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Detectada por primera vez agua en la cara iluminada de la Luna y potenciales depósitos en la zona de sombra

Detectada por primera vez agua en la cara iluminada de la Luna y potenciales depósitos en la zona de sombra

elDiario.es / EFE

Madrid —

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La existencia de agua en la Luna hace tiempo que no es noticia. Desde hace décadas la NASA viene informando de indicios de su existencia en su cara oculta a la Tierra, bien en el subsuelo (agua magmática) bien en zonas superficiales de sombra, en forma de hielo. Ahora, la agencia espacial estadounidense asegura que también hay agua en la cara de Luna iluminada por la luz del Sol. Hace dos años ya se habían detectado signos de hidratación en la superficie lunar, particularmente alrededor del polo Sur, que posiblemente correspondían a la presencia de agua, pero el método empleado no podía diferenciar si se trataba de agua molecular (H2O) o de hidroxiles (radicales llamados OH). Los nuevos datos, publicados este lunes en Nature Astronomy, “no tienen otra explicación que la presencia de agua molecular”, dice a Efe Ignasi Ribas, astrofísico del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) y del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC.

Los datos fueron tomados del cráter Clavius, cerca del polo Sur, que fue observado por el telescopio SOFIA (a bordo de un avión Boeing 747SP modificado para transportar un reflector) en una longitud de onda de seis micras, a la que el agua molecular produce una firma espectral única: el agua, atrapada dentro de granos de polvo o de cristales, cuando es excitada por la luz del Sol vibra y emite una longitud de onda de seis micras.

Posibles bolsas de agua

Un segundo estudio publicado este lunes también por Nature Astronomy sugiere que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de su superficie, de los que un 40% están en el sur, tiene la capacidad de retener agua en las llamadas 'trampas frías'. El segundo estudio, encabezado por Paul Hayne de la Universidad de Colorado Boulder, examinó la distribución en la superficie lunar de zonas en un estado de oscuridad eterna, en las que el hielo podría ser capturado y permanecer estable.

“En las trampas frías las temperaturas son tan bajas que el hielo se comportaría como una roca”, si el agua entra ahí “no irá a ninguna parte durante mil millones de años”, señala el científico citado por la universidad. Aunque no se puede probar que estas trampas frías realmente contengan reservas de hielo –“la única forma de hacerlo sería ir allí en persona o con rovers y cavar”, dice Hayne– los resultados “son prometedores” y futuras misiones podrían arrojar aún más luz sobre los recursos hídricos de la Luna.

El estudio se hizo con datos del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA para evaluar una gama de posibles tamaños de trampas frías, las cuales podrían ser mucho más comunes en la superficie de la Luna de lo sugerido en investigaciones anteriores. El equipo usó también herramientas matemáticas para recrear cómo podría ser la superficie lunar a muy pequeña escala y la respuesta es que sería “un poco como una pelota de golf”, repleta de pequeños hoyos. El estudio indica que las “micro” trampas frías, en ocasiones de un tamaño no superior a un céntimo de euro, son cientos o miles de veces más numerosas que las de mayor tamaño, que pueden tener varios kilómetros, y se pueden encontrar en ambos polos.

Los autores sugieren que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de la superficie lunar tiene la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares que tengan como objetivo el acceso a estos potenciales depósitos de hielo. “Si estamos en lo cierto –consideró Hayne–, el agua va a ser más accesible”, teniendo en mente, en un futuro, el posible establecimiento de bases lunares. La existencia en la Luna de agua que potencialmente se pueda usar es una perspectiva “muy interesante” y “emocionante”, destaca Ribas, aunque el tiempo dirá si se puede utilizar para ayudar a futuras bases lunares.

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