Así ha sido la carrera (electoral) por ganarse los primeros Grammy Latinos en Andalucía

Un momento de la última gala de los Grammy Latinos, celebrada en Las Vegas.

Antonio Morente / Daniel Cela / Marcos Méndez

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La gala de entrega de los Grammy Latinos se celebrará en 2023 fuera de Estados Unidos por primera vez en su historia. Será en noviembre y el escenario será Andalucía, más concretamente Sevilla... pero todavía no se puede decir de manera oficial.

En este punto está una cuestión que este miércoles empezaba como el anuncio de un gran acontecimiento (el impacto mediático y económico de este evento es enorme, de unos 500 millones de euros en su conjunto) pero que al final ha derivado en toda una ceremonia de la confusión, con un secreto a voces al que no se puede dar oficialidad, ofrecimientos de ciudades para ser la sede y hasta una pugna por quién ha sido el artífice de que los premios crucen el charco.

Los Grammy arrastran puestos de trabajo, inversión, promoción turística y proyección internacional de Andalucía y de Sevilla, un caramelo político para dos administraciones, una del PP, otra del PSOE, a menos de 100 días de unas elecciones municipales. Algo de eso hay en el barullo de relatos sobre quién, cómo y cuándo se jugó el papel fundamental para traer la gala, primero a España, luego a Andalucía, y finalmente a la capital hispalense.

El runrún de que Sevilla aspiraba a acoger la ceremonia los Grammy Latinos llevaba un tiempo circulando, y de hecho verTele! ya había anunciado que iban a salir de EEUU y que vendrían a España. Así que cuando este miércoles comparecía el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, junto a Manuel Abud, CEO de la Academia Latina de Grabación (que es la encargada de organizar estos premios) y se anunciaba el acuerdo para que la gala de este año sea en Andalucía, parecía que blanco y en botella, sobre todo cuando el propio Moreno no confirmaba la sede, pero sí admitía que Sevilla es la “mejor colocada” para ello.

“La apuesta de la Junta es Sevilla, la cual reúne los requisitos de auditorio, planta hotelera y conexiones idóneas para acoger al gala”. Es más, el presidente andaluz aseguraba que ya ha emplazado al Ayuntamiento hispalense “a poner todas las facilidades del mundo” para hacer de la ciudad la sede de este evento y apostillaba que, “personalmente, creo que Sevilla reúne requisitos de sobra por su vínculo muy estrecho con el mundo latino y por estar muy acostumbrada a organizar grandes eventos”.

El regidor sevillano, Antonio Muñoz, tiraba por su parte de prudencia y tampoco daba oficialidad a la designación de la capital hispalense, limitándose a señalar que es una “seria candidata” por el nivel de equipamiento y la oferta hotelera “en comparación con otras ciudades andaluzas”. “No debería de extrañarnos porque en los últimos años hemos logrado atraer eventos que pensábamos que eran para Madrid, Barcelona o Londres”.

A partir de ahí se empezó a desatar la confusión, porque el acuerdo rubricado con la Academia es por tres años e incluye la celebración de la Semana de los Grammy Latinos en la misma ciudad que acoja la ceremonia, además de un programa de actuaciones y actividades vinculadas a la gala y dos grandes conciertos cada año entre 2023 y 2025 que se repartirán por distintas ubicaciones andaluzas. Pero eso de que el convenio sea durante tres años ha provocado la sensación de que se van a celebrar tres ceremonias de entrega de los premios, y ahí Granada ya ha levantado la mano pidiendo acoger una de ellas.

¿Quién se ha traído los Grammy?

¿Y por qué no se le ha dado oficialidad a que Sevilla será la sede? Pues porque las fechas elegidas en noviembre ya estaban comprometidas con otros eventos en el Palacio de Congresos (Fibes), el mismo escenario que ya ha acogido dos ceremonias de los Goya (2019 y 2023) o una gala de los premios MTV, también en 2019. El calendario ya se ha despejado y ahora queda la tercera pata de esta mesa, que es el acuerdo entre las televisiones que retransmitirán el evento, de ahí que se calcule que el anuncio formal no se hará hasta abril, pasada la Semana Santa.

Y si la cuestión de la sede está provocando su lío, no menos está ocurriendo con quién se atribuye que los Grammy Latinos salgan de EEUU. El Gobierno andaluz cifra en 18 millones de euros el dinero que va a poner en esta operación de tres años y asegura que estaba detrás de esta oportunidad desde el pasado mes de septiembre, pero desde RTVE (que producirá la gala junto a Televisa Univisión, socio de la Academia) se pone el acento en que ya tenían firmado un acuerdo en noviembre para traerse los galardones de la música latina a España -su aportación ronda los cinco millones de euros- y que ese habría sido el primer paso real para que la gala aterrizara en España. Una negociación –aseguran fuentes de la corporación– en la que en ningún momento entró la Junta de Andalucía. De hecho, en ese momento todavía se estaba hablando con varias comunidades y ciudades de España para ver dónde se celebraba la gala.

El Ejecutivo andaluz reconoce que RTVE ha puesto dinero, pero que la mayor inversión presupuestaria la acometen ellos. Y desde el Consistorio hispalense se apunta que las dos iniciativas (el compromiso de la Junta y el acuerdo televisivo) son necesarias para que, en última instancia, Sevilla pueda anunciar que es la elegida, cuestión que está más que amarrada... salvo dramático e inesperado giro de los acontecimientos a última hora.

La decisión de designar la sede, por cierto, no compete ni al Gobierno andaluz ni a RTVE por mucha apuesta económica que hagan, sino que es exclusiva de la Academia Latina de Grabación, que después del encuentro entre Moreno y Abud lanzaba un comunicado desde Miami señalando que está “considerando” Sevilla como sede, pero que aún no hay una decisión final. De hecho, habría visitado Málaga para analizar qué instalaciones puede ofrecer, aunque el acuerdo con la Junta andaluza evidencia que por lo pronto ha desestimado la propuesta que en noviembre pasado el coleccionista y galerista de arte Gary Nader realizó para que la gala vuelva a celebrarse de nuevo en Miami, “la capital cultural de América Latina”, y no en Las Vegas como en las últimas ediciones.

El impacto económico de estos premios de la música latina se estima en unos 500 millones de euros, de los que 300 se concentran en la Semana de los Grammys Latinos en noviembre, que atraerá a Andalucía a unas 12.000 personas. La ceremonia tiene una enorme repercusión internacional, como demuestra que la última edición la retransmisión dejó más de 10,5 millones de interacciones en redes sociales, con un gran alcance también en informativos y programas de todo el mundo.

De hecho, es el evento más visto en EEUU entre el público latino, por encima incluso de los Oscar, tal y como subraya una Academia Latina de Grabación cuyo CEO, Manuel Abud, recordaba este miércoles que “es una organización sin ánimo de lucro que nos dedicamos a nutrir y celebrar la música latina y a sus creadores alrededor del mundo”. Los galardones, indicaba, “no se otorgan por ventas de publicidad o popularidad, sino que es un reconocimiento entre músicos, para músicos, celebrando la excelencia”.

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