Comienza el baile de sillas para el PP en el Congreso de los Diputados
De la noche a la mañana, la otrora todopoderosa, Soraya Sáenz de Santamaría se ha quedado sin un despacho desde donde trabajar en la idea de disputarle a Alberto Núñez Feijóo el liderazgo del PP en la era postRajoy. La abrupta salida de Moncloa ha dejado a medio Gobierno sin despachos desde los que trabajar. El PP intenta solucionar la situación, pero antes debe decidir sobre otra ubicación importante: dónde se sienta cada uno cuando el próximo martes arranque el primer pleno del Parlamento con Sánchez en la presidencia.
La decisión sobre el reparto de escaños está siendo abordada en las últimas horas por la dirección del grupo parlamentario del PP. Rafael Hernando cederá su lugar a Rajoy, quien seguirá al frente de la formación, hasta el Congreso que resuelva su relevo. Los conservadores deben decidirse en cuestión de horas. El martes están citados a una sesión plenaria y los sistemas del parlamento deben conocer en qué lugar se sienta cada uno para evitar problemas a la hora de votar. La herramienta que registra las votaciones en el Congreso ubica a cada diputado en un lugar determinado, para así conocer exactamente el sentido del voto de cada uno.
En un momento en el que el PP se prepara para una lucha por la sucesión, las ubicaciones de Cospedal o Santamaría serán leídas con atención por cualquier observador político. Nadie sabe todavía dónde se sentarán. Fuentes del grupo parlamentario aseguran que lo más probable es que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, será ubicada detrás de Rajoy. El resto de exministros son, a día de hoy “diputados rasos”, aseguran las mismas fuentes.
De los 13 ministros de Rajoy, solo tres carecen de la condición de diputados (Fomento, Exteriores y Economía). Así las cosas, el PP tiene que ubicar a 10 exministros que, hasta ahora, tenían su espacio en el banco azul de primera fila, que ahora ocupa el gabinete de Sánchez.
Sin despachos
El segundo problema que intenta resolver la dirección del PP consiste en encontrarle un lugar de trabajo a todos aquellos que se han quedado sin oficina. Es el caso de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Al carecer de puesto orgánico en la dirección del Partido, Santamaría carece de despacho en la sede que los conservadores tienen en la madrileña Calle Génova.
El grupo parlamentario popular está intentando hacerse con media docena de despachos, reservados al Gobierno en el número 36 de la Carrera de San Jerónimo. La petición ha sido trasladada al resto de formaciones en la última reunión de la Mesa del Congreso, sin respuesta por el momento.
La presidenta del Parlamento, Ana Pastor, ha asumido personalmente la tarea de reubicar a sus compañeros para el trabajo de oposición que tienen por delante. Paralelamente, el portavoz Rafael Hernando se ha citado con la portavoz socialista Adriana Lastra para resolver este lunes el problema de espacio que afecta a los exministros.
Fuentes de la presidencia del Congreso aseguran que durante el último reparto de 2016, “el PP pidió menos despachos de los que les correspondían” porque los ministros ya tenían sitio en la zona reservada al Gobierno.
Estos y otros asuntos son los que Pastor quiere abordar en el almuerzo al que ha convocado a todos los portavoces para el próximo martes. A la espera de resolver su futuro en menos de un mes, el PP inicia ahora un baile de sillas con mucho de “provisional” pero con una carácter de simbolismo muy importante de cara a la pelea interna que ya está en marcha para tomar posiciones en el relevo de Rajoy.
