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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Bronca entre los militares por la irrupción de una asociación de mandos en el órgano de Defensa que regula el Personal

Soldados del Ejército de Tierra, en una imagen de archivo.

Carlos del Castillo

La tensión entre los miembros de las diferentes escalas militares ha llegado al órgano oficial del Ministerio de Defensa encargado de la gestión de personal. La llegada de una agrupación destinada a representar exclusivamente los intereses de los oficiales ha dinamitado la convivencia con el resto de asociaciones profesionales, en las que la tropa y los suboficiales son ampliamente mayoritarios.

El choque tomó cuerpo en la última reunión del Consejo de Personal (Coperfas). El órgano sienta a los altos mandos de Defensa encargados de la gestión de las condiciones de trabajo de los militares con los representantes de estas asociaciones, la única figura disponible para que estos uniformados defiendan sus derechos laborales colectivamente al tener prohibido sindicarse.

El del pasado jueves era solo el tercer pleno en el que todas coincidían, pero terminó con los portavoces de la asociación de oficiales pidiendo sanciones disciplinarias contra representantes de otras asociaciones por “calumniar” a su escala y desprestigiar la institución militar. Mientras, del otro lado vuelan las acusaciones de “beligerancia”, “sindicato vertical” o “caballo de Troya”. El subsecretario de Defensa, presidente del Coperfas en ausencia de la ministra Margarita Robles, tuvo que intervenir para calmar los ánimos.

La mecha de la bronca fue un informe sobre retribuciones presentado por una asociación transversal, pero en la que la tropa es mayoritaria (Asociación Unificada de Militares Españoles, AUME) en el que se critica la administración de los recursos de las Fuerzas Armadas.

El texto y el “mal mandados” que incluye fue interpretado como un ataque directo por la representante de la asociación de oficiales, que pidió al subsecretario de Defensa que aplicara el régimen disciplinario contra Aume por tales expresiones. Este tipo de sanciones incluyen desde multas al arresto, una privación de libertad sin intervención judicial cuyo mantenimiento obliga a España a mantener activa una enmienda al Convenio Europeo de Derechos Humanos desde 1979 para evitar adherirse a él por completo.

El subsecretario denegó la solicitud de los oficiales (Asociación Profesional de oficiales de carrera de las Fuerzas Armadas, Aprofas), coinciden los relatos de las fuentes consultadas por este medio, y recordó que no se puede calumniar a un colectivo sino solo a un individuo.

Desconfianza enconada

La creación de Aprofas provocó inquietud en el resto de asociaciones, debido a las críticas que una parte importante de la escala de oficiales ha vertido tradicionalmente contra el asociacionismo y las medidas de conciliación que este logró para los soldados. De hecho, la entrada en el Coperfas de Aprofas en marzo supuso la primera vez en los 12 años de vida de este órgano que una asociación destinada a los mandos se sentaba frente a las que representan a tropa y suboficiales.

“Los oficiales siempre hemos sido muy reticentes a las asociaciones y a este tipo de conductos para manifestar una opinión. Siempre hemos creído que nuestra asociación son nuestros propios jefes. Pero es verdad que hoy en día ese no es el único canal”, reconoció Ángel Descalzo, coronel y presidente de Aprofas, en conversación con eldiario.es. “Si esto no tiene un límite al final los únicos disponibles serán los soldados solteros y sin compromiso. Los demás estarán aparte”, manifestó sobre las medidas de conciliación en el Ejército, cuya reversión es uno de los principales objetivos de Aprofas.

Estos posicionamientos, unido a los cargos de los impulsores de la asociación (el propio Descalzo ocupa el puesto de secretario técnico de la Dirección de Personal del Ministerio) hicieron temer al resto de ellas que Aprofas estuviera promovida desde arriba para coartar el avance en derechos laborales de los soldados.

Esa desconfianza mutua ha derivado en enfrentamiento abierto. “No les gustan las asociaciones, y más en concreto las que somos reivindicativas. Está claro. El propio subsecretario les llamó al orden y les señaló que es una manera de expresarse y que está dentro de la libertad de expresión”, denuncia Ignacio Unibaso, secretario general de Aume.

“Lo que no son capaces de rebatir con argumentos en los debates en el Coperfas lo llevan al terreno disciplinario donde tienen todas las de ganar”, protestó Aume en un comunicado, que en un juego de palabras con uno de los objetivos expresados por los miembros de la asociación de oficiales —“Contrarrestar a suboficiales y tropa”— denunció que “más bien lo que todo parece indicar es la intención de arrestar”.

“El nivel de acoso es lamentable, son un caballo de Troya”, protesta Unibaso en declaraciones a este medio: “No sé si serán un sindicato vertical, pero se comportan como tal”.

“Están acusando veladamente a sus jefes”

No solo las expresiones de los miembros de Aume provocaron las quejas de la asociación de oficiales. También cargaron contra otra de ellas, que defiende los intereses de los suboficiales, por abandonar la reunión al entender que el Ministerio hace caso omiso de sus reclamaciones.

“Estamos bastante disgustados y con un profundo malestar de la deriva que están tomando los asuntos allí”, asevera a eldiario.es Ángel Descalzo, de Aprofas. “Que una asociación directamente se levante y de un portazo, o que otras utilicen términos poco respetuosos, incluso insultantes, no nos parece que sea lo más adecuado para prestigiar el Consejo de Personal”.

“Ellos dicen que están mal mandados y mal administrados, pues desde luego, sabemos contra quién lo están diciendo. Si dicen que la administración permite que los militares estemos mal mandados y que se utilicen ciertos complementos retributivos como un instrumento de coacción, están acusando veladamente a los que tienen la disponibilidad de utilizar esos complementos que no dejan de ser otros que sus jefes, sus oficiales”, esgrime.

“Esos oficiales son nuestros afiliados, a los que nos debemos y a los que tenemos que defender”, recuerda el coronel Descalzo. “En Aume también hay muchos oficiales”, espeta Unibaso, que tiene rango de brigada: “No tienen la exclusiva de representarlos”.

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