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El PSOE confía en mantener el tipo el 20D gracias a las pequeñas circunscripciones

Pedro Sánchez junto a Javier Lambán en una visita a las inundaciones del Ebro a principios de año

Irene Castro

100, 103, 95... Los cálculos del número de escaños que conseguirá el PSOE es una de las conversaciones habituales entre cuadros y dirigentes socialistas desde hace semanas. En el partido se da por hecho que Pedro Sánchez no logrará revalidar el 28% de los votos que alcanzó Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011, que ya fue el peor resultado de su historia. Lo achacan a la entrada de las dos fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos. Pero los socialistas confían en que la bajada en términos porcentuales no se traduzca en una gran pérdida de escaños gracias al reparto que se realiza mediante el sistema de la ley d'Hont. 

Varios dirigentes del PSOE consultados por eldiario.es admiten que la distribución de los diputados a través de la fórmula d'Hont les beneficiará mientras que Ciudadanos y Podemos tendrán más complicado conseguir diputados en el Congreso en las circunscripciones pequeñas. Además, sostienen que será al PP al que le roben la mayoría de los escaños que logren en determinados lugares en los que queden en tercera o cuarta posición. 

Los socialistas fían su suerte en gran parte a esas pequeñas circunscripciones, como Teruel, Huesca, Jaén o Cáceres, por ejemplo. “En Castilla y León es prácticamente imposible que perdamos ni un escaño por el reparto y la ley d'Hont”, expresa un destacado dirigente de la región, que explica que, con ese sistema, en León y Valladolid hasta ahora el reparto era tres para el PP y dos para el PSOE, mientras que augura que en esta ocasión será dos (PP), dos (PSOE) y uno para el tercero en liza. “El PP pierde el último y el resto se lo disputan Podemos y Ciudadanos”, dice basándose en los resultados de las autonómicas. 

Más optimista se muestra con los casos de Burgos y Salamanca: “Al bajar tanto el PP y nosotros mantenernos, si logramos duplicar a la tercera fuerza, conseguiríamos un escaño más de los que tenemos ahora”, explica, confiado en que Ciudadanos y Podemos no pasarán del 12% o el 13%. 

Otra de las fuentes consultadas pone como ejemplo La Rioja, donde el PSOE tiene actualmente un diputado: César Luena, el número dos de Sánchez, que repite como cabeza de lista. Ese socialista riojano considera que los partidos emergentes pueden llegar a ocupar escaños por esa circunscripción pero considera improbable que se lo arrebaten al PSOE mientras que el PP puede perder uno de los tres que tiene. 

En total, son 28 provincias en las que Ciudadanos y Podemos tienen más complicado conseguir un diputado porque requiere entre un 16 y un 19% de los votos. En esas circunscripciones se eligen 100 de los 350 parlamentarios de la Cámara, es decir, un 28% del total. Es ahí donde tienen parte de sus esperanzas en Ferraz.

Podemos ha intentado contraatacar en algunas de ellas, como en Zaragoza con el fichaje del exJEMAD Julio Rodríguez, en Las Palmas con la jueza Victoria Rosell o en Salamanca donde ha elegido a María José Jiménez, una mujer gitana y feminista, para encabezar la lista. 

Además, el PSOE destaca como “ventaja competitiva” que tiene “estructura” en todos esos lugares frente a los partidos emergentes, que son “más urbanos”. Son precisamente las grandes ciudades donde los socialistas temen repetir las grandes caídas que sufrieron el 24M, como Madrid, donde por primera vez quedaron relegados a la tercera posición con el 15% de los votos en las municipales. 

Frente a ese optimismo, varias fuentes consultadas dan por perdidos los escaños de Navarra, hasta ahora ocupado por Juan Moscoso, que renunció a ir en la lista, y Álava, donde el partido atraviesa desde hace años una grave crisis. En ambos casos el PSOE cayó por debajo de los 15 puntos en los comicios de hace seis meses. 

El foco de las esperanzas del PSOE también está en Andalucía, donde hace cuatro años fue superado por el PP, que logró el 45,5% de los sufragios, que se tradujeron en 33 escaños frente a los 25 que ahora tienen los socialistas. Un dirigente gaditano admitía hace unas semanas que esperaban obtener cuatro escaños en Cádiz frente a los tres que consiguieron en 2011. En esa circunscripción, Podemos es fuerte, pero los socialistas esperan que su aterrizaje en el Congreso perjudique al PP. 

En Castilla-La Mancha confían en reducir distancias con el PP, que hace cuatro años les sacó 25 puntos (14 escaños frente a los siete de la bancada socialista). También en la Comunidad Valenciana esperan que el PP se hunda y “rentabilizar la gestión de Ximo Puig al frente de la Generalitat”. 

Este cálculo explica en parte el tipo de campaña que ha diseñado Ferraz para estas elecciones. Los de Pedro Sánchez todavía no han comunicado el plan de su caravana pero ya ha trascendido que su presencia en las grandes provincias va a ser fundamental. El PSOE cerrará su campaña con un doblete para Sánchez que buscará hasta el último minuto los votos no asegurados en Madrid y Barcelona, dos de los territorios donde el PSOE se juega el éxito o el fracaso. 

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