La lista de fugitivos más famosa del FBI nació por culpa de un artículo periodístico de éxito que J. Edgar Hoover no esperaba

J. Edgar Hoover convirtió en 1950 una propuesta periodística en la lista de fugitivos más buscados

Héctor Farrés

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Los avisos se acumulaban en las mesas de los despachos, mientras los agentes trataban de atender casos que les quedaban grandes por falta de información rápida. Los retratos robot apenas servían y los archivos se perdían en pilas de papeles. La presión aumentaba cuando se escapaban delincuentes con historial de violencia, y la sensación de ir un paso por detrás se volvía insoportable.

En ese clima de frustración, la posibilidad de contar con la colaboración de la ciudadanía empezó a verse como una vía imprescindible para mejorar resultados y evitar que los fugitivos se convirtieran en sombras inalcanzables.

El primer aviso oficial contra un fugitivo nació en 1919 con el caso de William N. Bishop

El germen de esa idea se remonta a 1919, cuando el entonces Buró de Investigación emitió su primer aviso formal para localizar a un prófugo. Se trataba del soldado William N. Bishop, de 23 años, que había huido del arresto militar en lo que hoy es Fort Belvoir, en Virginia.

La alerta, firmada por el asistente del director Frank Burke, incluía una descripción física minuciosa, con referencias a marcas corporales y un retrato fotográfico. Bishop fue arrestado en abril de 1920, y a partir de entonces los boletines de Órdenes de Identificación se convirtieron en un procedimiento habitual para seguir el rastro de criminales buscados en todo el país.

Los agentes buscaban ayuda ciudadana para frenar a delincuentes difíciles de atrapar

Décadas más tarde, bajo el liderazgo de J. Edgar Hoover, el FBI amplió sus operaciones y alcanzó una presencia sin precedentes en la persecución de delincuentes. En 1949, un reportero del International News Service solicitó una lista de los fugitivos más peligrosos que el director deseaba capturar. El artículo resultante tuvo tal impacto público que, en marzo de 1950, Hoover institucionalizó la idea con el lanzamiento oficial del programa Los Diez Fugitivos Más Buscados.

El primer nombre fue Thomas James Holden, condenado por robo a mano armada y acusado de asesinar a tres familiares. Su inclusión en la lista derivó en su captura un año después. En menos de dos semanas, nueve fugitivos más se sumaron, y al cierre de 1950 siete ya habían sido localizados. Incluso casos más prolongados, como el de Henry Randolph Mitchell, que permaneció ocho años en la lista por un atraco bancario, marcaron precedentes sobre cómo el tiempo podía influir en los procesos judiciales.

El programa logró una tasa de éxito del 93% con miles de detenciones gracias a avisos

Con el paso de los años, el FBI afinó la estrategia para decidir quién aparecía en el listado. La selección depende de que el fugitivo represente una amenaza grave y de que la difusión nacional pueda facilitar su arresto. Además, se ofrece una recompensa de hasta 100.000 dólares, ampliable en casos concretos, para quien aporte información que conduzca directamente a la detención. Este incentivo, junto a la exposición mediática, ha sido determinante en numerosas capturas.

Hoover impulsó la lista de los diez fugitivos más buscados tras la petición de un reportero

La tasa de éxito del programa ronda el 93 %, con 496 fugitivos localizados desde 1950 hasta la actualidad, 163 de ellos gracias a datos aportados por ciudadanos. Entre los arrestos más rápidos destaca el de Billie Austin Bryant, hallado en un desván apenas dos horas después de aparecer en la lista en 1969.

La experiencia llevó al FBI a replicar el formato en otras áreas, como la lista de Terroristas Más Buscados tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, además de registros de personas desaparecidas o víctimas de secuestros parentales.

La difusión ha evolucionado desde carteles en comisarías y publicaciones en prensa hasta programas de televisión y redes sociales. Espacios como America’s Most Wanted o boletines radiales han ayudado a mantener el interés público, mientras que internet y las plataformas digitales permiten actualizaciones inmediatas sobre cualquier nuevo caso. La integración de canales tradicionales y modernos refuerza la visibilidad de los fugitivos y multiplica las posibilidades de recibir pistas útiles.

Cindy Rodríguez Singh es la última en aparecer por el asesinato de su hijo de seis años

En julio de 2025, la lista sumó su caso número 537 con la incorporación de Cindy Rodríguez Singh, acusada del asesinato de su hijo de seis años, Noel Álvarez, desaparecido en octubre de 2022. La sospechosa viajó con su familia a la India en marzo de 2023 poco después de que la policía acudiera a su domicilio para comprobar el bienestar del menor. La investigación sigue abierta, y la esperanza del FBI es que la misma herramienta que nació por una casualidad periodística contribuya ahora a localizarla.

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