¿Habrían sobrevivido los malos a las trampas de Kevin en 'Solo en casa'? Un médico detalla por qué la película suaviza un resultado fatal
Un cubo de pintura osciló desde lo alto y golpeó con violencia a uno de los intrusos en plena frente. El impacto lo hizo tambalearse antes de que su compañero recibiera un ladrillo desde una ventana abierta, que le hizo caer de espaldas sobre el hielo. Los dos ladrones de Solo en casa intentaron levantarse entre los restos del pasillo, con la ropa manchada de polvo y pintura, mientras las luces parpadeaban tras el último estallido provocado por una plancha eléctrica.
Las trampas seguían activas: un pomo ardiente, un clavo oculto en la escalera y una cuerda tensada esperaban el siguiente paso en falso, que volvió a derribarlos entre ruidos metálicos y golpes secos.
Un análisis médico desmontó la supuesta resistencia de los personajes
El profesor Adam Taylor, de la Universidad de Lancaster, explicó en un artículo de The Conversation que los personajes Harry y Marv, interpretados por Joe Pesci y Daniel Stern, no podrían haber sobrevivido en la vida real a las trampas del niño Kevin McCallister, al que dio vida Macaulay Culkin.
Según el especialista, cada uno de los golpes reproducidos en las dos películas habría causado lesiones mortales o un coma irreversible, y por eso definió a los personajes como “imposibilidades médicas”. Taylor añadió que incluso aunque parecieran ilesos por fuera, los daños internos habrían sido devastadores, lo que hace imposible que se levantaran y continuaran andando tras cada ataque.
Las trampas más reconocibles de la saga incluyen latas de pintura lanzadas desde escaleras, ladrillos cayendo desde azoteas, bolsas de cemento colgadas de cuerdas, clavos atravesando el pie, electrocuciones y pomos al rojo vivo. En uno de los casos analizados, el golpe de una bolsa de cemento de 45 kilogramos en la cabeza habría causado una fractura cervical instantánea. Otro ejemplo es la caída de ladrillos desde varios metros de altura, capaces de provocar herniación cerebral y muerte inmediata. También se mencionan electrocuciones con corriente de arco, explosiones en retretes, caídas por escaleras y choques con objetos pesados, todos con consecuencias que en la realidad resultarían fatales.
Taylor detalló que los golpes en la cabeza pueden generar hinchazón cerebral que empuja el tejido hacia zonas vitales, comprimiendo los centros que controlan la respiración y el movimiento. Además, explicó que las caídas y los impactos en el torso podrían romper la aorta o aplastar los órganos internos, como ocurre en los accidentes de tráfico frontales.
Las lesiones más leves, como la perforación del pie con un clavo o las quemaduras químicas de la pintura en los ojos, también tendrían consecuencias graves o infecciones de riesgo vital. En conjunto, la sucesión de golpes, caídas y descargas en cuestión de minutos habría acabado con cualquier persona, incluso con atención médica inmediata.
La comedia convirtió agresiones letales en simples gags
El análisis del profesor británico subraya que el cuerpo humano no puede absorber ese nivel de fuerza repetida sin colapsar. Describió que una bolsa de cemento, al alcanzar la cabeza, generaría una fuerza que el cuello no podría amortiguar. Los mismos cálculos aplican a los ladrillos y a los objetos metálicos lanzados, que excederían los límites de resistencia del cráneo.
En palabras del especialista, los ladrones de la película solo podrían haber sobrevivido con una combinación de suerte extraordinaria, atención médica urgente y meses de rehabilitación intensiva, condiciones que están completamente ausentes en el argumento cómico de la historia.
En la película, la violencia se presenta en clave de humor y con efectos visuales exagerados, lo que convierte cada golpe en un gag. El propio Taylor señaló que esa irrealidad es parte del atractivo de la saga, en la que las lesiones se limitan a manchas de hollín o deformaciones pasajeras en lugar de fracturas y hemorragias. La franquicia Solo en casa mantiene así su carácter de comedia navideña, especialmente pensada para un público infantil, en la que la supervivencia de los ladrones evidencia el tono caricaturesco y permite que las escenas sigan resultando cómicas pese a su brutalidad real.
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