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Odón Elorza: “El PSOE sigue arrastrando las consecuencias de los errores del Gobierno de Zapatero”

Elorza cree que el PSOE no ha hecho aún una reflexión crítica del Gobierno anterior. Foto: Efe.

Carmen Moraga

Odón Elorza (San Sebastián 1955) es diputado en el Congreso por Guipúzcoa y fue alcalde de San Sebastián durante 20 años. Tras la severa derrota del PSOE en Euskadi y Galicia, Elorza fue uno de los primeros en reclamar a su partido en Twitter “una catarsis” urgente. Sin embargo, en esta entrevista se desmarca de los que piden la dimisión de Rubalcaba mientras reflexiona sobre el batacazo electoral, analiza las causas y opina sobre el futuro del PSOE.

¿Qué le pasa al PSOE? ¿A qué achaca este tremendo desplome?

Fundamentalmente, seguimos arrastrando las consecuencias de la herencia, del periodo de gestión del Gobierno anterior, y ese peso llevará tiempo superarlo y recuperar la credibilidad de la ciudadanía. Creo que esa es la razón.

¿Cree que Alfredo Pérez Rubalcaba debería dimitir?

No. No es la coyuntura idónea para que se produzca la dimisión de Alfredo ni de la Ejecutiva. Realmente es el momento de las ideas, un debate que hemos aplazado. No es para nada el momento del debate sobre las personas. Sería una perversidad y una disfunción interna horrible entrar en ese debate porque lo prioritario sin duda es lo otro, el debate de las ideas. Es un momento muy especial como para criticar o hacer leña de Alfredo, que ganó un Congreso y que le ha tocado un papel realmente muy, muy difícil. Yo no voy a ser quien clave ningún puñal a Alfredo porque merece todos mis respetos dentro de las discrepancias políticas o estratégicas que pueda tener con él.

¿No le parece que al menos Rubalcaba debería haber dado la cara, si no esa misma noche, al día siguiente?

Bueno, desconozco las razones y por tanto no puedo opinar, aunque sí es verdad que parece un poco extraño, pero no tengo más que decir. Han dado razones, me han dicho que estaba muy concentrado preparando la intervención de los Presupuestos Generales, que es importante... bueno... a partir de ahí no tengo nada que decir.

¿Tampoco ve necesario la convocatoria de un congreso extraordinario, abrir un debate no solo sobre el proyecto sino también sobre liderazgos?

No en este momento porque, insisto, eso nos llevaría a una discusión sobre personas que realmente a la sociedad española no le interesa. Lo más prioritario es que el PSOE abra sus puertas y ventanas, reformule su funcionamiento y aborde un proceso de debate en profundidad que nos lleve a definir un proyecto económico alternativo al de la derecha para combatir la crisis y una propuesta en profundidad, que podría suponer la reforma de la Constitución para lograr una regeneración de la política y una democracia más avanzada en España.

¿Esa es la catarsis de la que usted habla y que debería abordar en la Conferencia Política?

Si, a mí me gustaría. Pero yo llevo hablando de la catarsis no por los resultados de estas elecciones sino desde el mes de diciembre y especialmente antes del 38º Congreso de Sevilla, que fue ya un Congreso fallido desde muchos puntos de vista. De modo que lo que debemos hacer es reinventar el papel del socialismo, de la izquierda en España y en Europa en el siglo XXI en plena crisis, profundizar en la democracia y establecer un modelo de funcionamiento de partido mucho más abierto y participativo. E incluir un análisis detallado de los errores y equivocaciones que hicimos en el periodo de gobierno de 2009-2010, de la última etapa de Zapatero. Sin analizar el pasado, sin detectar los errores del pasado cometidos, no podremos realmente abordar el futuro.

Ha dicho que el 38º Congreso fue fallido, ¿en qué sentido?

En primer lugar porque sirvió exclusivamente para elegir una Ejecutiva. No fue un Congreso para analizar el pasado político inmediato del PSOE y de la última etapa del Gobierno de Zapatero. No sirvió para establecer grandes líneas que se proyectaran hacia la ciudadanía de cara a combatir la crisis con una alternativa propia y diferenciada. Y por otra parte el resultado de la elección de la Ejecutiva no fue especialmente de integración. Quizá se podría haber hecho un mayor esfuerzo para integrar a la parte perdedora del Congreso. Tampoco entendí que se aprobara con una noventa y tantos por ciento la gestión saliente de la Comisión Ejecutiva.

También ha citado varias veces la gestión anterior de Zapatero como uno de los lastres que ha tenido en esta nueva etapa el PSOE. Pero Rubalcaba estaba en ese Gobierno.

Es que realmente se cometieron errores durante ese periodo de gestión. Es verdad que incumplimos las promesas electorales y no dimos una explicación pedagógica mínimamente satisfactoria de ese incumplimiento. No estuvimos tampoco muy atentos al origen y a la evolución de la crisis y tampoco actuamos durante ese periodo frente a la banca a la que hemos tratado en demasiadas ocasiones como la nueva 'vaca sagrada' del siglo XXI. Es cierto que se cometieron errores y ahí había una labor reconocida, no únicamente de Zapatero.

¿Hay banquillo para ese recambio de liderazgos que un sector del partido reclama?

