“Los que viven en la calle sufren la crueldad institucional”
Después de que dos maestras le enseñaran lo que era la igualdad de oportunidades, Lagarder Danciu cuenta que empezó a luchar por “los nadies”, personas inmigrantes, sin hogar o de etnia gitana, aquellos que son “invisibilizados por el sistema”. Este activista de la pobreza, de origen rumano, es trabajador social y mediador educativo pero principalmente se considera “uno de ellos”. Tras impulsar el Campamento Dignidad, una especie de 15M de los sin techo, ha iniciado una “ruta de la pobreza” para denunciar la situación del sinhogarismo en nuestro país.
Su perfil en diferentes redes sociales no deja de sumar seguidores desde que este “aprendiz en la universidad de la calle”, tal y como se define en su cuenta de Twitter, interrumpió el acto de presentación de listas del Partido Popular al grito de “el PP sois la mafia”. Pero esta no es la única vez que se ha oído su voz. Durante los últimos meses Lagarder se ha plantado frente a la marcha ultraderechista celebrada en las calles de Madrid o ha hecho eco de sus reivindicaciones en actos del PSOE o Podemos.
Su última intervención se produjo durante la noche electoral, cuando protagonizó una de las fotos mas compartidas del 26J. En ella, el activista era increpado en la sede del Partido Popular mientras sostenía una pancarta que rezaba “50.000 sintecho hoy no han votado”.
Danciu, que llegó a España hace 11 años, cuenta que salió de Rumanía tras iniciar allí una lucha social por los niños huérfanos que, como él, se criaban en centros institucionalizados. Dice que es gay y de etnia gitana y que dejó Rumanía para trabajar su identidad sexual y cultural. Tras convalidar su título y trabajar varios años como mediador educativo en Sevilla, dice que gastó todos sus ahorros en denunciar por fraude a la ONG Unión Romaní, para la que trabajaba. Al borde del desahucio, decidió continuar con su particular lucha desde la calle, donde lleva más de un año viviendo.
¿Dónde comenzó su compromiso con las personas sin hogar?
El tema de los sin techo siempre me había llamado la atención porque es una historia auténtica que la sociedad está manteniendo en la invisibilidad. Me encontraba al borde del desahucio y empecé a formarme las 24 horas en la calle y a entender lo que era. Mis primeros días fueron bastante duros, me lo quitaron todo, pero me di cuenta de que cuando me quedé sin nada fue cuando me empezaron a mirar a los ojos. Me veían como otro más y yo me sentía privilegiado, me vi como un hombre bisagra que podía conocer lo que allí estaba pasando y transmitirlo a la sociedad. Creo que hay un profundo desconocimiento sobre la problemática de la gente de la calle, donde lo que prima es la caridad, una caridad humillante.
Junto con otras personas sin hogar, fue uno de los impulsores del “Campamento Dignidad” en Sevilla. ¿Cuáles eran sus intenciones?
Junto con otros sin techo nos movilizamos en la plaza de Sevilla para reclamar nuestros derechos. Entonces comenzamos a montar una acampada que denominamos el Campamento Dignidad, lo que algunos medios denominaron como “el 15M de los sin techo”. Teníamos cuatro reivindicaciones: viviendas sociales para los desahuciados, plazas fijas para los convalecientes, un terreno donde pudiéramos auto organizarnos y una auditoría pública. Queríamos saber cómo se gestionaban los seis millones de euros destinados a empresas externalizadas que debían de atender a las más de 2.000 personas sin hogar que había en Sevilla. A los 33 días de acampada el Ayuntamiento envió a la policía para que desmantelara el campamento. Ahí fue cuando empecé a darme cuenta de la gran represión policial que padece la gente de la calle.
Entonces comenzó la “ruta de la pobreza”, ¿en qué consiste este proyecto?
Me convertí sin querer en una figura destacada para visibilizar el problema de las personas sin hogar. Mi objetivo es visibilizar la crueldad institucional que hay hacia las personas sin hogar. Hasta ahora las ONG solo hablaban de “campaña de frío” o similares, esa era la típica noticia, pero no se analizaba todo el problema que había detrás. Hay mucho dinero en juego debido a la privatización de los servicios sociales dirigidos a las personas sin hogar. Los ayuntamientos hacen contratos con empresas externas que lo que buscan es el beneficio y no ofrecer un servicio de calidad. Exigimos a los ayuntamientos que tengan una responsabilidad sobre las carencias de estas empresas.
Fue candidato al Consejo Municipal de Podemos Sevilla, pero recientemente interrumpió un acto de Podemos en Vallecas. candidato al Consejo Municipal de Podemos Sevilla
Muchas veces me han relacionado con Podemos, sobre todo desde la derecha. Pero yo soy un activista independiente. Es cierto que participé en Podemos al principio cuando solo eran asambleas y aún no se había formado ningún partido político.
¿Qué pretende al interrumpir los actos políticos?
Reventamos el acto de Rajoy y hemos intervenido en actos de otros partidos porque queremos forzar a los políticos para que introduzcan el sinhogarismo en sus programas, al igual que lo han hecho con la violencia de género u otras problemáticas. Estamos intentando provocar y poner en debate el tema. Por ejemplo, cuando intervenimos en el acto de Rajoy ya logramos nuestro cometido porque conseguimos que en los titulares apareciera la palabra “sin techo” junto con el nombre del Presidente del Gobierno. Es algo similar a lo que logró la PAH con los desahucios, el movimiento de Ada Colau consiguió que el tema se introdujera en la agenda mediática. Nuestro movimiento busca primero eso, hacernos visibles para que los medios denuncien esta situación.
Este jueves se ha reunido con Manuela Carmena. ¿Cuál ha sido la respuesta de la alcaldesa?
La reunión con la alcaldesa ha sido muy fructífera, me ha sorprendido la capacidad de atención que tiene, se quería empapar de la calle. Le hemos trasladado varias propuestas a la alcaldesa: un recuento de la cantidad de gente que hay en la calle, una auditoría para saber en que se ha gastado el dinero de los servicios sociales durante los años que ha gobernado el Partido Popular y un proyecto de autogestión, en el que los propios sin techo seamos los que podamos organizar los recursos. Desde el Ayuntamiento se han comprometido en ir trabajando en este proyecto a través de una mesa de trabajo y también en organizar un recuento de las personas sin hogar antes del otoño.
¿Va a exportar su activismo?
La situación de Madrid me va a llevar mucho tiempo, quiero que se conozca muy bien lo que está pasando aquí. Hemos denunciado el tema de los campamentos chabolistas o el racismo del grupo [neonazi] Hogar Social. Este grupo viene a dar comida únicamente a los sin techo españoles y está sembrando el odio entre los que viven en la calle, pero ellos no caen en la trampa. Los sin techo saben que es absurdo, que todos están en la misma situación. En esta dimensión donde vivir es cuestión de supervivencia hay una auténtica solidaridad.