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La Justicia autoriza la entrega a Reino Unido de un ultraderechista acusado de instigar atentados por Telegram

Propaganda neonazi publicada por el ultra británico Chris T.K  en Telegram en noviembre de 2019, según la organización 'Hope, not hate'

Alberto Pozas

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El Consejo de Ministros tendrá que decidir si entrega a Reino Unido a un ultraderechista británico que, desde su casa en la provincia de Alicante, llevaba las riendas de un canal de Telegram dedicado a difundir consignas supremacistas, animando a sus seguidores a cometer atentados racistas e, incluso, difundiendo manifiestos de los terroristas de ultraderecha que perpetraron las masacres de Utoya y Christchurch. La Audiencia Nacional avaló su entrega el pasado junio pero con la condición de que, una vez juzgado y en caso de ser declarado culpable, sea devuelto a España para cumplir condena en una cárcel de nuestro país por el arraigo familiar y laboral que tiene en la Comunidad Valenciana. Por el momento se encuentra en prisión provisional y los tribunales han rechazado recientemente su puesta en libertad hasta que sea entregado.

La documentación del caso, a la que ha tenido acceso elDiario.es, revela que este ciudadano británico residente en Alicante, que responde a las iniciales de Christopher T.K, está acusado por las autoridades de su país de ser un miembro activo de Patriotic Alternative, grupo ultraderechista, supremacista y racista con implantación en Reino Unido y sucesor de la organización neonazi terrorista desmantelada National Front. Gestionaba, según esta acusación de la Fiscalía británica, un canal de la aplicación Telegram creado en 2020 y con más de 1.800 personas suscritas en el que difundía personalmente todo tipo de contenidos racistas, supremacistas y ultraderechistas.

En este canal, supuestamente, publicaba contenido “predominantemente dirigido a fomentar la hostilidad contra personas no blancas y alentar a la acción violenta directa contra ellas, como parte de una ideología de supremacía blanca”. En el primer trimestre de 2021, por ejemplo, enlazó a varios documentos que animaban a los lectores a llevar a cabo actos terroristas“. Entre ellos, manifiestos de hasta cuatro terroristas de extrema derecha, entre ellos Brenton Tarrant, que en marzo de 2019 asesinó a 51 personas en un ataque terrorista perpetrado en varias mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda. También uno de Anders Breivik, supremacista autor de la matanza de 77 personas en la isla noruega de Utoya.

Sus escritos en este canal de Telegram, dice la Audiencia Nacional, “dejan claro que está al tanto del contenido de las publicaciones, así como su convicción en prepararse para una guerra entre razas”. Los investigadores de Reino Unido solicitaron su detención el pasado mes de febrero y fue arrestado y puesto en libertad con cautelares. Un segundo llamamiento fallido el pasado junio llevó a la Audiencia Nacional a decretar su ingreso en prisión provisional, donde permanece hasta la fecha a la espera de ser entregado del país que abandonó hace ahora más de tres años con su familia.

Los jueces de la sala de lo penal, que firmaron su aval a la extradición condicionada el pasado 30 de junio, valoran que los escritos que este ultraderechista rebotaba a través de su canal de Telegram “animan directamente a cometer atentados homicidas en nombre de la supremacía blanca, exponen su ideología racista e incluyen consejos prácticos para cometer actos terroristas”.

La Audiencia Nacional también ha estudiado el tipo de condena a la que se expone en Reino Unido: 15 años de prisión por cada delito de difusión de material terrorista, en base a la Ley sobre Terrorismo británica. Y su resolución refleja la diferencia legislativa entre ese país y España a la hora de considerar este tipo de hechos relativos a la ultraderecha: “Estos hechos, en España, serían constitutivos de un delito de odio en concurso con un delito de enaltecimiento terrorista castigado con un pena de prisión de uno a cuatro años, el primero de los delitos reseñados, en su consideración individual”.

