Más de 100 chavales de 20 países cumplen su sueño de jugar en la academia de Rafa Nadal

La pista central de la academia Rafa Nadal, en pleno torneo con jugadores de varios países

Alberto Gómez

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Más de 100 chavales, procedentes de más de 20 países diferentes, cumplen desde hoy el sueño de comer, dormir, entrenar y, sobre todo, jugar en las pistas de la Rafa Nadal Academy, las mismas pistas de Manacor (Mallorca) en las que hasta hace poco más de un año entrenaba el mismo ídolo de esos jóvenes tenistas. Y es que la sexta edición de la “World Teams Cup” reúne a equipos compuestos por chavales de entre 10 y 14 años, jóvenes tenistas que juegan en clubes y academias de todo el mundo. Chavales de Bulgaria, China, Estados Unidos, Malta o Dinamarca, además de Valencia, Canarias o Madrid, que no olvidarán la experiencia de participar en un torneo que busca, sobre todo, el intercambio cultural y el disfrute de los partidos por encima de los resultados.

Las ediciones anteriores se han celebrado en Barcelona, Dubai o Turquía, pero esta vez uno de los grandes alicientes para los chavales que se han desplazado hasta las Islas Baleares es jugar en la mismísima academia que creó Rafa Nadal hace ya unos años. De hecho, muchos de tenistas participantes sueñan con levantar el trofeo el próximo viernes, último día de la competición, tanto como poder hacerse una foto con el mejor jugador de tenis de tierra batida de la historia del deporte de la raqueta. Con el paso de los años, se trata de una competición cada vez más consolidada, de ahí que cada vez haya más interés por parte de los chavales que juegan y disfrutan del tenis en diferentes países, mientras los organizadores del torneo no dejan de recibir peticiones por parte de varios de los propios clubes participantes, que quieren alojar en sus respectivas instalaciones una competición tan internacional como cultural.

El intercambio cultural es muy fructífero, ya que para muchos de los participantes es la primera vez que tienen al otro lado de la red a rivales de otros países

Los tenistas españoles participantes en esta nueva “World Teams Cup” proceden de Barcelona, Valencia, Tarragona, Madrid y Canarias, además de los anfitriones de la propia Rafa Nadal Academy de Manacor, jóvenes tenistas que estos días coincidirán sobre las pistas baleares con otros que juegan en clubes de buena parte de Europa e incluso lugares mucho más alejados. En concreto, las nacionalidades presentes son Bulgaria, Suiza, Suecia, Hungría, China, Estados Unidos, Lituania, Italia, Francia, Dinamarca, Malta, Alemania, Rusia, Ecuador, Estonia, Jordania, Bosnia y España. De ahí que tanto en las pistas como fuera de ellas el intercambio de impresiones vaya a ser muy fructífero, ya que para muchos de los chavales participantes es la primera vez que tienen al otro lado de la red a rivales llegados de otros países.

El objetivo de este torneo de tenis es ofrecer la oportunidad a sus participantes de disfrutar del tenis con sus compañeros, entrenadores y familiares en un entorno privilegiado. El campeonato ofrece una buena combinación entre el tenis de competición y valores como el trabajo en equipo y el intercambio cultural a través de esta experiencia especial para los amantes del tenis. Y durante toda una semana, ya que es una competición que se disputa por el sistema Round Robin, que asegura un mínimo de cinco partidos a todos sus participantes. Es decir, que ningún chaval es eliminado a las primeras de cambio, sino que juegan cada día vayan ganando o perdiendo con el paso de las diferentes jornadas.

Como la Copa Davis

“No me deja de sorprender el interés que ha generado, con el paso de los años, esta competición. Y me alegro de que la primera intención siga cumpliéndose en cada edición del torneo: una oportunidad inolvidable, un punto de encuentro para niños y niñas, de todas las culturas y lugares del mundo, a los que les une la pasión por el tenis. Y además sabiendo que no se van eliminados aunque pierdan el primer partido. Es algo muy constructivo para la mentalidad de los chavales de esas edades”, explica Miquel Puig, director del torneo. El hecho de que entrenen y jueguen en las mismas pistas en las que entrenaba Rafa Nadal es, lógicamente, un gran aliciente: “Al venir a su academia cumplen un sueño. Todos quieren ser y jugar como él. Y ahí reside el papel de padres y entrenadores, en acompañar a esos chavales si no consiguen lo que consiguió Rafa Nadal, que es algo casi imposible de repetir”. 

Los jugadores participantes, de entre 10 y 14 años, juegan en tres categorías en función de la edad: Sub-10, Sub-12 y Sub-14. Y se juega por equipos, al más puro estilo de la Copa Davis, una competición en este caso un tanto huérfana y en continua renovación que busca cada vez más espectáculo y más partidos igualados. En Mallorca no hay televisiones que retransmitan los partidos en riguroso directo, pero los chavales disfrutan como si el planeta tenístico estuviese pendiente de ellos. Hay algunos que, cuando saltan a la pista central de la academia erigida por el propio Rafa Nadal, y si es cuando cae la tarde y se encienden los focos, sienten que están jugando el partido más importante de sus vidas. Y todo sin perder ni un segundo la sonrisa, yéndose a cenar cansados pero contentos y con la tranquilidad de que, al día siguiente, volverán a jugar y a disfrutar sin la presión de sentirse que pueden caer eliminados y tener que volverse a casa antes de lo que les gustaría.

A pocos días de las fechas navideñas, para muchos de los chavales que están ya en las pistas baleares “la experiencia es un auténtico regalo de Navidad aunque llegue un poco adelantado. Los padres, además, te aseguran que sus hijos hacen amigos a los que están deseando volver a ver en las próximas ediciones del torneo. Todo es muy bonito porque conseguimos lo que creo que tienen que hacer los tenistas a esas edades, que es competir sin dejar de disfrutar”, asegura Miguel Puig, quien también explica que la comida mediterránea y el buen clima son otros de los alicientes sobre todo para los equipos que vienen de muy lejos: “Algunos juegan todo el año en pistar indoor, bajo techo, por lo que cuando vienen a Mallorca y juegan bajo el sol se les ve felices, encantados de hacerlo al aire libre”.

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