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Una mañana festiva calienta los motores para las manifestaciones feministas del 8M

Concentración feminista en Vallecas (Madrid) el 8M de 2020 / Alejandro Navarro.

Raúl Rejón

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Pasacalles, manifiestos, bicicletas y concentraciones. La primera mitad del 8M de 2020 ha encadenado y mezclado fiestas y reinvindicaciones a modo de calentamiento para las grandes manifestaciones previstas para la tarde.

En los barrios de Madrid, pero también en Barcelona, Vitoria, Toledo, Albacete Murcia, Valladolid, A Coruña o Pamplona, se han sucedido los festejos. El día invitaba puesto que en buen aparte del país ha lucido el sol y se han templado las temperaturas. Así que la lectura de manifiestos feministas, los minutos de silencio por las mujeres asesinadas, las bicicletas con conciencia violeta y las marchas no han tenido cortapisas meteorológicas. “Más feminismo en el periodismo”, resumían las comunicadoras reunidas en la plaza del museo nacional Centro de Arte Reina Sofía. 

El carácter dominical de este 8M invitaba a la fiesta y la respuesta de las convocadas ha estado en esa línea: en Barcelona, por ejemplo, han aprovechado la mañana para marchar por los barrios de la ciudad y añadir al violeta alguna otra bandera como la de las mujeres racializadas. En Madrid, un grupo de mujeres han colgado insignias en favor del feminismo inclusivo: “Todas y todes”, se leía en la banderola que el Bloque Bollero ha izado bajo una bandera de España inaugurada con cierta polémica por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida en el barrio de Carabanchel.

También en la capital, decenas de mujeres han cantado a viva voz Un violador en tu camino para denunciar las agresiones sexuales. Lo han hecho en Puente de Vallecas, donde una decena de colectivos feministas han comenzado la mañana con una chocolatada y con varias acciones, mientras varones se encargaban de los puntos de cuidados repartidos por el barrio.

En Vitoria, el aperitivo violeta ha sido una cadena humana por las calles de la ciudad. En Pamplona, miles de personas se han concentrado en la plaza del Castillo bajo el lema de “las mujeres estamos tomando las calles y los barrios”. También en el norte, en Bilbao, las mujeres han partido de la plaza del Sagrado Corazón al grito de “patriarcado criminal” en una manifestación  ha recorrido el centro de la ciudad y finalizará con una kalejira (pasacalles) feminista. 

“Nos da rabia el salir de noche con miedo, pero eso no nos va a impedir salir de noche y protestar, porque las calles también son nuestras”, señala Olaia, una bilbaina de 17 años arropada por sus compañeras y miles de mujeres mientras recorrían la Gran Vía bilbaína.

Casi en cualquier rincón de España al que se mirara esta mañana tenía algún acto feminista y lúdico a la vez. Las calles de Toledo han vivido su tamborrada del 8M horas antes de las manifestaciones. Igual que la ciudad de Murcia donde la Gran Vía ha servido de pasacalles reivindicativo. En A Coruña, las feministas le han unido la idiosincrasia marinera a la protesta para resumir así el 8M gallego: “Las mujeres tejiendo redes sostienen el mundo”.

Sin embargo, en algunos puntos, el movimiento ha acudido dividido. En Sevilla, dos colectivos diferentes y dos organizadoras diferentes y antagónicas han convocado dos manifestaciones casi simultáneas en la ciudad andaluza. Una con representantes políticos de gobierno, como la ministra María Jesús Montero o la consejera de Igualdad de la Junta, Rocío Ruiz además de algún sindicato como CCOO. La segunda marcha ha sido apoyada por organizaciones como Amnistía Internacional, APDHA, la CGT, y la CNT.

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