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Mariano Rajoy y Albert Rivera comparten la estrategia de aumentar la presión sobre Pedro Sánchez

Rajoy y Rivera durante su encuentro para buscar un acuerdo de Gobierno

Gonzalo Cortizo

La presión es para Pedro Sánchez y Rajoy trabaja junto a Rivera para acrecentarla. Los dos protagonistas del principio de acuerdo quieren torcer el brazo del secretario general del PSOE para conseguir una abstención que desbloquee la actual situación política.

Rajoy asegura que es imprescindible que el PSOE cambie de posición para que los números permitan la formación de un Gobierno (Con PP, Ciudadanos y PNV no bastaría). En la misma línea, Rivera justifica su cambio al como el único modo para presionar a Pedro Sánchez.

Desde el PP han intentado trasladar su presión a los barones del PSOE a los que esta semana se dirigía Javier Maroto para pedir que forzasen a Sánchez a un cambio de actitud. Nadie respondió al llamamiento.

Para aumentar esa presión, Ciudadanos y PP se sentarán a negociar utilizando como base los documentos que sirvieron para el acuerdo firmado en la pasada legislatura por Sánchez y Rivera. En Ciudadanos ya han empezado a trabajar con el argumento de que el PSOE no puede decir que no a cosas que antes le parecieron bien.

El mayor problema para Rajoy es que no se fía del socialista y por eso no ha dado aún una fecha para una sesión de investidura. Tras la reunión del Comité Ejecutivo del PP que aprobará las condiciones impuestas en materia de regeneración democrática, Rajoy deberá tomar una decisión: fijar la fecha de investidura como pide Rivera o seguir esperando hasta tener claro que ese debate será para él una victoria segura.

Mientras tanto, el entorno del secretario general socialista opta por el perfil bajo. “Hasta que no haya un acuerdo, Pedro no tiene por qué mover ficha”, señala una fuente de la dirección socialista.

En Génova creen que la diferencia de opiniones en el seno del PSOE puede jugar a favor de los intereses de Rajoy. Varios de los principales barones socialistas no apoyan la estrategia del no a la que Sánchez se ha entregado, pero guardan silencio sobre su disenso.

“La división en el PSOE no es ideológica, es entre los que gobernamos y los que no lo hacen”, señala a eldiario.es uno de esos barones. El poder territorial socialista baraja otras alternativas, aunque no hay, por el momento, ningún canal oficial donde plantearlas. “En este escenario podríamos plantear lo que Ciudadanos no se ha atrevido: que se vaya Rajoy a cambio de nuestra abstención”, asegura otro dirigente territorial.

Frente a estos argumentos, en el entorno de Sánchez aseguran que “la abstención sería mortal para el PSOE”. “Podemos está ahora desaparecido y si nos abstenemos les convertiremos en los líderes de la oposición”.

El Comité Federal del PSOE ha ordenado un voto contra Rajoy. Ferraz no prevé convocar otra reunión al mismo nivel para revisar esa decisión, por lo que las opiniones en contra no tienen salida al mar por ahora. Tampoco es previsible que el sector crítico fuerce la convocatoria de esa reunión, para lo que necesitarían el voto de una quinta parte de sus miembros.

Uno de los principales colaboradores de Sánchez asegura: “Si Pedro aguanta con el no hasta la investidura, ese sería el momento de convocar un Comité Federal para preguntar qué hacemos a partir de ese momento”.

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