Sánchez pone fin al duelo y vuelve a reírse
La sonrisa vuelve al rostro de Pedro Sánchez y los fans de PerroSanxe se sienten aliviados. Se acabó eso de ir por la vida con cara de perro apaleado, con aspecto de estar deprimido e inapetente. Tantas raciones de Ábalos y Cerdán le estaban dejando en los huesos. Así llegó arrastrándose al verano, lo que hizo creer al Partido Popular que su fin estaba cerca. Por entonces, lo único de lo que podía presumir Sánchez era de estar vivo. Tampoco es que le sobraran las pulsaciones por minuto.
En un escenario en el que cualquier informe de la UCO puede darte un susto de muerte, Sánchez llegó a la conclusión de que el último sobre el caso Koldo ni tan mal. Podría haber sido peor. El presidente se permitió el detalle de recomendar al PP que leyera la página 28 del informe. La Guardia Civil indica ahí que no procede seguir investigando las donaciones que José Luis Ábalos hizo al partido, al igual que los demás altos cargos, o las cantidades percibidas en concepto de dietas. Eso tiene que ver con las fotos de los sobres con el logo del PSOE que aparecen en el informe y que provocaron un orgasmo de placer en el PP.
“Sus acusaciones (sobre financiación ilegal) son totalmente falsas”, dijo Sánchez. “Para sobrecogedor, el Partido Popular”. De ahí pasó a lo que al PSOE le interesa que salga en el debate público, Gaza y aborto, con un mensaje específico para Díaz Ayuso: “En Portugal, el 70% de abortos se hace en la sanidad pública; en Suecia, el 99%; en Italia, el 94%; en Madrid, sólo el 1%. Eso es un atropello al derecho de las mujeres”.
Es difícil saber si Feijóo se picó, sufrió un sobresalto al escuchar la mención al Madrid de Ayuso o lo traía preparado de casa. El caso es que se decidió a anunciar una decisión que el PP tenía congelada desde febrero de 2024. Llamar a declarar este mes al presidente a la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado. Ninguno de los altos cargos socialistas que han estado en esa comisión lo ha pasado muy mal ni las reuniones han generado titulares extraordinarios. Los senadores del PP que hacen las preguntas no son precisamente unos interrogadores muy astutos.
El PP se guardaba esa bala en la recámara sin tener claro que fuera a serle muy útil. Ahora parece que la necesita y que sea lo que Sánchez quiera.
La medida es en sí misma una muestra de la debilidad del PP y de Feijóo en las primeras semanas del curso político. Con Vox muy crecido en las encuestas y el PP parado en algunas de ellas, regresan los momentos propicios para el psicoanálisis en la sede de Génova. ¿Quiénes somos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué no estamos más altos en los sondeos?
En ese runrún de los que se creyeron la promesa de Feijóo de que ganará las elecciones y gobernará en solitario porque sí, porque lo dice él, algunos ya no se cortan. Un columnista de ABC desdeñó con dureza la capacidad del líder del PP de aparentar ser lo que no es con el deseo de complacer a todos los que no soportan a Sánchez: “No se puede ser Ayuso algunos días y otros Juanma Moreno; algún que otro sábado probar a ser incluso Santiago Abascal, y por momentos volver a ser el Feijóo de la Xunta de Galicia, aunque cada vez menos”.
'Yo no soy Sánchez' no es el mensaje ganador que Feijóo cree que es.
“Usted está tan pringado como ellos”, dijo Feijóo a Sánchez después de soltar lo de la comisión del Senado. Estaba rabioso y Sánchez acertó al no intentar competir en rabia. Además, le quedaban menos de diez segundos para la última réplica. Tampoco le daba para desarrollar un argumento. Se limitó al cachondeo: “Ánimo, Alberto”. Sus diputados se rieron con ganas, porque están soportando una legislatura que no les ha dado muchas alegrías.
