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Aznar vuelve a presentarse el 28A: se vuelca con Casado tras alentar a Vox y Ciudadanos en el mandato de Rajoy

Aznar llama a agrupar el voto de centro derecha sin hacer inventario de errores

Iñigo Aduriz

“No tengo ningún compromiso partidario ni me considero militante de nada, ni me siento representado por nadie”. El expresidente del Gobierno José María Aznar utilizaba el 5 de junio de 2018 estas palabras para remarcar la distancia que le separaba entonces del PP –el partido que ayudó a fundar en 1989 junto a Manuel Fraga y por el que llegó al Palacio de La Moncloa en 1996–, a raíz de los continuos desacuerdos con la gestión de 14 años de Mariano Rajoy, el sucesor al que él mismo había elegido a dedo en 2004.

Horas antes del acto en el que Aznar pronunció esa frase, Rajoy había anunciado su renuncia a la presidencia del PP, cinco días después de perder la moción de censura que presentó contra él Pedro Sánchez a raíz de la sentencia de Gürtel.

Casi sin dar tiempo a su sucesor para despedirse, en el evento –la presentación del libro de uno de sus más estrechos colaboradores, el exsecretario general de Presidencia Javier Zarzalejos, hoy candidato del PP para las europeas– Aznar se ofreció para poner en marcha la “indispensable y necesaria reconstrucción de un centro derecha nacional” que ya estaba dividido en tres (PP, Ciudadanos y Vox) y cuya fragmentación había promocionado el propio expresidente con sus permanentes críticas a Rajoy y sus alabanzas a Albert Rivera y Santiago Abascal.

En un giro que entonces nadie podía prever, diez meses después, Aznar y sus afines –el conocido como aznarismo– no solo vuelven a estar plenamente integrados en el PP sino que controlan la dirección que preside Pablo Casado, y, tras años desvinculados del partido, hacen campaña por él. El expresidente se estrenaba este viernes en un mitin en Barcelona junto a una de sus fieles, la patrona de FAES Cayetana Álvarez de Toledo, reconvertida por Casado en la número uno de la lista por Barcelona para las elecciones generales del 28 de abril. Aznar regresó así a Catalunya, un territorio que no pisaba para dar un mitin desde hace 15 años y allí advirtió que Sánchez es el candidato de los independentistas.

A la misma hora, en Pontevedra, Mariano Rajoy reaparecía en un acto político del PP junto a su amiga y candidata Ana Pastor. En su ciudad natal, donde más cómodo se encuentra, el expresidente del Gobierno y del PP dio por hecho que Casado llegará al Gobierno a pesar de lo que pronostican “los gurús y pitonisos” de las encuestas pero dejó un mensaje de los suyos: “Lo que cuenta es la gente y la gente quiere cosas sensatas y moderadas”. El aviso puede servir a la vez para Vox y también para el nuevo rumbo de su sucesor. Rajoy no dio más pistas.

No coincide con Casado hasta el cierre

Su antecesor, en cambio se apuntó al discurso duro en Catalunya, cargando contra el independentismo como telonero de la candidata por Barcelona Cayetana Álvarez de Toledo, quien dijo en el acto que ella iba “a provocar” al secesionismo catalán.

Según ha podido saber eldiario.es de dirigentes populares, Aznar tiene previsto participar como orador principal en media docena de actos de campaña, en los que acompañará a distintos candidatos del PP. No coincidirá con Casado hasta el cierre, que tendrá lugar en Madrid el próximo día 26, y en el que en principio no se prevé que el expresidente intervenga aunque sí estará presente para arropar al líder de los populares al que considera ahora como su “jefe político”.

Este diario se ha puesto en contacto con fuentes oficiales de la dirección del PP para conocer cuáles son los actos en los que intervendrá el expresidente, si bien no ha obtenido respuesta. El Mundo informó el jueves de que además de Barcelona, Aznar tiene previsto participar en eventos de campaña en Almería, Albacete o Burgos.

Tras años alentando otras opciones políticas como Ciudadanos o Vox durante el mandato de Rajoy, Aznar ha vuelto a “ilusionarse” con el PP gracias a Casado, uno de sus ahijados políticos, que llegó a ser su jefe de gabinete entre 2009 y 2011 cuando ya era un expresidente dedicado a sus negocios y girando por el mundo. Aznar apostó por el hoy líder de los populares en las primarias de julio y, tras su triunfo sobre Soraya Sáenz de Santamaría, Casado compensó ese apoyo reintegrando al exmandatario y a los suyos en el partido.

