Adiós a José Luis Castro, programador de grandes teatros y leyenda de la escena sevillana: “Cuánto le debe esta ciudad”
El mundo de las artes escénicas andaluzas llora de manera unánime el fallecimiento de José Luis Castro, una figura fundamental en la cultura de su ciudad, Sevilla, donde fue un incansable defensor del teatro y la ópera, y llegó a dirigir importantes coliseos como el Alameda, el Lope de Vega y el Maestranza. Un infarto fulminante sufrido mientras se encontraba en Mallorca ha puesto fin a una vida dedicada a los escenarios y a la pasión por las artes vivas.
Nacido en la capital hispalense en 1953, su pasión teatral le llevó en los primeros años 80 a militar en la compañía Mediodía, para crear años después la compañía El Globo. Formó parte de montajes como Testamento andaluz, junto a Antonio Gala, Manolo Sanlúcar y Juan Echanove, así como de Tierra adentro, de Cristina Hoyos. Con Echanove también puso en escena en 1993 una celebrada versión de El Cerdo, la novela de Raymond Cousse.
Su trabajo como director de escena contempla asimismo colaboraciones con el Centro Dramático Nacional, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Teatro de los Sueños, Centro Andaluz del Teatro, así como en la Gala Lírica Inaugural en el Teatro de la Maestranza, con Montserrat Caballé, Plácido Domingo, José Carreras, Teresa Berganza, Pilar Lorengar, Alfredo Kraus y Josep Pons.
Estuvo desde 1987 al frente del Teatro Lope de Vega, desde 1989 el Teatro Municipal Alameda y, a partir de 1992, se le encargó la dirección del Teatro de la Maestranza, que ocupó hasta 2004. Su cese en este último espacio trajo consigo una sonada protesta del sector.
Óperas sevillanas
Uno de sus empeños fue recuperar montajes vinculados a su ciudad, en especial una versión del Barbero de Sevilla de Rossini que obtuvo una notable repercusión desde su estreno en 1997. También impulsó versiones de La Bohème de Puccini, Las bodas de Fígaro y La flauta mágica de Mozart, Alahor in Granada de Donizetti, La voz humana de Poulenc o el Macbeth de Verdi. Entre otras producciones teatrales, Castro también rescató para el Centro Andaluz de Teatro la obra Estado de sitio de Albert Camus, ambientada en el Cádiz de 1812.
Por otro lado, su gran momento como gestor y programador fue la Expo 92, donde organizó desde un cartel flamenco encabezado por Camarón de la Isla a un ciclo en el Lope de Vega con invitados tan sobresalientes como la Royal Shakespeare Company, Commedie Française, Drammaten Stockholm o Piccolo Teatro de Milán.
Mientras la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, destacaba a través de sus redes sociales “su importante contribución a la cultura en Sevilla” y el hecho de que hubiera situado al Maestranza como “referente de la ópera en Andalucía”, el exalcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, manifestaba que “con enorme tristeza despedimos a José Luis Castro, figura clave de los primeros grupos de teatro de la democracia, como El Globo, semillero de grandes actores como Mariano Peña y de destacados gestores. Fue creador de una nueva forma de entender y dirigir la cultura: revolucionó el Lope de Vega y llevó al Maestranza al mapa internacional con producciones ambiciosas, entre ellas ese Barbero de Sevilla que aún sigue girando. Su legado permanecerá”.
Confianza en el talento
Al mismo tiempo, la periodista Carmen Carballo recordaba en canales similares al “gran profesional de la escena y de la gestión cultural” recién fallecido. “Cuánto aprendimos con él y cuánto le debe esta ciudad. Adiós a un buen amigo, compañero en tantos saraos culturales. Y mi cariño a Carmela, su mujer”, concluía Carballo en su mensaje.
Por su parte, la cantante lírica Ainhoa Arteta lo despedía en estos términos: “Querido José Luis… Me he despertado con la noticia de tu paso a la luz… Yo lo llamo así… Quiero que sepas que siempre fuiste un hombre con un sentido del Arte Superior, colaborar contigo por qué no le puedo llamar trabajar siempre fue una buenísima experiencia y guardo muchísimos detalles en mi vida profesional y personal de tu grandeza y amplitud de miras, ARTISTA, DIRECTOR Y PERSONA EXCELENTES nos volveremos a encontrar estoy segura… Como dice la maravillosa canción de Richar Strausss MORGEN… DEP y sigue en un plano feliz y lleno de Harmonía. Tu amiga siempre, Ainhoa”.
Otro hombre de escena, el actor sevillano Sebastián Haro, recordaba que “este señor fue el primer director que confió en mí para trabajar en una compañía teatral profesional, El Globo Teatro de Sevilla, el espectáculo Jojó, historia de un saltimbanqui, hablamos del año 87”, evocaba. “Hoy nos ha dejado José Luis Castro y mi cabeza vuelve a esos días en los que empezaba mi carrera. ¿Qué hubiera sido de ella si este señor no se hubiera fijado en mí? Gracias. Descansa en Paz”.
Un hombre de carne y hueso
Su compañero Juan Echanove definía ante los micrófonos de la cadena SER a Castro como “un hombre enormemente sensible, con una imaginación fuera de lo normal, un talento para la lírica y la verdad escénica como pocas veces he visto, un sevillano de los pies a la cabeza con una enorme agudeza y sentido del humor. Un ser irrepetible”.
“Sevilla, tan desagradecida con sus mejores hijos, no reconoció nunca su excepcional aportación como dinamizador de la vida teatral y musical de una ciudad siempre ensimismada en su gloria y leyenda”, lamentaba finalmente el músico y gestor cultural Justo Romero en el portal Beckmesser.com. “José Luis Castro espoleó los pilares más rancios y casposos de la ciudad para convertir sus teatros y su oferta cultural en algo más que abanicos, 'toros, flamenco y buena comida', que diría el Emérito. Era un hombre de carne y hueso, no un pelele de tarjeta postal. Lo puso bien de manifiesto como gestor teatral, pero también como director de escena. El teatro, en prosa y lírico, corría por sus venas hoy inertes”, remata.
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