Yo creo que sí. Pero hay una sensación de vértigo de que llegado el momento –que ahora no lo es– se produzcan cambios significativos importantes en las personas que puedan representar al PSOE en estos nuevos tiempos. Sí que hay, no tengo ninguna duda.

¿Griñán, por ejemplo?

No opino sobre personas.

¿Y Patxi López? ¿Ha quedado invalidado para optar a ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno cuando se convoquen primarias?

No tengo una opinión formada.

¿Eso es todo?

(Sonríe y asiente)

También el PSE va a afrontar en breve su próximo Congreso regional. ¿Por quién apuesta usted?

Hombre, personalmente me parece que Patxi López sería el mejor secretario general del PSE para los próximos años, de eso no tengo el menor género de duda por todos sus conocimientos, su experiencia y porque mantiene al partido unido, lo cual siempre es un gran mérito. Pero, dicho esto, lo más arriesgado en la política de un partido es avanzar nombres o formular preferencias porque eso a veces puede llevar a una situación de equívocos.

¿Eduardo Madina?

Yo a Eduardo Madina le veo más con una gran proyección en la política estatal. Lo que él pueda ser o vaya a ser va a depender sobre todo de sí mismo, de su fuerza personal, de su deseo y de su apuesta que de otras circunstancias porque muchísima gente confiamos en él.

¿Qué reflexión hace del fracaso en las elecciones vascas del PSE y del PP?

En primer lugar creo que ha habido un voto útil a favor del PNV ante la posibilidad de que EH-Bildu le podría disputar la victoria. Eso ha hecho concentrar votos de personas que suelen elegir la papeleta socialista dependiendo en qué elecciones, y de algún sector incluso que votó en las elecciones generales al PP frente al desgaste de los socialistas. Creo que el PNV ha jugado al voto del miedo frente a Bildu y ha logrado concentrar más que los demás. El ejemplo está en Guipúzcoa y en San Sebastián. Esta claro que allí el PNV consigue un resultado tan espléndido para frenar a Bildu a quien, por otra parte, se le empieza a conocer la escasa capacidad de gestión que ha desarrollado en el gobierno.

¿Y el fracaso de Patxi López lo achaca más a que los ciudadanos no han aprobado su gestión o a que le ha pasado factura el pacto con el PP?

Yo nunca he visto con especial simpatía el pacto –por otra parte, en su día necesario– con el PP. Y entiendo que eso haya podido alejar algunos votos del PSE. En cuanto a la gestión, yo creo que Patxi López, como lehendakari, ha hecho una buena gestión pese a las circunstancias. Es un hombre que no ha generado ninguna tensión y eso en Euskadi tiene mucho mérito.

Ni siquiera ha 'rentabilizado', vamos a decirlo así, el hecho de que se hayan celebrado unas elecciones sin la violencia de ETA.

Es que Patxi López en ningún momento ha querido rentabilizar ese proceso de paz que, por otro lado, en Madrid tanto Zapatero como Alfredo Pérez Rubalcaba le pusieron sordina porque no querían que el PP y la caverna mediática se echara más a la calle. De tal forma que al final hemos conseguido un objetivo pero no hemos sabido o no hemos podido rentabilizarlo.

¿Le preocupa que Bildu se haya convertido en la segunda fuerza política?

Evidentemente. Porque va a avanzar en sus tesis independentistas con lo que eso puede conllevar una inestabilidad en el Gobierno y una fractura social del país.

Urkullu ha dicho que buscará acuerdos “plurales y estables”. ¿Confía en que elija al PSE como socio preferente?

Yo en este momento estoy muy frío y distante a un Gobierno con el PNV o a una colaboración de ese tipo con el PNV. No hemos coincidido en muchos asuntos y los gritos de “independencia, independencia” que se escucharon durante el discurso de Urkullu la noche de celebración del éxito lo ponen en evidencia. Eso y su disposición a abordar recortes. En estos momentos no veo posible ni entrar en el Gobierno ni tampoco hacer una especie de declaración de regalo de 'no te preocupes que te vamos a dar apoyos puntuales'. Ya se verá.

¿Y el PSE qué relación va a mantener con Bildu?

Tenemos también con Bildu una relación fría, educada pero fría. No hay posibilidades de colaboración.

¿Cree que Urkullu tiene un pacto con Artur Mas para lograr que ambas comunidades se independicen y sean Estados dentro de la UE?

Yo creo que Urkullu tiene un plan B en materia soberanista que todavía no está acabado de escribir. No está culminado, le faltan algunos episodios y eso lo veremos.

¿Cree que el buen resultado de Bildu supondrá un freno para que el Gobierno de Rajoy avance en el proceso de paz aunque sea con tímidos gestos como hasta ahora?

En este tema el PP tiene un problema interno muy, muy gordo para hacer cualquier movimiento de presos dentro de lo que permite la ley. Tiene contradicciones con las actitudes del pasado y hay núcleos importantes dentro del PP que van a impedir a Rajoy moverse. Eso y determinados sectores de los medios de comunicación que quieren impedir que el proceso de paz se mueva.

Sin embargo, ETA sigue sin querer disolverse.

Si. ETA tiene varios objetivos importantes pendientes todavía. La entrega de las armas, el reconocimiento del daño causado al pueblo vasco y la disolución definitiva, y eso va a requerir todavía muchísimo trabajo. Luego hay otras cuestiones por las que ETA está todavía, entre comillas, vigilante, que es el de los presos. No sé lo que pasará, la verdad.

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