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Póker y apuestas en bitcoin: un mundo aparte que el Gobierno no puede regular

Fichas de poker bitcoin

David Sarabia

España es un país de perdedores. Somos el décimo país del mundo que más juega y cada año apostamos más. En 2016 le dimos al Estado 8.400 millones de euros, un 3,03% más que en 2015 según el informe anual de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ). Pero aún estamos muy lejos de los 98.000 millones de euros de los EEUU (que ocupa el primer lugar) o de los 52.000 millones de China (segundo lugar).

Estos son los números visibles. Los que se encuentran al alcance del público por ser cifras oficiales. Sin embargo, todo cambia cuando hablamos de bitcoin. La criptomoneda, que se recupera tras el tortazo de hace dos fines de semana motivado por China y su decisión de prohibir las ICOs (Initial Coin Offering, algo así como plataformas de financiación para nuevos proyectos) también sirve para apostar a la ruleta o jugar al póker. Y es que, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, la Deep web aquí no tiene nada que ver ya que esto sucede en el Internet visible.

En España, hasta junio de este año, los juegos que más aportaron a las arcas públicas fueron los de casino (14,49 millones), seguidos de las apuestas deportivas (13,86 millones) y el póker (4,64 millones). Pero todo el que juegue (y gane) en las fronteras del Estado español tiene que pagar, al menos así lo dicta la Ley de Ordenación del Juego. Hacienda somos todos, jugadores en bitcoin incluidos. ¿Seguro?

Bitcoin sí, pero con moderación

“No me gusta tener todo mi capital en bitcoin, tiene mucha volatilidad. Un mal día puedes perder 10.000 dólares”, cuenta a eldiario.es Javier (nombre ficticio). Pide mantener anónima su identidad y el país desde donde juega, aunque anticipa que no lo hace en Europa. Él es uno del, cada vez mayor, creciente sector del póker con bitcoin.

Javier explica que prácticamente todas las salas que aceptan la criptodivisa son estadounidenses. Allí, el póker y las apuestas con dinero real en Internet están prohibidas desde 2006, cuando la Unlawful Internet Gaming Enforcement Act (UIGEA) entró en vigor impidiendo a todas las salas online “aceptar pagos conectados con la participación de otra persona en una apuesta o jugada que implique el uso de Internet”. Solo tres estados (Nevada, Delaware y Nueva Jersey) permiten a estas salas operar normalmente.

“Lo que hacen los jugadores estadounidenses es conseguir, depositar y retirar en bitcoin, ya que ningún Gobierno lo controla”, continúa Javier, que reconoce que la criptodivisa “tiene unos inconvenientes pero también tiene sus beneficios”. Él se mete en sus mesas y les saca el dinero: “Son muy malos. Es donde más gano estos últimos años”, dice de ellos.

Javier no siempre juega en bitcoin aunque sea lo que más dinero le reporta. Una unidad de la moneda digital vale ahora mismo 3.000 euros, un 40% menos que a principios de septiembre. Este mes alcanzó su máximo histórico de 4.104 euros. “Prefiero tener una gran parte en euros y en dólares y luego otra parte en bitcoin que blanqueo o para tenerla como inversión”, continúa.

“El bitcoin fomenta sobre todo la especulación. La mayor parte de la gente que compra la criptodivisa lo hace con ánimo especulativo”, explica a eldiario.es Pablo Fernández Burgueño, abogado y socio fundador de NevTrace. “Así es mucho más fácil participar en juegos online, mucho más fácil no declarar ingresos ni pérdidas y, por supuesto, los impuestos”, dice.

¿Y si quiero jugar desde España?

Como en EEUU, en España también se han aprobado medidas para regular el juego en Internet, como la ley que entró en vigor en 2013. “La gente que es bastante buena prefirió salir del país para poder ganar más dinero fuera y evitar pagar impuestos”, explica Javier.

Un jugador español residente en España podría jugar en bitcoin, aunque primero tendría que encontrar el lugar donde hacerlo. “Son salas un poco underground. Sitios que tienen licencia en Curaçao (Países Bajos) o en Costa Rica, lugares donde España no puede hacer nada fiscalmente”, explica Javier. El jugador afirma que estas salas no operan ni con cuentas bancarias ni con tarjetas de crédito; tampoco con métodos de pago en línea como Neteller o Skrill. “Así, Hacienda no puede controlar tus ganancias en bitcoin”, concluye.

El abogado de NevTrace confirma la explicación de Javier: “Como no estás dado de alta en ningún lado, es extraordinariamente difícil que Hacienda pueda fiscalizar lo que haces; que pueda saber si has comprado, generado o vendido bitcoin”. Además, tampoco llevan IVA, según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

El ministerio de Hacienda explica a eldiario.es que “el bitcoin es admisible desde la normativa española de juego online como medio de pago convertible a euros”. La entidad solo obliga a las personas que crean criptodivisa a darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas, pero no a los que venden y compran. Sin embargo, exige que cualquier incremento patrimonial relacionado con la venta de bitcoin debe declararse. “Hasta los 6.000 euros un 19%. De ahí hasta los 50.000 euros tienes que pagar un 21% y de los 50.000 en adelante tienes que pagar un 23%”, dice Fernández Burgueño. “Ahora bien, ¿quién cumple declarando el incremento patrimonial y pagando el impuesto? Muy poca gente”, reconoce.

Hacienda permite jugar con bitcoin en suelo español. Solo pone dos requisitos: que los aumentos de patrimonio (ganancias) se declaren y que aparezcan en euros en las transferencias del banco. Pero hablamos de una criptodivisa que es muy difícil de rastrear y donde, al final, ante el Estado solo aparece quien la extrae de la blockchain, no el que especula con ella.

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