El de Álvarez de Toledo no ha sido el único fichaje aznarista del presidente popular. En diciembre, Casado contrató como jefe de gabinete a otro exponente de ese sector, el exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Javier Fernández-Lasquetty, encargado desde entonces de planificar la estrategia, la agenda y el mensaje del líder popular. El objetivo del fichaje, según Génova, era “fortalecer ideológicamente un PP que necesita recuperar la esencia liberal que le dio sus mejores triunfos electorales”.

Lasquetty, Benjumea o Lacalle

Lasquetty fue secretario general de la FAES de Aznar, para quien también trabajó en su etapa de presidente del Gobierno en su gabinete en la Moncloa. Tras ejercer durante tres años –entre 2004 y 2007– como diputado del PP en el Congreso, Esperanza Aguirre le fichó para su Gobierno de la Comunidad de Madrid primero como consejero de Inmigración donde mantuvo un perfil bajo y, después, en la cartera de Sanidad, donde ensayó la puesta en marcha de su ideario más ultraliberal.

Días después de su contratación, el líder del PP fichaba también como asesora a Isabel Benjumea, hasta entonces directora del think tank ultraconservador Red Floridablanca, una organización que se define como “liberal conservadora” y está centrada en el análisis, el debate y la reflexión de la realidad y la actualidad política española. Benjumea había sido becaria de la FAES de Aznar.

Daniel Lacalle, el gurú económico de Casado, al que ya en octubre introdujo como uno de los responsables de la fundación de nueva creación Concordia y Libertad –presidida por Adolfo Suárez Illana– es también otro conocido aznarista que ahora es decisivo en la estrategia del PP.

Génova también puso a Miguel Ángel Rodríguez, exdirector de comunicación de Aznar, como consultor de la campaña de la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Rodríguez fue colaborador de Aznar durante su mandato en Castilla y León, donde asumió el cargo de portavoz de la Junta de Castilla y León, con 22 años. Después pasó a ser director de Comunicación del PP, con 24 años, entre 1988 y 1996. Y con Aznar como presidente del Gobierno fue nombrado secretario de Estado de Comunicación en 1996, cargo desde el que ejerció la portavocía del Gobierno.

Del amor a la distancia con Abascal

La Convención Nacional que el PP celebró en enero confirmó la reconciliación del aznarismo con el partido. El expresidente fue uno de los grandes protagonistas del cónclave, donde dio su bendición al liderazgo de Casado y pidió por primera vez después de muchos años el voto para el PP.

El cónclave fue, en cambio, el de la despedida de Rajoy –que intervino en una mesa redonda, pero que apenas pasó dos horas en la convención y se marchó por una puerta lateral– y el de la ruptura del nuevo PP con prácticamente todo lo que representó el expresidente, cuyos dirigentes más afines no han sido integrados por Casado ni en su dirección ni en sus listas.

Aznar seguirá pidiéndo el voto para el PP durante toda la campaña, volcándose con la estrategia de derechización de Casado que, según las encuestas, no será suficiente para evitar el desplome de los populares en las urnas, que dentro del partido cuantifican en una pérdida de entre 30 y 50 escaños respecto a los 134 logrados en 2016.

En su plan para ayudar al PP, Aznar ha llegado a encararse con el líder de Vox, al que en el pasado alabó –en octubre dijo que era un “chico lleno de cualidades”–, que continuamente tilda a los populares de “derechita cobarde”. “A mí, mirándome a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada”, dijo el expresidente en un mitin en Valencia a finales de marzo marzo.

“Un proyecto sin complejos”

“Es importante que se recupere a los votantes que se fueron del partido sin la necesidad de reprochar a quién votaron. Necesitamos un proyecto sin complejos, del que estemos orgullosos. Que consigamos proyectar ilusión en un proyecto definido para el futuro de España”, insiste Aznar una y otra vez en sus intervenciones, en las que aboga por que el PP logre acuerdos con Ciudadanos y Vox como el alcanzado en Andalucía, que hizo a Juan Manuel Moreno Bonilla presidente de la Junta tras 36 años de gobiernos socialistas.

El presidente de FAES cree que Casado es quien puede poner en marcha la “refundación” del centro derecha. El próximo día 28, las urnas determinarán si estaba en lo correcto o si, por el contrario, como apuntan los sondeos, con Casado a la cabeza la fragmentación del electorado más conservador relega al PP al peor resultado de su historia.

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