Drones, trajes aluminizados y láminas de cenizas: los restos de una aventura geológica en La Palma

Un año después de la erupción del volcán de La Palma, hay tres cosas que siguen preocupando a los expertos: cuándo volverán los vecinos a vivir con normalidad, cómo se comportará el nuevo terreno creado y qué se puede aprender de los datos de un volcán que estuvo en erupción 85 días y ha dejado tantos registros. Este lunes, coincidiendo con el primer aniversario del día en el que entró en erupción el volcán de Cumbre Vieja, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) ha inaugurado en su sede de la calle Ríos Rosas de Madrid una exposición dedicada a la respuesta que dieron científicos y equipos de emergencia durante los casi tres meses de erupción.

A través de 12 paneles explicativos, detallan los organizadores, se quiere hacer un recorrido del proceso de formación de las Islas Canarias, la historia volcánica de La Palma en particular y de cómo se desarrollaron las labores de respuesta en Cumbre Vieja. “Desde un punto de vista científico, era importante saber que esto podía pasar y explicar su contexto”, ha apuntado la directora del IGME-CSIC, Ana María Alonso Zarza.

En las vitrinas ubicadas en el primer piso se la sede central del IGME pueden verse drones, trajes aluminizados, láminas de cenizas acumulada, lapilli o las libretas en las que los geólogos tomaron los primeros apuntes de lo que estaban observando. El volcán escupió más de 200 millones de metros cúbicos de lava.

“No podemos parar un volcán, pero sí que podemos dar respuesta”, ha dicho Raúl Pérez López, coordinador de la Unidad de Respuesta Geológica ante Emergencias del IGME-CSIC, que ha relatado durante la presentación de la muestra cómo fueron aquellos 85 días, lo necesaria que fue la coordinación a la hora de “tomar decisiones como mover a 2.000 personas de sus casas” o la impresión que les supuso “entrar en campos de lava”.

Ahora toca la vuelta a la normalidad, ha pedido el geólogo. “Tenemos campos de lava, tubos volcánicos, fumarolas, estructuras”, enumera. Por un lado, todas esas nuevas formaciones tienen que ser protegidas; pero por otro, “hay gente que lo ha perdido todo y que merece volver a tener lo que era suyo”.

Sobre el terreno lo que más preocupa son los gases. “El volcán ha emplazado gran cantidad de magma debajo, que se está enfriando y desgasificando”, explica Pérez López. Ese gas, que no tiene suficiente presión como para hacer que la erupción continúe, es el causante de que muchos vecinos del Puerto de Naos y La Bombilla no puedan continuar con sus vidas, explica el experto. Aunque en el interior de Cumbre Vieja siga habiendo movimiento de gases y fluidos, “son señales diferentes a las primeras que nos estaban hablando de una erupción”.

En palabras del investigador, ahora mismo los estudios se centran en ver cómo lo que ha ocurrido en La Palma puede servir para identificar “futuras erupciones en Tenerife, pero también en otras islas como El Hierro o Lanzarote, que son islas que tienen vulcanismo activo”.

“Trabajamos con incertidumbres. Nunca te vamos a poder decir dentro de cuatro meses, a las cuatro de la tarde un volcán en tal localidad va a entrar en erupción, con esta energía y este vigor”, reconoce Pérez López. “Pero sí que podemos ver, en función de lo que ha pasado en La Palma, qué puede volver a pasar en la isla y, sobre todo, cómo podríamos entender las señales que podrían aparecer en el Teide o en Lanzarote”.

Sobre el futuro de los terrenos que engulló la lava, el geólogo se muestra más pesimista. “Espero que nos pregunten, porque podremos darles información que seguro que les será útil, pero aún así es muy difícil. Va a tardar mucho tiempo y es muy complicado. Ahí hay muchísimos intereses”, zanja.

La exposición 'Sobre el volcán' puede verse de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas en la sede central del Instituto Geológico y Minero de España. Calle de Ríos Rosas, 23. Madrid (Madrid)