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La guerra sucia del Gobierno del PP, episodio 3: acabar con Podemos, evitar el cambio en Moncloa

Pablo Iglesias pasa por delante de la bancada del Gobierno del PP en el Congreso

Pedro Águeda

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“Si nos ayuda a que Podemos no llegue al Gobierno, mejor para todos”. Para entender el calado de esta afirmación es necesario recurrir al manido “quién, cómo, dónde, cuándo y por qué”. De las respuestas a estas preguntas surge una conclusión tan sobrecogedora como ignorada hasta ahora por políticos y numerosos medios de comunicación: el golpe a la democracia perpetrado desde el Gobierno por el Partido Popular y unos funcionarios a sus órdenes que transgredieron continuamente el mandato de neutralidad que les impone la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Quién. José Ángel Fuentes Gago es inspector jefe de la Policía. En el momento en el que hace esa afirmación es la mano derecha del director adjunto operativo, Eugenio Pino, el comisario elegido por el PP para dirigir el Cuerpo al llegar Mariano Rajoy a La Moncloa. Su discreta carrera, parte de ella al frente del sindicato de los mandos policiales, no le impide convertirse en un pieza clave en los años de la guerra sucia contra la oposición. Hoy está suspendido de funciones por su procesamiento en el caso Kitchen.

Dónde. En Nueva York. Allí ha ido entrevistarse en secreto con Rafael Isea, ex ministro de Finanzas de Hugo Chávez, huido del país y guardián de supuestas relaciones entre el régimen venezolano y Podemos.

Cuándo. El 12 de abril de 2016. Quedaban dos meses para las elecciones de 2016. Y con las urnas, la posibilidad de que una coalición progresista entre Podemos y el PSOE supusiera un cambio de signo en el Gobierno de España, en ese momento en manos del PP.

Cómo. Se trata de una reunión de ofrecimiento de acogimiento en España para Isea y su familia a cambio de información contra la formación de Pablo Iglesias. El siguiente párrafo es un textual de lo que se oye decir a Fuentes Gago en la grabación: “Yo he hablado con el ministro del Interior español y el ministro del Interior español habló con el presidente [del Gobierno] español. Yo solo tengo un mandato aquí, o sea, acompañar a estas personas y decirle a usted que me diga los nombres de las personas que quiere que documentemos en España y que le demos una nueva identidad o una nueva vida, la que tienen ustedes y les protejamos. Eso es mi compromiso. Yo vengo aquí con ese mandato. Usted me lo dice y lo hacemos”. Las personas que le acompañan son, entre otros, el jefe de la UDEF en ese momento, tal y como desveló elDiario.es el 15 de mayo de 2016.

Por qué. Los resortes de la guerra sucia utilizada contra el procés catalán y para intentar sabotear la causa judicial por la corrupción de la caja B del PP estaban engrasados. El nuevo enemigo a batir era Podemos. Se trataba de que Isea validara unos documentos de supuestos pagos de Caracas a una fundación ligada a Podemos. Isea declararía después a El País: “La policía me utilizó para una trama política y puso en riesgo a mi familia”.

La estrategia contra Podemos había comenzado mucho antes. Desde su misma irrupción fue considerado una amenaza por el amplio espectro de la derecha española, desde los ultras de Manos Limpias y sus querellas, a una entonces empleada del Partido Popular de Madrid llamada Isabel Díaz Ayuso, a los que atesoraban más instrumentos para el sabotaje, los funcionarios del Ministerio del Interior que dirigía Jorge Fernández Díaz. 

De 2014 datan las primeras maniobras contra la formación desde el Ministerio del Interior, tal y como reveló elDiario.es hace ahora un año. El 17 de enero de 2014, Podemos se dio a conocer en un acto en el Teatro del Barrio, en el madrileño barrio de Lavapiés. Tan solo cuatro meses después, en mayo, se celebraron elecciones europeas y el nuevo partido obtuvo más de 1,2 millones de votos y cinco parlamentarios en Estrasburgo. 

El diario de Villarejo, la hoja de ruta

El 30 de octubre de ese mismo año, el comisario en activo José Manuel Villarejo, destinado en la Dirección Adjunta Operativa, habla con el entonces número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, y apunta: “Reuniones Podemos”. Del día anterior consta en el diario una reunión del policía con periodistas de El Mundo por el mismo tema. 

Unos días antes, el gerente del PP de Madrid, imputado por la caja B de la formación local, traslada a Isabel Díaz Ayuso, tal y como desveló elDiario.es, por orden del vicepresidente madrileño Ignacio González que se adelante y registre las posibles marcas con las que Podemos puede acudir a las elecciones autonómicas. Ella lo intenta pero ya están en poder de personas próximas a la formación morada. Las conversaciones están en el sumario del caso Púnica. 

