Ayer por la mañana me encontré con la noticia de que la DGT regulará a los vehículos de movilidad personal que circulen por las aceras. Esto que aparentemente podría ser una medida lógica, plantea varias cuestiones. Creo que estaremos de acuerdo en que vista la proliferación de elementos tecnológicos de transporte hay que hacer una regulación de su uso. Hasta ahí todo bien. El problema empieza cuando metemos en el mismo saco a una persona con discapacidad y a un segway, o un patinete con motor, por ejemplo.
Por un lado, todos estos dispositivos en la acera podrían provocar cierto malestar al usuario común, el peatón, pero por otro lado no podemos enviar a los “conductores” a la calzada porque generarían un problema de fluidez y seguridad. Difícil entonces.
Yo haría una diferenciación clara. ¿Es necesario para tu vida? En el caso de ciertas personas con discapacidad lo es, sobre todo para lograr una independencia. En el caso de los segways o patinetes con motor habría que plantear si incluirlos en los carriles bici, a pesar de que esto pudiera llevar “al comunismo y a millones de muertos”.
El fondo de todo esto debería ser el consenso de diferentes transportes y encarrilarlos, nunca mejor dicho, en su mejor ubicación.
En el caso de las personas con movilidad reducida que dependan de su vehículo a motor creo que estaría bien clara puesto que, en la mayoría de los casos, no hay una alternativa a su uso, con lo cual su restricción sería un grave perjuicio para sus usuarios.
Dicho esto no quedan muchas más soluciones, restringirlas o canalizarlas, como antes comentaba. ¿Podrían ser los carriles bici la solución?
Esta normativa se adelanta a la problemática que tendrán muchos países europeos próximamente, y el intento de ponerla en pie me parece muy interesante, pero habría que ver las medidas de implantación.
Estamos entrando en una etapa en la que la tecnología se convierte, cada vez más, en algo que genera controversia. Por un lado nos facilita mucho la vida, pero por otro genera problemas como el que estamos viendo, sobre todo la acumulación de elementos. Creo que es una propuesta interesante plantearse cuestiones relativas a las nuevas circunstancias que están por venir, puesto que cuanto antes las anticipemos, antes podremos gestionarlas.
La cuestión será si al final somos capaces de gestionarlo en condiciones, eliminando los perjuicios a la mayoría de usuarios y procurando el bien común y no solo el de unos pocos.
Esperemos que a partir de estas situaciones empecemos a encabezar temas a nivel europeo, sobre todo en discapacidad, que es el tema que nos ocupa, para poder hacer de este un país amigable a la adaptación de las personas con discapacidad.