Una de las misiones que tenían los diputados del PP en la sesión de control era salvar a Juanma Moreno, inmerso en un escándalo por el seguimiento de casos de cáncer de mama en la sanidad pública. Como es habitual en política, la técnica no consistía en defender a Moreno, sino en atacar a quien podía aprovecharse de sus problemas, en este caso, María Jesús Montero, candidata a la presidencia en las próximas elecciones andaluzas.
Ester Muñoz le enseñó una foto de pacientes de ELA recibidos en Moncloa y le acusó de haberlos abandonado. “¿Cuántos pacientes más tienen que fallecer para que ustedes cumplan y financien la ley ELA?”, preguntó la portavoz del PP por la falta de financiación prometida para su tratamiento. La ley se publicó en el BOE el 30 de octubre de 2024.
Montero optó por la solución de todos los plenos. No habló de los enfermos de ELA, pero sí del crecimiento del PIB, el empleo, el Ingreso Mínimo Vital y hasta el déficit público. Le faltó mencionar el arbitraje en la Liga de fútbol, un tema siempre polémico. Qué les importará a los enfermos cuánto ha subido el PIB. En una segunda intervención, se preguntó qué votará el PP cuando el Gobierno apruebe “la generación de créditos dentro de unos días” con la que financiar la atención a esos enfermos. Acto seguido, siguió a lo suyo y citó el derecho al aborto y la decisión del Ayuntamiento de Madrid de apelar a un inexistente síndrome posaborto.
En una pregunta posterior y para responder al PP, la vicepresidenta se refirió a las armas de destrucción masiva de Irak, el accidente del Yak-42 y el 11M. Cualquier día termina citando la carta de San Pablo a los corintios. No se sabe quién asesora a Montero sobre la sesión de control, pero de esta manera no va a ganar ningún duelo parlamentario.
Todas las risas de Sánchez eran también una cuestión de pretender que ahora todo va bien. La política es también un juego de las apariencias. Por la tarde, el Gobierno recibió en cascada varias buenas noticias. Algunas se las trabajó. Otras fueron un regalo del destino.
Como había anunciado unas horas antes, Podemos votó a favor del decreto de embargo de armas a Israel sin estar muy convencido de su valor. Después, se negoció la ley de movilidad sostenible y Podemos aceptó no votar en contra con el argumento de que había conseguido que la ampliación del aeropuerto de El Prat no se contemple hasta 2031. Por otro lado, no estaba previsto que empezara antes, pero el caso es que sirvió para arrancar la abstención del partido de Belarra.
Hubo ahí un déjà vu de los que hacen gracia. La reforma laboral salió adelante gracias a un diputado del PP que se equivocó al votar desde casa donde padecía una aguda gastroenteritis. La ley de movilidad sostenible iba a salir incluso sin la abstención de Podemos gracias a que otro diputado del PP estaba de luna de miel en el extranjero. Al menos, en este caso todo ocurría por una historia de amor, lo que es mucho más romántico, y no por una explosión intestinal.
El día finalizó con otro suceso que neutralizaba la versión del PP sobre la situación de la sanidad andaluza. Apoyados en un artículo de ABC, quisieron hacer ver que no había nada nuevo, que todo lo ocurrido procedía de los lejanos tiempos en que María Jesús Montero era consejera de Sanidad. Todo eso era propaganda y Juanma Moreno lo sabía. Por eso a última hora anunció la dimisión de su consejera de Salud en lo que era propiamente un cese, el de la misma persona que dijo a las mujeres afectadas que no era para tanto, que estaban viendo el vaso “medio vacío”. Después de la hora de comer, todo fue una cascada de malas noticias para el PP.
Veremos qué tipo de Feijóo decide ser el líder del PP la próxima semana. Puede elegir entre el traje de Ayuso o el de Moreno. El de Conan el Bárbaro o el de Mary Poppins. Tendrá que elegir. No puedes ser un asesino en serie y un estadista al mismo tiempo. Lo único que está claro es que si todas sus esperanzas están puestas en que sus senadores arrinconarán y noquearán a Sánchez a finales de mes, entonces sí que va a necesitar que le animen todos sus compañeros de partido. Con las palabras de Sánchez, no será suficiente.
65