Hoy tenía intención de hablarles de lo complicado que es para un padre o una madre ciega total llevar a sus hijos a espacios abiertos como los parques. Lo haré en otro momento, porque una noticia relacionada con las ciudades inteligentes me ha robado la inspiración. La noticia me resulta atractiva dado que supongo que una ciudad inteligente me brindará una mejor usabilidad como persona con discapacidad. En teoría.
Pero ¿qué es una 'smart city' o ciudad inteligente?
Leo que en términos generales son ciudades orientadas hacia la sostenibilidad por la necesidad de reducir emisiones contaminantes y optimizar los recursos existentes en el planeta ante el crecimiento económico y demográfico (dos mil millones de habitantes en un futuro no lejano) y que incorporen iniciativas que mejoren la vida de las personas que vivimos en ellas. Vale, me daré por aludida.
Las cifras de los implicados en esto de las ciudades inteligentes abruman y hasta cierto punto me aburren. Este año se celebró en Madrid el primer congreso de las ciudades inteligentes al que asistieron trescientas personas. Se presentaron 120 comunicaciones, 40 miembros conformaron el comité técnico, y participaron 30 organizaciones. Me pierdo en tanta sigla… SETSI, MINECO, FOMENTO, OECC, IMSERSO, FEMP, CECU, UPM, UEM… por citar algunas.
No dudo del intercambio de experiencias, creo en la puesta en común de proyectos… El conocimiento compartido ayuda a mejorar. Pero por ahora los parques, por retomar mi primera idea y caballo de batalla estos días, se siguen diseñando con muchas carencias. Las ciudades inteligentes todavía me suenan a ciencia ficción. Hay interés en hablar de ellas, pero poca voluntad de que las tecnologías y el conocimiento actuales, sumados a las demandas de los ciudadanos, pasen de una vez al terreno de forma generalizada y no como un hito histórico. ¡Pero por Dios si todos tenemos en la mano un 'smart phone' y quien más o quien menos lee este artículo desde su 'tablet'! ¿De verdad queremos ciudades inteligentes a nuestro servicio, que nos faciliten la vida cotidiana? Cuánto nos cuesta pasar del papel o la idea a la práctica… ¿Ciudades inteligentes cuando aún muchas webs de servicios públicos están lejos de la mínima accesibilidad?
Quizás lo verdaderamente inteligente es que nos pregunten a los ciudadanos, los que realmente usamos los servicios y quienes vivimos en las ciudades, por nuestras necesidades, lo que es útil y práctico, cómo mejoraría nuestra calidad de vida, por aquellos elementos que nos harían la vida más agradable. Eso sí me parece inteligente y quizás por esa razón no se hace.