntar cosas raras o sin sentido y reírse del señor/señora chino cuando no los entendía”.

Un testigo, Principado de Asturias

“Una vecina entraba en el bazar de los padres de un amigo a robar y se iba tan pancha aunque le pillasen. De paso aprovechaba para insultar con un repertorio de comentarios racistas si le llamaban la atención”.

Una testigo, Cataluña

“Hace años dieron una paliza a la señora que regentaba la tienda de chuches de mi calle. Por lo que escuché, fueron unos menores de edad de un grupo mixto (racializados y no racializados). Solían robarle, pero después de la paliza, tuvo que cerrar la tienda”.

Un testigo, Comunidad de Madrid

¿Que la sinofobia no existe en España? Sinceramente, no lo creo. Que no queramos verla es otra cosa.

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