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Natalie Grams, la científica que quiere 'liberar' a Alemania del 'lobby' homeopático

Natalie Grams

Aldo Mas

Natalie Grams es médica. En su día, se especializó en el uso de la homeopatía. Sin embargo, hace ya tiempo que se convirtió en una de las voces más prominentes que se han levantado en Alemania contra quienes defienden que los productos homeopáticos son medicinas. Grams ha escrito ya varios libros contra la homeopatía y hace todo lo posible por multiplicar sus apariciones públicas para desmontar las tesis que ella misma defendió otrora.

Alemania es el país de la homeopatía. Se inventó aquí en el siglo XVIII. “Muchos ven la homeopatía como un bien cultural. Una tradición que se vende como algo, efectivamente, tradicional, más adaptado a la gente que la 'mala' y fría medicina convencional”, plantea Grams. “Pero hasta los nazis estudiaron la homeopatía y no encontraron que hubiera pruebas de que funcionara”, sostiene.

Ella conoce bien “el esquema de pensamiento” de la homeopatía y sus defensores, por lo que se ha convertido en el referente en este tema de la Sociedad para la Investigación Científica de las Paraciencias (GWUP, por sus siglas en alemán), una organización dedicada a la promoción de la ciencia y del pensamiento científico. “La homeopatía no es medicina. Cuando alguien dice 'me lo tomo porque me va bien, me lo tomo porque me beneficio del efecto placebo', o cuando uno lo toma porque tiene tos o un resfriado de esos que se van solos, entonces la homeopatía tiene una legitimidad”, explica Grams a eldiario.es. “Pero en Alemania la homeopatía todavía se toma como algo igual a la medicina, e incluso como la mejor medicina, sin efectos secundarios. Y estos son atributos falsos”, abunda.

Efectos secundarios adversos también tiene su discurso y su activismo contra esa idea de que la homeopatía es medicina. La pasada primavera, Grams recibió un correo de una empresa fabricantes de productos homeopáticos en la que se le pedía que no dijera, como había hecho en una entrevista concedida a un medio alemán, que esos productos no funcionan más allá del “efecto placebo”. Las sustancias con ese efecto son, por definición, las que carecen por sí mismas de acción terapéutica, pero que producen alguna mejora en el paciente si éste las recibe convencido de que esas sustancias tienen la capacidad de hacerle mejorar.

La empresa en cuestión, Hewert, pedía a Grams que se comprometiera a no hacer declaraciones críticas contra la homeopatía. De lo contrario, tendría que pagar a la empresa 5.100 euros cada vez que dijera que la homeopatía no sirve más allá del efecto placebo. “No voy a firmar ese documento. Llegado el momento, iré ante el juez. Lo que yo hago es sencillamente divulgar lo que la ciencia dice sobre la homeopatía a día de hoy”, aclara Grams.

En sus redes sociales, Grams tuiteó a cuenta del correo de Hewert: “¿Qué decimos cuando las farmacéuticas de la homeopatía tratan de callarnos? Hoy no”. “Mucha gente piensa que la homeopatía es buena medicina. Y que no funciona con los mismos principios que la industria farmacéutica. Pero en la homeopatía funcionan los mismos mecanismos que en la industria farmacéutica”, explica Grams. “También se utilizan el marketing y la publicidad, y en ella se busca generar beneficios, no que los pacientes obtengan la mejor medicina”, añade Grams.

Un negocio de 670 millones de euros

La homeopatía es un negocio millonario. Según datos de la Asociación Central de Médicos Homeópatas (DZhÄ, por sus siglas en alemán), la homeopatía movió 670 millones de euros en 2018 en el país de Angela Merkel. En el sistema sanitario alemán, por regla general, cada ciudadano debe pagar un seguro médico. Un buen centenar de mutuas ofrecen estos servicios. Éstas, en último término, son las responsables de pagar total o parcialmente las medicinas que se recetan al enfermo. Lo normal es que las mutuas incluyan en su listado de reembolsos los remedios homeopáticos, pese a que, según subraya Grams, “no existe la prueba científica de su funcionamiento”.

“Las mutuas son libres para hacer esto, y con la homeopatía hacen mucho marketing, porque dicen que pagan por unos productos que atraen especialmente a gente joven bien situada. Y ahí es la homeopatía un superventas”, sostiene Grams. Ella es de los que piensan que lo razonable sería que los remedios homeopáticos no estuvieran incluidos en las listas de medicinas que pagan las mutuas. “Nosotros no queremos que la homeopatía se prohiba. Pero hubiéramos deseado que con el ministro de Sanidad, Jens Spahn, se hubiera evitado esta situación”, dice la experta de la GWUP.

Grams alude al ministro conservador Jens Spahn, con el que ella ya ha podido mantener más de una conversación sobre el tema de la homeopatía. Por lo visto, en esos diálogos, Grams no ha logrado convencer a Spahn de la conveniencia de cambiar el trato que da el sistema sanitario germano a los productos homeopáticos. Eso, pese a que Spahn decía en 2010 sobre la homeopatía: “cuando quiera el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), podemos borrarla [del listado de medicamentos por los que pagan las mutuas], dado que no existen pruebas científicas de que sirva”.

Un lobby con más efectos que los homeopáticos

Spahn hacía esas declaraciones antes de ser ministro de Sanidad en el gabinete de 'gran coalición' que dirige actualmente la canciller Angela Merkel, un cargo que ocupa desde principios del año pasado. Al frente de esa cartera, Spahn decía el pasado mes de septiembre que el sistema estaba 'ok'. “He decidido que está 'ok' como está”, según Spahn. Su argumento parece ser el siguiente: en el sistema sanitario, las mutuas pagan en tratamientos del orden de 40.000 millones de euros anuales, los 20 millones que pagan para remedios homeopáticos no son tan importantes. “Pero el dinero no es lo importante aquí, lo importante es el principio”, se queja Grams.

Ella se dice “sorprendida” por lo “bien conectado” con la política que parece estar el lobby de las farmacéuticas de la homeopatía. “Los políticos tienen verdadero miedo de estas empresas. Los políticos suelen decir: 'no, contra ese lobby no vamos a actuar'”, comenta. Un ejemplo radicalmente distinto es el francés. En Francia, la ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, anunciaba este verano que las mutuas dejarán de pagar por los remedios homeopáticos antes de 2021.

La decisión gala se produjo en un momento en el que el debate público sobre la homeopatía se intensificaba en suelo germano. En este contexto, al presentador Jan Böhmermann, responsable del satírico y muy popular programa Neo Magazin Royale de la televisión pública, se le vio tomar en una emisión cientos de esas típicas bolitas blancas homeopáticas en una suerte de demostración de que los remedios homeopáticos no tienen más consecuencias que las resultantes del efecto placebo.

El debate en Alemania, de momento, parece haber quedado zanjado con el reciente 'ok' del ministro de Sanidad de Merkel, una decisión que Grams lamenta. Pero esta adversidad seguramente no la va a frenar en su compromiso. Ella va a seguir haciendo divulgación científica sobre lo que es la medicina que se apoya en la ciencia y la que no. Sabe, a su pesar, que los hay dispuestos a “atacar el trabajo de divulgación”. A saber, entre otros, un lobby de la homeopatía cuyos efectos de presión sí se hacen notar, más allá del efecto placebo.

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