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¿Araña o avispa? La apariencia de una especie que puede llegar a engañar a la Inteligencia Artificial

Un ejemplar de 'Maratus vespa'

Raquel Sáez

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En el reino animal, no todo es lo que parece. Algunas arañas saltarinas se parecen tanto a las avispas que los científicos han terminado bautizándolas con el mismo nombre que a estos insectos. Esto no solo se hace por su apariencia, sino también por el aspecto que adquieren en ciertos momentos, como cuando algunos machos intentan cortejar a las hembras.

Es el caso de la Maratus vespa, una especie de araña que levanta el abdomen durante el cortejo. En ese momento, se puede apreciar un colorido dorso con forma de avispa. La confusión humana aumenta aún más por las aletas que se levantan a sus lados, dándole la familiar forma de púa de guitarra de la cara de una avispa.

Pero, ¿realmente se parecen a estos insectos o se trata simplemente de nuestro propio sesgo perceptivo? Esa es la pregunta que se hicieron biólogos de la Universidad de Cincinnati, porque podría tratarse de una percepción humana y no real por la tendencia a observar caras en todas partes, sea cual sea la superficie ante la que estemos. Y comprobaron que esta especie es capaz de engañar incluso a la IA.

El profesor Nathan Morehouse utiliza la microespectroscopia para estudiar la visión de las arañas en su laboratorio

Los autores de la investigación, publicada en Behavioral Ecology, presentaron retratos digitales de arañas saltarinas, mantis religiosas y avispas para ver si un algoritmo informático podía identificarlas correctamente a partir de las formas y patrones que cada una contenía. El resultado les sorprendió: fue capaz de engañar a la IA.

“Encontramos que de 62 morfos estudiados, 13 se clasifican erróneamente de forma sistemática como caras de insectos depredadores y/o presas a tasas del 20% y superiores”, escribe este grupo de biólogos. Los resultados señalan que la confusión sería aún mayor en el caso de los machos durante la primera etapa del cortejo, cuando se encuentran más alejados de la hembra y son vistos a través de sus ojos laterales.

Pero, ¿es una estrategia intencionada o no? De acuerdo con sus resultados, no descartan que algunas especies de Maratus puedan usar el mimetismo con sus depredadores (avispas) para explotar los sesgos sensoriales de las hembras durante el cortejo.

El engaño como estrategia

El engaño se ha revelado como una estrategia de cortejo animal más. Algunas polillas macho simulan sonidos de murciélagos ecolocalizadores para disuadir a sus posibles parejas de emprender el vuelo, recuerdan los investigadores. También se ha documentado que los antílopes topi advierten a las hembras de depredadores fantasmas para disuadirlas de huir de sus territorios. Sin embargo, el caso de esta araña tiene varias particularidades. “Este es el único caso que hemos encontrado de machos que imitan visualmente a un depredador” , aseguran. El mimetismo es tal que son capaces de confundir a herramientas tan poderosas como la IA.

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