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El Gobierno no prevé aceptar ningún cambio del Senado en los Presupuestos y finiquitar el trámite el 22 de diciembre

Pedro Sánchez, Carmen Calvo, Pablo Iglesias y Nadia Calviño aplauden a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el debate de los Presupuestos.

Irene Castro

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El Gobierno pretende zanjar la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 antes de lo previsto. Pedro Sánchez pretende liquidar el debate antes de Navidad y que el Senado apruebe las cuentas públicas tal y como salieron del Congreso. Para ello, los socialistas se han conjurado para que no salga adelante ninguna enmienda de las que presenten los grupos parlamentarios en la Cámara Alta, que ha iniciado esta semana el proceso que culminará el 22 de diciembre con el debate y votación de esas propuestas de la oposición. Si el plan sale según lo previsto, no sería necesario que el Congreso se reuniera de nuevo, aunque tiene marcado en rojo el 29 de diciembre por si finalmente se aceptara algún cambio. El Gobierno ha apretado, además, toda la tramitación para que las cuentas entren en vigor el 1 de enero y no haya que prorrogar las de Cristóbal Montoro de 2018 ni un día más.

“No consideramos que haya que hacer ninguna mejora al proyecto que salió del Congreso”, aseguran fuentes socialistas a elDiario.es. El Senado, además de cámara territorial, funciona como órgano de segunda lectura. Normalmente, los proyectos legislativos que llegan de la Cámara Baja sufren algunas modificaciones en su tramitación y tiene que volver a aprobarse cuando los devuelve el Senado. En el caso de los Presupuestos Generales del Estado, fuentes parlamentarias reconocen que lo normal es que el propio Gobierno impulse o acepte enmiendas que supongan determinadas “mejoras técnicas”, pero no es el caso en esta ocasión. “Nuestro objetivo es una tramitación ágil y que los presupuestos salgan cuanto antes al BOE”, señala el portavoz socialista, Ander Gil.

Aunque no quiso ser taxativa al reconocer que “la Cámara es soberana”, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró tras la votación de las cuentas en el Congreso que las formaciones que habían respaldado al Gobierno “no tienen previsto ninguna modificación”. A falta de que termine el plazo para la presentación de enmiendas parciales —que concluye el lunes a las 18 horas—, fuentes socialistas apuntan a que “tiene buena pinta” el plan dado que ninguno de los socios ha puesto sobre la mesa nuevas reclamaciones que puedan hacer que el plan vuele por los aires.

Esas mismas fuentes aseguran que rechazarán todas las enmiendas presentadas, entre ellas la impulsada por Más Madrid para reducir a cuatro días la jornada laboral. El Gobierno no tiene ninguna duda de que el Senado rechazará los cinco vetos presentados a las cuentas por PP, Vox, JxCAT, Coalición Canaria y, en este caso, también Ciudadanos tras rechazar finalmente el proyecto también en el Congreso, donde no impulsó ni apoyó ninguna enmienda a la totalidad mientras trataba de negociar con el Ejecutivo. Al no volver al Congreso, Sánchez evita, además, una nueva jornada de debate en la que la derecha le atice por sus acuerdos con ERC y EH Bildu, que sumados a otras formaciones nacionalistas o minoritarias, como PNV, Más País, Teruel Existe o PRC, dieron vía libre a las cuentas con 189 votos a favor.

La aprobación definitiva de iniciativas en el Senado es más habitual en otro tipo de leyes que en los Presupuestos Generales del Estado. Aunque es inusual que la Cámara Alta no apruebe ningún cambio, existen precedentes. Uno de ellos tuvo lugar en 1983, cuando se aprobaron a mitad de año debido a la celebración de las elecciones el año anterior, en las que arrasó Felipe González. El más cercano fue en 2017, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy sacó adelante las cuentas también en tiempo de descuento tras varios meses de bloqueo institucional y una repetición electoral. El PP contaba entonces con mayoría absoluta en el Senado y tumbó las más de 6.000 enmiendas que presentó la oposición. El PSOE denunció entonces el “ninguneo arbitrario” al Senado por no haberse aceptado ninguna enmienda.

“Los presupuestos de este año llegaron a esta Cámara blindados y encorsetados para pasar un mero trámite e ir directamente a su publicación en el BOE. No nos extraña que el PP actúe de acuerdo con estos criterios de ninguneo arbitrario a cualquier propuesta de enmienda del resto de los grupos parlamentarios. Lo que sí nos extrañaría es que los partidos que legítimamente sustentan estos presupuestos pudieran seguir las consignas acordadas. Espero que participen en la votación que realizaremos al término de esta sesión pensando en el interés general”, criticó entonces la senadora socialista Ana María Pérez. “Les hemos presentado más de 2000 enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado, no nos han aceptado ni una. Yo le prometo que entre 2050 enmiendas había alguna que no era ni bolivariana ni revolucionaria; alguna, podían haber aceptado hasta ustedes”, fue el reproche del entonces portavoz de Unidas Podemos, Ramón Espinar.

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