De vuelta al archivo de Villarejo, el comisario anota en febrero de 2015 otro encuentro con el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez: “Chisco. Venezuela-Podemos. Varias gestiones. Quedamos en hablar”. Para entonces, el abogado en la sombra del PP, Javier Iglesias, ya ha reclamado al comisario información de la formación política. Quedan dos años para que se produzca la conversación telefónica entre Cospedal y Villarejo que reveló recientemente El País, pero ‘El Largo’ es una de las conexiones de la secretaria general con el lado más oscuro de los aparatos del Estado. “Igles Jav. Quiere saber novedades sobre LB [Luis Bárcenas]. Ya le dije los últimos datos y que nadie controla a Verstringe ni a Podemos”, escribe en noviembre de 2014 Villarejo en su dietario. 

A comienzos de 2016 todo emerge, aunque la mayoría de los medios se afanan en el contenido del informe PISA y no en sus aspectos de dosier difamador. Sin firma ni sello, Interior tiene que admitir que el informe sale de la Dirección Adjunta Operativa (DAO), el nido de la brigada política, e intenta, una vez más, blanquearlo a través de la UDEF. El comisario jefe de esta unidad llega a ponerse en contacto con magistrados del Tribunal Supremo para ‘venderles’ las virtudes del informe. No hay suerte. Manos Limpias lo ha incorporado a una querella contra Iglesias e Íñigo Errejón y el Alto Tribunal considera que es “una mera publicación de informaciones en los medios de comunicación”. 

Sin que prospere en la vía penal, uno de los medios que había informado de su contenido, la Cadena SER, avanza que su destino final será el Tribunal de Cuentas. Nunca más se supo de que ocurrió en este órgano fiscalizador con el dosier de la brigada política. 

En el mes de mayo, todavía antes de las elecciones generales, tiene lugar la noticia falsa de la cuenta de Pablo Iglesias en Granadinas, un montaje desarmado por elDiario.es horas después de su publicación. El medio de Eduardo Inda, OkDiario, publicó un documento que ya había difundido en su canal de Youtube una periodista crítica con el régimen de Maduro. Se trata de una fotocopia manipulada. Una grabación publicada por Crónica Libre desvela cómo se urdió el citado montaje y el modo en el que Villarejo se lo traslada al periodista Antonio Ferreras y al directivo de Atresmedia Mauricio Casals. En la conversación, Ferreras cuenta a Villarejo que dijo a Inda: “Yo voy con ello, pero esto es muy burdo”.

En junio de 2016 se celebraron elecciones que tuvieron que repetirse en noviembre. El PSOE se abstuvo finalmente y facilitó que Rajoy volviera a gobernar. Pero la amenaza de Podemos seguía siendo una prioridad para el reverso más oscuro del Ministerio del Interior y del Partido Popular. En mayo de 2017 se produce la conversación entre el comisario Villarejo y la secretaria general del PP. “Tengo un tema de Podemos que es la hostia”, dice el policía. “Es una bomba. Yo eso sí lo quiero”, responde Cospedal. Para el juez Manuel García Castellón, instructor del caso Kitchen, las reuniones años atrás entre uno y otro interlocutor para sabotear el caso Gürtel se circunscribían al derecho que todo el mundo tiene a mantener encuentros “sociales”.

¿Qué le había ofrecido Villarejo a Cospedal? Pues en el fondo, ninguna gran novedad sobre los vértices del ataque a Podemos desde su orígenes: ETA, Cuba, Venezuela… “Yo tenía un segundo tema de la hostia, es que tenía un coronel del servicio secreto venezolano donde me iba a dar unas actas donde había reuniones de ETA con el servicio secreto cubano y con los de Podemos. ¡En Venezuela!”. 

García Castellón, el epílogo

Con la moción de censura y el cambio de Gobierno, el Partido Popular deja de controlar los resortes del Ministerio del Interior. Comenzó entonces otra batalla contra la formación de izquierdas, esta vez desde un juzgado de la Audiencia Nacional [aquí puedes leer el resumen publicado por elDiario.es hace una semana]. No será hasta 2020, cuando el juez García Castellón le de la vuelta a la pieza 10 del caso Villarejo para convertirla en el caso Pablo Iglesias.

Para cuando García Castellón desistió, después de casi dos años, de imputar a Iglesias siendo vicepresidente, el juez ya tenía en marcha otra pieza secreta, la de la supuesta financiación irregular, basada en el informe PISA y reabierta con la confesión del ex general acusado de narcotráfico a gran escala por Estados Unidos Hugo ‘El Pollo’ Carvajal. La Audiencia Nacional le obligó a cerrarla hace dos semanas, tal y como adelantó este medio.

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