Eiichiro Oda llevó su cuerpo al límite escribiendo One Piece hasta acabar delirando sobre el clima japonés

Eiichirō Oda

Héctor Farrés

0

Un cigarrillo encendido permanecía olvidado en los labios de Eiichiro Oda mientras seguía dibujando sin descanso. La brasa avanzaba y el humo formaba una estela que se mezclaba con su respiración, hasta que de repente creyó estar viendo su aliento en pleno invierno

El desconcierto lo sacó de la concentración y lo obligó a comprobar la hora con la esperanza de que aún fuese de tarde. La realidad fue mucho más dura, porque descubrió que eran las seis de la mañana y había perdido por completo la noción del tiempo en mitad de una jornada extenuante de trabajo en One Piece.

El agotamiento lo llevó a cambiar su método de trabajo tras el éxito alcanzado con Marineford

El episodio se conoció gracias al usuario Sandman, especializado en la revista Shonen Jump, que relató cómo el mangaka sufrió aquel desajuste durante el arco de Skypiea. La confusión no se limitó al humo del tabaco, ya que también creyó que era buena hora para llamar a su editor, convencido de que estaba en la tarde y no en la madrugada.

Ese lapsus reflejaba hasta qué punto el agotamiento acumulado empezaba a impactar de forma directa en su día a día, incluso afectando a percepciones tan básicas como el paso del tiempo.

La presión por cumplir plazos en revistas de publicación continua convirtió a Oda en un ejemplo extremo, aunque de esa etapa surgieron sagas recordadas como la de Skypiea

Ese tipo de situaciones fue lo que llevó a Oda a replantear su manera de trabajar años después, cuando el éxito de One Piece ya lo había convertido en una figura esencial dentro de la editorial. A partir de la conclusión del arco de Marineford, decidió establecer descansos regulares, que primero fueron más espaciados y acabaron por convertirse en pausas mensuales. La decisión buscaba reducir el desgaste físico y mental y permitirle mantenerse activo sin poner en riesgo su salud a largo plazo.

El propio Oda ha reconocido en diferentes momentos que su ritmo de trabajo le ha pasado factura. Según explicó el portal Vida Extra, llegó a vivir con jornadas que apenas le dejaban tres horas de sueño, dependiendo constantemente de bebidas con cafeína para poder continuar. Esa dinámica le generó problemas de salud que todavía hoy arrastra, entre ellos diabetes, gota e hipertensión, patologías que son controladas por especialistas que lo atienden de manera continuada.

La industria del manga semanal empuja a sus autores a un nivel de sacrificio extremo

En la comunidad de mangakas se considera que las condiciones laborales de quienes publican en revistas semanales son especialmente duras, con calendarios que exigen una dedicación absoluta. Oda, como autor de una serie tan extensa y exigente como One Piece, se convirtió en un ejemplo extremo de ese sacrificio.

Aun así, los seguidores valoran que muchas de las etapas gráficas más recordadas del manga surgieron precisamente en aquellos periodos de máxima dedicación, como en Skypiea.

En los últimos años sus pausas se volvieron habituales como medida de supervivencia

Los años recientes muestran un cambio de hábitos que contrasta con las épocas más intensas. Los descansos en la publicación se han vuelto habituales, lo que indica un ajuste necesario en su dinámica de trabajo. Aunque la presión de la industria sigue siendo fuerte, los márgenes de recuperación que ahora se concede Oda le permiten continuar con su obra sin arriesgar tanto su bienestar.

Más de veinte años dedicados a un solo título muestran el sacrificio de Oda

Con más de dos décadas dedicadas a una sola serie, su figura ilustra tanto la grandeza de un proyecto editorial sin precedentes como los riesgos que implica una vida marcada por un calendario férreo. Cada capítulo que logra entregar tiene detrás un esfuerzo enorme, y esa constancia diaria, ahora algo más dosificada, sigue siendo la base sobre la que descansa One Piece.

El detalle curioso es que la anécdota del cigarrillo olvidado y el reloj equivocado no solo habla de cansancio, también de la intensidad con la que un autor puede sumergirse en su trabajo hasta perder contacto con lo más básico.

Etiquetas
stats