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Podemos aspira aún a una negociación 'in extremis' con el PSOE que evite nuevas elecciones

Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en uno de los debates de la campaña. FOTO: JuanJo Martin/EFE

Aitor Riveiro

El tiempo se agota y Podemos no cierra las opciones de alcanzar un acuerdo con el PSOE que evite unas nuevas elecciones generales. Aunque lo ven extremadamente complicado. Un deseo más que una esperanza. Tras dar por rotas las conversaciones a tres que incluían a Ciudadanos, a quienes Pablo Iglesias ha acusado de “inmovilistas”, el partido someterá a las bases la postura que deben adoptar sus diputados en una hipotética nueva sesión de investidura. El resultado se conocerá el próximo lunes 18 de abril. Las Cortes se disuelven por imperativo constitucional el 2 de mayo. Entre medias, dos semanas en las que todavía hay opciones para una negociación que sería agónica.

Iglesias utilizó durante la rueda de prensa ofrecida el viernes por la mañana una metáfora para explicar la visión que tienen de la situación en la que está el PSOE: “Es como si hubieran cogido un avión al país de Ciudadanos y les hubieran retenido el pasaporte. Aunque quieran volver, no pueden”. Por la tarde, en otra comparecencia tras reunirse con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, insistió en ella. Una imagen ideada por su secretario de Organización, Pablo Echenique, que vendría a estar ratificada por las insistentes declaraciones públicas en las que Pedro Sánchez y sus principales colaboradores han reiterado la vigencia del documento suscrito por los líderes de PSOE y Ciudadanos. Y que, según ha revelado Iglesias y reiteran diversas fuentes del partido, también expresaron de forma muy taxativa pero cordial durante la reunión a tres.

“Nosotros no pedimos romper el acuerdo”, apuntan desde la dirección de Podemos a eldiario.es. “Ciudadanos nos explicó que solo se pueden hacer retoques a su documento y el PSOE fue muy claro en que no lo van a romper”, señalan. “Les planteamos si estaban dispuestos a explorar un Gobierno con nosotros manteniendo ese acuerdo y fueron también muy claros: no”, concluyen.

Podemos planteará a los cerca de 400.000 inscritos en su base de datos dos preguntas para que elijan entre apoyar un gobierno basado en dicho acuerdo o insistir en el “gobierno de cambio” que proponen. Pablo Iglesias, como ya hiciera en Vistalegre en el otoño de 2014, ha fiado su continuidad al frente del proyecto, “por coherencia política”, a que la ganadora sea la segunda opción. Y pocos en el partido tienen dudas de que esto no ocurra finalmente.

El resultado se conocerá el 18 de abril. Y se abrirán dos semanas en las que ven margen para que el PSOE flexibilice su posición ante la imposibilidad de sumar los apoyos necesarios en el Congreso y se abra una negociación in extremis que no tiene una fecha tope muy clara. Aunque formalmente las Cortes se disuelven el 2 de mayo, el proceso para una investidura exige una serie de pasos que pasan por la intervención del rey Felipe VI, quien debe proponer al presidente del Congreso un candidato. Además, las dos votaciones a las que previsiblemente se debería someter Sánchez si no recaba una mayoría absoluta en la primera añaden otras 48 horas al proceso.

En Podemos ya contaban con llegar en una situación así al final del tiempo reglamentario, en uno de los símiles futbolísticos que suelen impregnar el discurso del partido. El reciente ejemplo catalán, donde se eligió al presidente de la Generalitat literlamente el último día de plazo, es un ejemplo de que puede ocurrir que suele utilizarse mucho tanto en público como en privado por dirigentes de todos los partidos.

El propio Pablo Iglesias aseguraba en la mañana del viernes su disposición a agotar los tiempos y su mano tendida para una negociación con el PSOE. Eso sí, no a cualquier precio. A ella llegará previsiblemente con el respaldo de las bases del partido a su propuesta. “Si el PSOE quiere gobernar tiene que girar a la izquierda”, señalan fuentes del grupo parlamentario a eldiario.es. Y añaden: “Quieren nuestra abstención a cambio de nada. Y nosotros no vamos a viajar a la derecha”.

Otras fuentes recuerdan que el documento de cesiones que llevó Podemos en la tarde del jueves a la reunión a tres contiene elementos “muy difíciles” para ellos y que chocan directamente con buena parte de su espíritu fundacional.

El deseo de Podemos choca con las declaraciones del PSOE. El jueves por la noche el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, salía a la sala de prensa a insistir en la necesidad de un acuerdo a tres y en que todavía había margen para él. La “vía 199”. El PSOE no esperaba la reacción de Podemos, que anuló la convocatoria prevista, y mucho menos la comparecencia de este viernes. Hernando, tras Iglesias, salía ante los medios a acusar a Podemos de “cerrar la puerta al cambio” tras mostrar su “indignación” por su actitud.

Fuentes del equipo negociador del PSOE aseguran a eldiario.es que tras la reunión del jueves el propio Pablo Iglesias aseguró que iba a salir esta tarde a la rueda de prensa y acordaron hacer hincapié en la “cordialidad” de la cita. Pero entre medias, Podemos cambió de opinión y optó por retrasar un día la comparecencia.

Todas las fuentes de Podemos consultadas por eldiario.es recuerdan que Iglesias hizo referencia a dicha cordialidad en su comparencian y coinciden en que la firmeza del PSOE y de Ciudadanos en defender el acuerdo firmado entre ambos les llevó a posponer la rueda. “Se decidió que el tema era lo suficientemente importante para debatir con los órganos de dirección”, apuntan desde el grupo parlamentario. A la reunión se sumaron las confluencias. De ella salieron las preguntas que se someterán a las bases de Podemos y que En Comú y En Marea tendrán en cuenta a la hora de evaluar su propia decisión si se llega a una votación de investidura.

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