Los jueces, el pasado mes de junio, rechazaron todos los argumentos de la defensa del ultraderechista británico para evitar la extradición: una supuesta falta de pruebas contra él, el requisito de la doble incriminación o la petición de que, en todo caso, sea juzgado en España y no en Reino Unido. “La solicitud de entrega es proporcionada y el delito por el que es reclamado no es un delito político”, contestan los jueces entre otros argumentos. Sí aceptan que su entrega sea condicionada y que si es finalmente condenado pueda volver a España a cumplir condena por el arraigo familiar que tiene en Alicante, en contra de lo que había pedido la Fiscalía.

“Charlie Big Potatoes”, coach de neonazis

La Fiscalía británica, en su petición de extradición, explicaba que Chris T.K es miembro “activo” de Patriotic Alternative, grupo político de Reino Unido surgido tras la desarticulación del grupo neonazi National Action, con la que comparte objetivos: ensalzar la “raza inglesa” y expulsar a los inmigrantes de Reino Unido a través de la acción directa. Una acción directa centrada en Reino Unido y no en el resto del continente.

El supuesto miembro del grupo reclamado por la Corte de Magistrados de Westminster es conocido por la actividad que mantuvo en diversas redes sociales hasta su detención en Alicante el pasado mes de marzo. Conocido en diversos perfiles como 'Charlie Big Potatoes', este ultraderechista no sólo se ha encargado de difundir la ideología del odio y manuales terroristas por Telegram y otros canales, sino que también ha creado en otros para difundir contenidos de entrenamiento físico para los militantes ultraderechistas. Su salida a España se tradujo en un fuerte enfrentamiento con otros líderes ultraderechistas británicos, según puede comprobarse en sus canales habituales de comunicación en Telegram.

El dossier publicado en noviembre de 2021 por 'Hope, not hate' sobre Patriotic Alternative refleja la actividad de este neonazi más allá de la difusión de material terrorista del que está acusado por la Justicia. Le definen como una “figura con cada vez más influencia” en la agrupación neonazi y destacan que “hasta hace poco ha estado encargado su 'fitness officer'”. Participó activamente en el podcast 'Patriotic Talk', definido como “uno de los más influyentes en la ultraderecha de Reino Unido”. Le atribuyen la creación del canal de Telegram 'Fascist Fitness'.

'Hope, not hate' afirma que este neonazi ha promovido las teorías terroristas supremacistas de James Mason, ha incitado al uso de la violencia y ha llegado a pedir “fanáticos, gente que esté dispuesta a morir por esta causa, un grupo de gente que sepa exactamente lo que quiere”. En su página web, Patriotic Alternative explica que tiene “un plan” para un Reino Unido “sano, exitoso y próspero”. Un plan que pasa, sobre todo, por cortar de raíz la llegada de inmigrantes mientras un contador informa de que quedan, aproximadamente, 43 años para que los “británicos nativos” sean una minoría en el país.

Es cuestión de tiempo que el Consejo de Ministros aborde la extradición de este integrante de la ultraderecha británica a Londres, donde será juzgado por la supuesta difusión de material terrorista a través de un canal de Telegram donde acumuló en torno a 1.800 seguidores.

En sus recursos y escritos presentados ante la Audiencia Nacional, que ha podido examinar elDiario.es, la defensa de este ultra británico afirma que “no existe prueba certera de su participación” y denuncia no conocer el resultado de las investigaciones que haya hecho la Policía Nacional española. Recuerda que mientras ha estado en España difundiendo, supuestamente, ese contenido vinculado a terroristas de ultraderecha nunca ha sido perseguido por las autoridades de nuestro país y que otros mensajes racistas y supremacistas en sus perfiles de internet no pueden ser utilizados para apoyar este proceso de extradición: “Diatribas contra los inmigrantes, multiculturalismo o el pueblo judío, aunque altamente rechazables, se pueden amparar en la libertad de expresión y dentro de una ideología de extrema derecha”, defiende su abogada.

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