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La OCU exige que se hagan públicas las marcas que cometieron un posible fraude con el aceite de oliva

OCU exige que se hagan públicas las marcas que cometen fraude con el aceite de oliva.

Daniel Sánchez Caballero

La OCU exige al Gobierno que haga público el nombre de las empresas que han cometido un más que posible fraude con el aceite de oliva que desveló eldiario.es. La Organización de Consumidores y Usuarios solicita también a la administración que establezca medidas “urgentes” para luchar contra estas prácticas y pide sanciones para los infractores. Además, la OCU recuerda en su nota que no es la primera vez que se detecta un fraude en este sector.

El Ministerio de Agricultura envío el pasado 1 de abril una carta a las comunidades autónomas, que tienen las competencias, en las que les instaba a aumentar la precaución ante la “fundada sospecha” de que algunas marcas productoras de aceite están manipulando muestras para alterar así los resultados de los análisis con los que los laboratorios oficiales catalogan la calidad de un determinado lote de aceites.

Preguntado por este diario, Agricultura no quiso revelar el nombre de estas compañías ni en qué comunidades se habían detectado los fraudes alegando que es una cuestión “interna” de la administración.

Muestras manipuladas

Cuando se produce un lote de aceite se toman tres muestras que se precintan. La primera va al laboratorio de referencia de turno, que la analiza y establece la calidad del aceite (lampante, virgen, virgen extra). Si la empresa no está de acuerdo con esta catalogación, puede enviar la segunda de las muestras, que se queda en su poder, a un laboratorio de su elección y pedir un contraánalisis. Esta segunda muestra es la que estarían manipulando algunas empresas. “Todo el mundo en el sector sabe lo que está pasando”, aseguran varias fuentes consultadas.

El objetivo de estas prácticas sería doble. Por un lado, según explicaron a este diario fuentes conocedoras de los procesos, se intentaría alterar la catalogación que se hace de los aceites en laboratorios para vender aceites a un precio superior al que por su calidad les correspondería (la diferencia entre un aceite virgen y uno virgen extra alcanza el 20%). Por otro lado, según la OCU, con la “manipulación de muestras precintadas [se pretende] evitar las sanciones derivadas de una inspección, manipulando precintos y sustituyendo el contenido”.

La OCU señala que se trata de una práctica que “pretende engañar” no solo a los consumidores sino también a la administración con el objetivo de intentar invalidar posibles sanciones. Sin embargo, la organización sí explicita que el supuesto engaño no afecta a la salud de los consumidores, aunque es un “engaño económico”, ya que el consumidor paga un precio muy superior por un producto de calidad inferior a la anunciada.

Para luchar contra este fraude, la OCU exige que se hagan públicos los nombres de los aceites afectados y que se establezcan medidas urgentes para eliminar dichos aceites del mercado hasta que se corrijan las etiquetas y precios como corresponde. Según cree la organización, publicar estos nombres “puede ser una medida más disuasoria que la propia sanción”, aunque también pide multas económicas.

La OCU recuerda en su nota que no es la primera vez que se detecta un fraude en el sector. “A lo largo de nuestros estudios de los últimos 20 años siempre hemos encontrado algún problema, desde los resultados del año 2000 donde encontramos mezcla con aceite de semillas, hasta el último en el 2012 con fraudes en la calidad organoléptica. En aquel momento 9 marcas no tenían las características propias del aceite virgen extra pese a venderse como tal”, explican. Y señala que fueron denunciados por varias marcas pero que las sentencias desestimaron las denuncias interpuestas.

La UE también está preocupada por el fraude en un sector especialmente sensible. Por un lado Europa es el primer productor mundial y por otro el aceite de oliva es un campo en el que es más complicado analizar los productos con precisión. Por eso Bruselas ha puesto en marcha varios proyectos anti fraude. El último de ellos, el Proyecto Oleum, se desarrollará en parte en el sevillano Instituto de la Grasa.

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