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El PP acusa al Gobierno de “politizar” los secretos oficiales al pasar su gestión de Defensa a Presidencia

La ministra de Defensa, Margarita Robles, en un acto institucional.

Aitor Riveiro

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El Partido Popular tiene dudas sobre el anteproyecto de Ley de Secretos Oficiales que este lunes aprobará el Consejo de Ministros. La primera, que no conoce el contenido del texto cuya redacción ha comandado el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. “No ha habido contactos”, se ha lamentado en una rueda de prensa el secretario de Economía, Juan Bravo, quien ha asegurado que una norma que afecta a asuntos “de Estado” debería haberse redactado de acuerdo con el principal partido de la oposición. Pero, además, el PP ha acusado al Gobierno de “politizar” la cuestión al trasladar la competencia en la materia desde el Ministerio de Defensa al de Presidencia.

El Gobierno de coalición pondrá en marcha este lunes la primera piedra para una Ley de Secretos Oficiales democrática. La actual fue aprobada en 1968, durante la dictadura de Francisco Franco, y no se asimila con las normas similares que existen en los países occidentales. Por eso, creen en el PP, el PSOE debería haber pactado con ellos el contenido del proyecto. “Hemos mostrado firme voluntad de llegar a acuerdos”, ha dicho Bravo, quien ejerce de portavoz del partido de Alberto Núñez Feijóo en la primera semana de agosto.

El dirigente ha lamentado que algo “tan importante” y que afecta a la seguridad del Estado no se haya acordado para que la futura ley, cuyo trámite no ha hecho más que empezar y que se puede prolongar fácilmente un año antes de su aprobación, perdure “en el tiempo”. Es decir, que el PP no decida enmendarla o modificarla si logra una mayoría para hacerlo. Bolaños ha gestionado la redacción de su propuesta con mucho celo, tanto que ni siquiera el socio de Gobierno, Unidas Podemos, sabía de su contenido, lo que ha llevado a que la líder del espacio político, Yolanda Díaz, haya rechazado las medidas que se han filtrado.

Pero el PP también ha criticado el fondo de la norma. Al menos, de algunos de los planteamientos que ya se han hecho públicos. Franco situó la gestión de los secretos oficiales bajo el manto del Ministerio de Defensa, toda una declaración de intenciones. Cinco décadas después, el Gobierno de coalición plantea trasladarlo al Ministerio de la Presidencia. Es decir, al Palacio de la Moncloa, lo que para Bravo significa una “politización” de la materia, además de una nueva afrenta a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a quien este lunes el PP ha vuelto a señalar como su preferida dentro del Consejo de Ministros.

“Debilita a la ministra Robles, se le resta protagonismo”, ha dicho Bravo, quien ha puesto como ejemplo la destitución de la directora del CNI tras el estallido de la crisis por el espionaje con Pegasus a diferente miembros del Gobierno, entre ellos el propio presidente.

El PP ha relacionado la intención de cambiar el departamento que gestionará los documentos secretos con una supuesta debilitación del Estado. “Poner en duda el CNI es comprometido para el país, es la institución qué defiende a nuestro país por encima de todo”, ha dicho Bravo. “Lo que deberíamos hacer es reforzar las instituciones, la independencia de las instituciones”, ha añadido.

Bravo, sin embargo, no ha considerado a preguntas de los periodistas que la decisión que tomó Mariano Rajoy en 2012 de traspasar al completo el CNI desde Defensa a Presidencia supusiera “politizar” el servicio de espionaje español. Y ha deslizado que la nueva norma puede restar poder al servicio de inteligencia y, por tanto, al Ministerio de Defensa. “Por segunda vez se minoran las competencias de CNI”, ha asegurado Bravo. El servicio de inteligencia es el encargado de la custodia de los documentos que el Gobierno clasifica como secretos, algo que el PP cree que puede cambiar con la nueva norma. “Eso es lo que puede preocupar al conjunto de los españoles”, ha zanjado.

Contra el plan de ahorro energético

El PP tampoco ve con buenos ojos el plan de ahorro energético que aprobará también este lunes el Consejo de Ministros. Como en el caso de los secretos oficiales, Juan Bravo ha lamentado que el Gobierno no se haya puesto previamente en contacto con el principal partido de la oposición para consensuar las medidas, algunas de las cuáles ya desgranó Pedro Sánchez en su comparecencia de la semana pasada.

“Con lo que hemos oído, no va a solucionar los problemas”, ha señalado el responsable económico del PP. “Recuerda mucho al presidente Zapatero”, ha asegurado a continuación, en referencia a las medidas de ahorro que se pusieron en marcha en los primeros compases de la crisis económica desatada en 2008.

Entonces, ha dicho Bravo, “la solución no fue la mejor ni a los españoles les fue mejor”. Algo que, cree, volverá a ocurrir si el real decreto-ley se queda en lo anunciado por Sánchez.

Bravo ha reclamado al Gobierno “un plan” completo que vaya más allá de medidas coyunturales de ahorro y que incidan en el mix energético española, apostando por recuperar la producción basada en el carbón y en anunciar que se prolonga la vida de la centrales nucleares.

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