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El Gobierno defiende la negociación con Bildu ante la “dimisión de su responsabilidad” del PP y la “dinámica imposible” de ERC

La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Irene Castro / Aitor Riveiro

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El Gobierno atravesó este jueves uno de los días más delicados desde la investidura por la polémica que generó el acuerdo suscrito por PSOE, Unidas Podemos y Bildu para la quinta prórroga del estado de alarma, que fue rectificado al filo de la medianoche del miércoles por la presión ejercida por la patronal por la referencia a la derogación “íntegra” de la reforma laboral de forma inminente. Un día después, el Consejo de Ministros se ha reunido para aprobar esa prórroga hasta el 7 de junio y la portavoz, María Jesús Montero, ha defendido que se negociara con la izquierda abertzale ante la “dimisión de su responsabilidad” por parte de Pablo Casado, al que ha acusado de “estar en intentar tumbar a este Gobierno”, y la “dinámica de negociación imposible” de la que ha acusado a la izquierda parlamentaria, en una referencia velada a ERC.

Lo que ha rechazado Montero es que la coalición esté en crisis después de que la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, se impusiera tras el acuerdo suscrito por las formaciones que sustentan al Gobierno y las divergencias manifestadas públicamente por los distintos miembros del gabinete, entre ellos Pablo Iglesias. “Este es un Gobierno unido y cohesionado, le pese a quien le pese. Que haya distintas sensibilidades es algo común a todos los gobiernos. Siempre dentro de las diferentes materias se exponen distintos puntos de vista, se acuerda; pero vamos todos a una”, ha defendido. 

“El Gobierno no va a eludir la responsabilidad que tiene de proteger la salud y es por eso que hablamos con el conjunto de las fuerzas políticas”, ha expresado en su intervención inicial la portavoz del Ejecutivo, que ha recordado que todos los grupos con representación en el Congreso la han obtenido “legítimamente” en las urnas ante las suspicacias que genera, incluso dentro del PSOE, el acuerdo con Bildu.  “La situación sanitaria y económica del país no puede permitirse la dinámica de los últimos años de vetos contrapuestos. Tenemos que resetear muchas actitudes. Esta crisis demanda nuevas respuestas, nuevas aproximaciones, que elevemos la mirada y demos cuenta de ese desafío”, ha señalado Montero.

“El Gobierno no va a escatimar ningún esfuerzo para preservar la salud, para ser colchón de seguridad. Lo vamos a hacer aunque pueda generar múltiples respuestas e incluso generar ruido”, ha advertido la portavoz sobre la polémica que se ha generado en torno al acuerdo con Bildu, que ha sido criticado por los poderes fácticos. “Hay un entorno de ruido interesado”, ha denunciado la portavoz del Gobierno de coalición. 

Montero ha insistido que defender la salud a través de la restricción de la movilidad que permite el estado de alarma es una responsabilidad de todas las fuerzas políticas y no solo del Gobierno, y ha subrayado que seguirá negociando con todo el arco parlamentario. “Lo que todos hubiéramos querido es que el principal partido de la oposición no hubiera dimitido de su responsabilidad, que la dirección nacional del PP dejara de mirar de reojo a la ultraderecha y escuchara más a sus presidentes autonómicos”, ha dicho Montero, que ha recordado que las comunidades también quieren una “desescalada segura para evitar la llegada sin control de personas procedentes de otras zonas para que no se tire por tierra ese trabajo que se ha realizado también por los presidentes autonómicos”. 

Aunque el Gobierno traslada el grueso de la responsabilidad a Pablo Casado por estar pendiente de la “calculadora electoral” en plena pandemia, también ha acusado a “las fuerzas progresistas” de haber entrado en una “dinámica de negociación imposible” con cuestiones que “nada tenían que ver con la salud de los ciudadanos” en un mensaje a ERC. “Estoy convencida de que algunos votan en contra con los dedos cruzados para que salga adelante”, ha dicho sobre el mantenimiento del estado de alarma que es la única figura jurídica que permite restringir la movilidad interprovincial. “El Gobierno nunca va a mirar para otro lado; va a garantizar ese bien superior que es garantizar la salud de los ciudadanos anteponiendo intereses electoralistas y partidistas. Por eso seguiremos buscando apoyos, alianzas”, ha zanjado Montero. 

El mensaje que ha querido trasladar Montero es que se llevó a cabo una negociación con Bildu ante el “riesgo” de que decayera el estado de alarma a pesar de las “diferencias abismales” que tiene con la formación abertzale. También ha reconocido que llevaron “al límite” la capacidad de negociación con el acuerdo para la reforma laboral. La ministra de Hacienda, que ha reconocido que en las últimas horas los contactos permanentes con los agentes sociales se han producido “más intensamente, ha asegurado que todo lo que tenga que ver con la nueva legislación en materia de relaciones laborales se abordará en el marco del diálogo social ”en el medio plazo“. Montero ha dado por hecho que la patronal volverá a la mesa tras anunciar que se levanta tras el acuerdo con Bildu: ”Conozco el sentido de Estado de Garamendi, no es un patriota de boquilla“. 

“Con este ruido interesado, hemos reafirmado el compromiso de nuestro acuerdo programático”, ha dicho Montero sobre la derogación de la reforma laboral que forma parte del pacto de PSOE y Unidas Podemos. La novedad que incluía el texto suscrito con Bildu es que se plantea la reforma “íntegra” antes de que finalicen las medidas extraordinarias implementadas en la emergencia sanitaria de la COVID-19. El PSOE matizó que se trataba de los aspectos más lesivos, como la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales. Montero ha recordado que desde el inicio de la legislatura ya se había avanzando con los agentes sociales en esa dirección. 

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