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Google entrena el reconocimiento facial del Pixel 4 con personas sin hogar a cambio de 5 dólares

Una persona duerme en la calle mientras otra carga su móvil

David Sarabia

Google contrató a empleados temporales en EEUU a través de la empresa Randstad para que probasen el sistema de reconocimiento facial del Pixel 4 con personas sin techo, preferiblemente negros. Según cuentan varios extrabajadores al New York Daily News, la multinacional también les emplazó a ir a los BET Awards (una gala de premios para actores y actrices negras) y a varios campus universitarios del país para el mismo propósito, a cambio del cual ofrecían tarjetas regalo Starbucks de 5 dólares.

El pasado julio, algunos medios se hicieron eco de que Google estaba llevando a cabo varios “estudios de campo” para probar las características biométricas del Pixel 4, el último móvil de la multinacional que saldrá a la venta el 15 de octubre. La empresa lo confirmó poco después, argumentando que quería recopilar datos faciales de la gente para mejorar los algoritmos del teléfono.

Esos datos biométricos eran recogidos por los Google TVCs (acrónimo de Temporary, Vendor, Contractor), los trabajadores subcontratados de la compañía. Para ello, tenían que intentar escanear la cara del entrevistado a toda costa sin dar muchos detalles acerca del estudio. En algunas ocasiones los TVCs tenían que disfrazar el estudio como si se tratase de un minijuego tipo filtro de Snapchat y en otras, la prueba era una encuesta: la cámara del móvil grababa a la víctima mientras esta respondía a las preguntas.

“Simplemente juega con el teléfono un par de minutos y consigue una tarjeta de regalo” o “Tenemos una nueva aplicación, pruébala y consigue 5 dólares” son algunas de las frases que Randstad recomendó decir a los captadores para convencer a la gente. Las fuentes entrevistadas por el NYDaily News aseguran que la subcontrata les formó específicamente para no decir nunca a los entrevistados que su cara estaba siendo grabada: “Si la persona mirara a la pantalla después de completar el test y dijera 'Oh, ¿estaba grabando un vídeo?', se nos instruyó para que dijéramos, 'Oh, no, no es un vídeo'”, dicen.

Los TVCs intentaban que las víctimas firmasen el acuerdo de tratamiento de sus datos personales rápidamente y sin detenerse mucho en él. Tenían órdenes acerca de si alguien hacía muchas preguntas, en cuyo caso era mejor irse y no llevar a cabo la prueba. Durante el entrenamiento previo a la realización de las pruebas, los captadores dieron clases sobre cómo “construir un vocabulario que distraiga al usuario de la tarea real en cuestión tanto como sea posible”, explica otro de los extrabajadores al NYDaily News.

“Si no le gusta el café, dale cinco dólares”

Google confirmó este verano que el estudio se estaba llevando a cabo para asegurarse de que el sistema de desbloqueo del Pixel 4 protegía “a un amplio rango de gente tanto como sea posible”. Sin embargo, a los TVCs se les dijo que fueran intencionadamente a por gente negra o a por personas sin hogar ya que estos últimos “era menos probable que dijeran algo a los medios de comunicación”, asegura otra fuente en el diario estadounidense.

Google llegó incluso a prometer a los subcontratados que si alcanzaban su cuota diaria de escáneres faciales podían llegar a ser reclutados a tiempo completo por la compañía. Al equipo de California, según otro exempleado, se le ordenó buscar a gente con problemas económicos y hablarles sobre una ley estatal por la que las tarjetas regalo de menos de 10 dólares pueden ser intercambiadas por dinero efectivo.

“Incluso nos dijeron: 'Si no les gusta el café o lo que sea, puedes decirle a los vagabundos que puedes cambiar la tarjeta regalo por 5 dólares en efectivo'”, explica otro exTVC al NYDaily News. La compañía también situó a varios equipos de entrevistadores en los campus universitarios con el pensamiento de que estos suelen andar más cortos de dinero y las tarjetas regalo les vienen bien.

Un acuerdo de privacidad salvaje

El periódico estadounidense se ha hecho con una imagen del consentimiento que debe firmar el usuario para permitir que su cara sea grabada. Google puede almacenar los escaneos “tanto tiempo como sea necesario para cumplir los propósitos del programa, que se calcula en cinco años”. La multinacional también puede cruzar los datos obtenidos con otros datos y “no hay límite de tiempo o de forma en la que Google puede conservar, usar o compartir los datos cruzados”.

El acuerdo también especifica que la multinacional tiene derecho a “retener, utilizar o compartir datos de identificación no personal o agregados sin limitación para ningún fin”, y señala que los datos podrían procesarse “fuera del país”, incluidos los lugares “en los que usted pueda tener menos derechos”. La versión oficial de la compañía es que solo guardará la información durante un máximo de 18 meses y que puede ser borrada a petición de los usuarios.

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